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Las productoras de lácteos de las zonas rurales del Iraq restablecen los medios de vida en la zona visitada por el Papa Francisco


La FAO y la Unión Europea fortalecen los medios de vida agrícolas tras el conflicto en el norte de Iraq.

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Dhuha y su familia están reconstruyendo su negocio de productos lácteos tras el conflicto en el país. Un proyecto de la FAO y la Unión Europea les está ayudando a mejorar la calidad de la leche y a rehabilitar la unidad de elaboración de productos lácteos instalada en su hogar. ©FAO/Chedly Kayouli

12/03/2021

Del 5 al 8 de marzo de 2021, Su Santidad el Papa Francisco realizó una visita histórica a la República del Irak en la que transmitió mensajes de esperanza y paz al país. Durante su viaje, el Papa Francisco visitó zonas devastadas por el conflicto, donde las comunidades rurales vulnerables han tenido que luchar por sobrevivir. La gobernación de Nínive, en el norte del Irak, es una de las zonas que estuvo en manos de los militantes del Estado Islámico en el Irak y el Levante (EIIL).

“Nos obligaron a irnos en pocas horas”, señaló Dhuhaa Najm Shith, una de las muchas productoras de lácteos que se vieron forzadas a abandonar sus casas, sus explotaciones agrícolas y sus sueños a raíz del conflicto.

Nínive se considera el “granero” del Irak, pues produce la mayor parte de los cereales del país como, por ejemplo, el trigo (entre un 20 % y un 30 %). También es un importante centro de producción pecuaria. La ocupación de este territorio por parte del EIIL entre 2014 y 2017 desplazó a más de un millón de personas, principalmente de las zonas rurales, y perjudicó gravemente al sector agrícola.

“Volvieron y nos amenazaron con armas para que nos fuéramos... ante su insistencia, salimos de la casa. Acompañada de mis hijos y los padres de mi marido nos dirigimos a la casa (de su cuñado). Mi marido se quedó cerca del establo de los búfalos para observar lo que ocurría. Más tarde rompieron la puerta del establo y metieron un cañón grande”, recuerda Dhuhaa a punto de estallar en lágrimas.

Las personas que se dedican a la agricultura, especialmente las mujeres productoras de lácteos, siguen luchando por recuperarse después de haber regresado a sus hogares y encontrar sus infraestructuras destruidas, sus bienes saqueados y su ganado robado, desaparecido o sacrificado.

Dhuhaa y su familia son solo uno de los muchos hogares rurales de esta zona que dependían de la producción de leche como principal fuente de ingresos y que ahora tendrán que recuperar todo lo que han perdido por culpa del conflicto.

Casi ningún productor de lácteos de las zonas rurales de Nínive tiene acceso a sistemas de refrigeración a lo largo de la cadena de valor láctea, lo que obliga a las mujeres a realizar un trabajo extra para procesar la leche rápidamente y reducir sus pérd

Para hacer frente a esta realidad, la FAO y la Unión Europea (UE) están trabajando con los productores de lácteos del medio rural con objeto de rehabilitar las tradicionales unidades domésticas de elaboración, con lo que se revitaliza la producción láctea del país y se restablecen los medios de vida. De la misma forma, a través del proyecto se pretende empoderar a las mujeres rurales de estas zonas afectadas, ya que la producción de lácteos a menudo constituía su trabajo y su forma de ganarse de la vida.

A pesar de su considerable contribución, el trabajo de las mujeres suele estar infravalorado o, lo que es peor, pasa desapercibido en las zonas rurales del Iraq. Las mujeres desempeñan un papel fundamental en la elaboración de productos lácteos tradicionales, y existe una gran demanda local; no obstante, apenas se reconoce el trabajo de las mujeres que hay detrás.

“Todos los iraquíes adoran el Al-Qimar, la crema de queso blando característica del país, y otros productos lácteos tradicionales locales, como la mantequilla, el ghee, el laban y otros quesos blancos.  Sin embargo, pocas personas se dan cuenta de que los productores de lácteos que elaboran esos productos son en su mayoría mujeres rurales”, explica Chedly Kayouli, Experta superior de la FAO en la cadena de valor de la ganadería.

