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¿Crees que los agricultores no pueden producir alimentos en situaciones de crisis o desastres? Descubre por qué te equivocas


Así ayuda la FAO a los agricultores y a la población rural en algunas de las crisis humanitarias más apremiantes del planeta

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©FAO/Soliman Ahmed

23/05/2019

Muchas personas consideran a la FAO un centro de conocimientos o un organismo técnico que proporciona estadísticas e informes mundiales sobre cuestiones como la inseguridad alimentaria, la biodiversidad y la deforestación. Por lo tanto, pueden sorprenderse cuando se enteran de que cuando se producen conflictos, fenómenos meteorológicos extremos, desastres naturales, plagas, enfermedades animales u otras amenazas que devastan los medios de subsistencia y empujan a la gente al hambre, la FAO está sobre el terreno para ayudar, desde los primeros días de la respuesta. Suministrando semillas, aparejos de pesca, vacunas para los animales u otros insumos, la FAO trabaja para reconstruir los medios de subsistencia y los sistemas alimentarios locales a fin de apoyar la autosuficiencia de los afectados y reforzar su resiliencia frente a futuras amenazas. En total, en 2018, la Organización prestó asistencia a unos 25 millones de personas en 70 países.

Por supuesto, la FAO pone mucho énfasis en la alerta temprana y la reducción de riesgos, trabajando con las familias, las comunidades y los gobiernos locales y nacionales antes de que ocurran los problemas, de modo que las personas vulnerables puedan evitar o resistir mejor las crisis en primer lugar. Sin embargo, cuando las amenazas llegan, la FAO está presente.

Presentamos aquí tres formas en que la FAO ayuda a personas vulnerables que dependen de la agricultura, la pesca y los bosques a prepararse para lo peor y a recuperarse después de las crisis.

1. Anticiparse y prepararse para las crisis

La FAO trabaja con los gobiernos y otros asociados para combinar la información existente en un informe de alerta y acción temprana de alcance mundial que haga sonar la alarma ante señales de dificultades –como una sequía inminente–, y promueva luego acciones preventivas.

En 2017-18, cuando las previsiones apuntaban a otra nueva sequía en el sur de Madagascar –una región ya afectada por períodos de sequía consecutivos, lo que se tradujo en tres temporadas agrícolas fallidas–, estos sistemas permitieron a la FAO actuar con prontitud, antes de que la sequía pudiera destruir otra cosecha más.

La Organización apoyó a la población, por ejemplo, a Zarafonomeny, un agricultor de 23 años, con semillas de ciclo corto como maní y hortalizas para poder hacer frente a la sequía inminente.

Ese mismo año, en la estepa mongola, los pronósticos apuntaban a la ocurrencia de un patrón meteorológico localizado denominado dzud. Este fenómeno se produce cuando un verano de temperaturas muy altas y lluvias escasas es seguido por el más crudo de los inviernos.

Los dzuds provocan la muerte de un gran número de cabezas de ganado, ya sea por inanición o por frío; esto causa estragos en los medios de subsistencia de los pastores vulnerables, que pueden verse obligados a pedir préstamos con altos intereses para sobrevivir. Ganbaatar Sodnom-ish se encuentra entre los que recibieron apoyo de la FAO. En última instancia, el suministro de alimentos y nutrientes hizo que Sodnom-ish no se viera obligado a pedir más dinero prestado para mantener vivos a sus rebaños. Él y su familia pudieron quedarse en la estepa y están prosperando.

Izda: Gracias a que su ganado sobrevivió, Sodnom-ish pudo usarlo como garantía para un préstamo, comprando una motocicleta para atender su rebaño y para tareas domésticas esenciales. ©FAO/P. Khangaikhuu; Dcha: La FAO aportó 4 800 toneladas de semillas a 3

2. Responder rápido y a gran escala

En 2018, la FAO recibió más de 600 millones de dólares EEUU de la comunidad internacional de donantes para apoyar su programa estratégico de resiliencia, que incluye actividades de alerta temprana, reducción del riesgo de desastres, prevención y respuesta de emergencia y rehabilitación. Esto permitió a la Organización realizar intervenciones a gran escala en algunas de las situaciones de hambre más graves del mundo en 2018 y en los entornos operativos más difíciles.