En la mayoría de los casos, las mujeres son relegadas y excluidas debido a las costumbres y tradiciones imperantes. No solo el analfabetismo es muy común entre las mujeres, sino que además suelen carecer de acceso a una nueva formación y a la tecnología. Las mujeres rurales siguen enfrentándose a barreras estructurales persistentes que las excluyen de los procesos de toma de decisiones a todos los niveles, lo que dificulta su seguridad económica y su autonomía personal. Gracias a este proyecto, esta situación está cambiando por medio de un trabajo directo con las mujeres para proporcionarles los suministros y la capacitación que necesitan.

Las mujeres son las principales productoras de lácteos, que son muy populares en todo el país. Sin embargo, siempre se ha infravalorado o ignorado el trabajo de las mujeres. ©FAO/Chedly Kayouli

Dhuhaa sonríe al recordar cómo era la vida antes: “Solía criar búfalos: les preparaba el pienso por la mañana temprano, antes del amanecer. Ordeñaba a las hembras, ponía la leche en recipientes preparados y extraía Al-Qimar de esa leche para venderla en los mercados de la ciudad... Mi vida, entre las tareas domésticas y la cría de búfalos en el establo, tenía un sabor dulce”.

Lo importante ahora es la recuperación. El proyecto comenzó proporcionando a Dhuhaa forraje verde para sus búfalas, que es más adecuado para producir leche. También la ayudó a convertir su modesta cocina en una planta doméstica de producción láctea, dotándola del equipo necesario para ayudar a transformar la leche en productos de mayor valor, como Al-Qimar y yogur. Gracias a este nuevo equipo de acero inoxidable, podrá ahorrar tiempo y garantizar una producción más saludable e higiénica.

Dhuhaa es solo una de las 2 000 mujeres que se benefician de este proyecto financiado por la UE destinado a mejorar la elaboración tradicional de productos lácteos. En el marco del proyecto también se están rehabilitando 35 unidades domésticas dedicadas a la recogida, refrigeración, procesado y comercialización de la leche. Gracias a la provisión de suministros, sumado a la prestación de servicios de asistencia técnica y creación de capacidad, se garantizan resultados significativos para las comunidades, no solo en términos de mejora de la calidad de los productos lácteos, sino también de creación de empleo en las comunidades rurales.

Cuando se le pregunta por su experiencia a la hora de colaborar con la FAO y el Ministerio de Agricultura iraquí, Dhuhaa afirma: “Una mañana la esperanza llamó a nuestra puerta. Escucharon nuestra historia y lo que nos ocurrió por aquel entonces, y por eso decidieron ayudarnos y retomar nuestro sueño”.

Capacitación en Qaraqosh

En los días posteriores a la visita del Papa Francisco a Qaraqosh, el proyecto conjunto de la FAO y la UE organizó un curso de capacitación sobre el desarrollo de cultivos forrajeros en la aldea. Participaron Wameth Yohanna y su esposa Rwa Marzina Jozeph, una familia cristiana de la zona, así como otros 34 agricultores de las aldeas vecinas; a todos los agricultores se les entregaron nuevas semillas para promover una combinación más nutritiva de cultivos forrajeros. Rwa también es una de las 2 000 mujeres productoras que recibieron equipo nuevo y capacitación para mejorar la calidad de sus productos lácteos.

La FAO trabaja en contextos posteriores a crisis con miras a recuperar la autosuficiencia y la dignidad, restableciendo los medios de vida agrícolas y empoderando a las mujeres rurales. A través de este proyecto, que mejora las cadenas de valor de los productos lácteos y revitaliza la producción ganadera del Irak, la FAO y la UE están devolviendo la esperanza a los repatriados del país.

“Hoy, sin embargo, reafirmamos nuestra convicción de que la fraternidad es más duradera que el fratricidio, que la esperanza es más poderosa que el odio, que la paz es más poderosa que la guerra”, dijo el Papa Francisco durante su visita a Nínive. Su mensaje de recuperación estaba dirigido a todos y recogía las medidas de la FAO encaminadas a ayudar al país a salir adelante.

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