Por ejemplo, en Yemen, la FAO llegó a más de 3 millones de personas vulnerables a través de una combinación de semillas de cultivos y hortalizas, aparejos de pesca, equipos de producción avícola, apoyo con dinero en efectivo, campañas de sanidad animal, repoblación de ganado y piensos, así como el desarrollo de la cadena de valor. A pesar de las importantes limitaciones de acceso, las campañas de la FAO de vacunación y tratamiento veterinario en Yemen llegaron a más de 2,4 millones de cabezas de ganado, que suponen para las familias yemeníes una fuente diaria de alimentos fundamental.

De hecho, salvaguardar los activos pecuarios es otro componente importante de la respuesta de emergencia de la FAO.

En muchos países pobres, el ganado es la posesión más importante de la población. No sólo proporciona leche para el sustento diario, sino que son activos de alto valor que pueden ser utilizados como aval o intercambiados por alimentos u otros productos esenciales.

Pero los animales malnutridos afectados por sequías, inundaciones o enfermedades no producen tanta leche, lo que reduce su valor comercial. Incluso las enfermedades menores pueden matar al ganado ya debilitado. En 2018, las campañas de sanidad animal de la FAO en situaciones de crisis trataron a 60 millones de animales. Un solo animal puede proporcionar ingresos o alimentos a entre tres y seis personas y desempeñar un papel fundamental en la reducción de la malnutrición infantil; por lo tanto, el efecto en cadena de las intervenciones veterinarias es muy amplio.

En Somalia, un veterinario de la FAO explica a un pastor cómo la vacunación ayudará a que sus debilitadas cabras sobrevivan. ©FAO/Karel Prinsloo

3. Reducir riesgos y hacer frente a la vulnerabilidad

Los desastres y las crisis no sólo tienen efectos inmediatos en la vida de las personas, sino que pueden destruir medios de subsistencia que han tardado generaciones en desarrollarse.

La FAO promueve medidas proactivas de gestión del riesgo y de reducción del riesgo de desastres (RRD) para ayudar a los países y las comunidades a hacer frente a la fragilidad subyacente, de modo que cuando se producen las crisis, sus efectos se reducen y mitigan.

Un ejemplo de la RRD es la agricultura de conservación o el uso de semillas resistentes a la sequía. Cuando los agricultores aplican las mejores prácticas de RRD, no sólo son capaces de resistir los choques, sino que a menudo obtienen mejores rendimientos incluso en condiciones normales.

El aumento de la participación de la mujer en la agricultura y la producción de alimentos es otra forma de reducir la vulnerabilidad de la familia y aumentar su resiliencia, ya que en la mayoría de los países en desarrollo las mujeres suelen ser responsables de la seguridad alimentaria y la nutrición en sus hogares. Esta participación puede también proporcionar una fuente de ingresos, ya sea adicional o única.

Mouna Yasser, de 30 años, madre de dos hijos de la gobernación de Homs, en Siria, tuvo que depender del apoyo financiero de sus parientes y vecinos cuando su familia perdió su única fuente de ingresos. En 2018, para hacer frente a esta situación tan común, la FAO capacitó a 1 210 mujeres en la producción de alimentos y manejo poscosecha y les proporcionó insumos agrícolas como semillas de hortalizas de temporada, equipos de riego modernos e insumos para la producción de aves de corral. Mouna recibió 45 gallinas y cinco gallos, así como capacitación.

“Ahora cuido a mis hijos –explica- y les alimento con huevos frescos todos los días... Podré vender los huevos en el mercado para mantener a mi familia gracias a una buena fuente de ingresos”.

La publicación Salvaguardar los medios de subsistencia salva vidas, 2018, reflexiona sobre los esfuerzos de la FAO para empoderar a la población rural de todo el planeta, ayudándola, incluso en las peores circunstancias, a seguir siendo autosuficiente y a mantenerse a sí misma y a sus comunidades mejor alimentadas, construyendo un futuro #HambreCero.

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