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Rastrear el agua en aras de su pleno aprovechamiento


Los datos nos ayudan a contabilizar el agua que se utiliza en la agricultura, algo esencial para alimentar de forma sostenible a una población en auge

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Ante una población mundial en aumento, debemos asegurarnos de disponer de agua suficiente. Los datos pueden servirnos para aprovechar este recurso natural de la manera más eficiente posible. ©FAO/Sumy Sadurni

19/03/2021

En 2050, nuestro planeta habrá de alimentar a una población de entre unos 9 000 y 10 000 millones de personas. Para producir los alimentos necesarios, vamos a requerir mucha agua.

Garantizar la seguridad alimentaria en el futuro y, al mismo tiempo, la utilización sostenible de los recursos hídricos constituye un gran desafío para esta y sucesivas generaciones. La cuestión fundamental es: ¿cómo podemos incrementar la productividad del agua a fin de lograr sacar el máximo partido a cada gota que empleemos para cultivar?

Bien, la tecnología podría ser la respuesta. En el portal de la Base de datos de acceso libre de la FAO sobre la productividad del agua se utilizan datos obtenidos vía satélite para ayudar a los países a hacer un seguimiento de la productividad del agua con fines agrícolas, detectar la falta de dicha productividad y buscar soluciones. Si aprovechamos el agua de un modo más eficiente, incrementaremos la cantidad de cultivos empleando el mismo volumen de agua y podremos procurar alimentos a más personas.

¿Qué es la contabilidad del agua?

Todos necesitamos tener acceso al agua para la agricultura pero esta no siempre es suficiente, dado que se trata de un recurso limitado y que nuestra población va en aumento. A modo de ejemplo, el río Nilo es una de las cuencas más extensas, que recorre 11 países: desde Egipto hasta Burundi y la República Unida de Tanzanía. Para ellos, el Nilo es la principal fuente de abastecimiento de agua. Las economías de todos estos países giran en torno a la agricultura, lo que significa que se compite por acceder al agua.

A fin de vencer esa presión que existe sobre los recursos hídricos, es importante saber de qué agua se dispone y contabilizarla. La contabilidad del agua permite determinar dónde y cuánta agua hay y quién puede acceder a ella.

Ante el aumento de nuestra población, la contabilidad del agua en la agricultura resulta crucial para aprovechar de manera más eficiente este recurso, cultivando más alimentos con cada gota empleada. ©FAO/Manan Vatsyayana

¿Cómo funciona?

Gracias a los avances más recientes en tecnología de observación terrestre, podemos hacer un seguimiento de los datos sobre el aprovechamiento del agua utilizando la telepercepción por satélite.

Los satélites permiten determinar y cuantificar la evapotranspiración, un proceso que consiste, por una parte, en la evaporación del agua del suelo y las masas de agua y, por otra, en la transpiración de las plantas. Midiendo la evapotranspiración de una parcela agrícola, podemos averiguar el volumen de agua que han necesitado las semillas de los cultivos para fructificar. Varios satélites, de la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio de los Estados Unidos (NASA) y del Programa de la Unión Europea de observación y vigilancia de la Tierra (Copernicus), proporcionan datos mundiales de evapotranspiración gratuitos. La FAO utiliza esta información para alimentar una base de datos casi en tiempo real de libre acceso que permite hacer un seguimiento de la productividad del agua para uso agrícola.

¿Quiénes son los destinatarios de la información?

¡Quienquiera que necesite información sobre un aprovechamiento más eficiente del agua!

La productividad del agua puede mejorarse midiendo la evapotranspiración y recurriendo a prácticas agrícolas apropiadas. Estos datos, disponibles en el portal de la Base de datos de acceso libre de la FAO sobre la productividad del agua, sirven de ayuda a los países para efectuar un seguimiento de dicha productividad, detectar la falta de esta, proponer soluciones para subsanarla y contribuir al aumento sostenible de la producción agrícola. Los organismos gubernamentales pueden valerse de esos datos para vigilar el estado de sus recursos naturales y promover que estos se utilicen de manera eficiente. Los asociados locales pueden aplicar dichos datos de productividad del agua obtenidos por satélite para soluciones prácticas con el fin de mejorar dicha productividad. Por ejemplo, en 2018 la FAO realizó, en colaboración con el Instituto Internacional para el Manejo del Agua, una evaluación de la zona de riego del embalse de Koga en Etiopía. Sobre la base de los datos reunidos, el equipo diseñó y llevó a cabo actividades para mejorar la productividad del agua de riego, como la reducción del agua para regar los cultivos durante el período vegetativo cuando los datos revelaban la existencia de abundante agua subterránea.

Los agricultores pueden recurrir a la Base de datos de acceso libre sobre la productividad del agua para estimar en qué medida están aprovechando el agua de su explotación de forma productiva y para observar los efectos de un mejor aprovechamiento de este recurso al cabo del tiempo. La base de datos puede utilizarse incluso para crear aplicaciones para teléfonos móviles y suministrar información local pertinente. Por ejemplo, en Egipto, el Instituto Internacional para el Manejo del Agua ha elaborado, junto con el Instituto de Ciencias del Suelo, el Agua y el Medio Ambiente y la FAO, una aplicación de móvil para agricultores, que les informa sobre las condiciones locales del agua y la vegetación y les ayuda a estar seguros de plantar los cultivos adecuados en las condiciones climáticas apropiadas.

Datos sobre la evapotranspiración y la intercepción en Etiopía, disponibles en el portal de la Base de datos de acceso libre sobre la productividad del agua. Estos datos pueden utilizarse para hacer un seguimiento de la productividad del agua, detectar la falta de dicha productividad y buscar soluciones. ©FAO

Contextualicemos...

Rwanda padece escasez localizada de agua o un exceso de demanda respecto de la oferta disponible. De hecho, en la capital, Kigali, se sufren a menudo restricciones de agua. Para paliar esta situación, es importante conocer y administrar el volumen empleado de agua procedente de los ríos de los que Kigali depende para abastecerse. Los datos de la Base de acceso libre sobre la productividad del agua pueden ayudar a encontrar la respuesta.

El Sr. Prime Ngabonziza, Director General de la Junta de Recursos hídricos de Rwanda, explica: “En Rwanda, se prevé un aumento del nivel de escasez del agua en el futuro ante el incesante desarrollo económico y la creciente población del país. El mantenimiento de información y datos precisos sobre el volumen de agua empleado y sus fines de uso es importante para el aprovechamiento eficaz de los recursos hídricos”, dice.

El proyecto de la FAO “Conocer mejor el agua” (KnoWat) tiene por objeto desarrollar la capacidad local para contabilizar el agua e instruir al personal técnico en la recolección y utilización de datos. En Rwanda, en el marco de este proyecto, se están evaluando el aprovechamiento y la asignación del agua del río Yanze, una de las principales fuentes de abastecimiento de Kigali, así como una fuente vital de recursos hídricos para los pequeños agricultores, los pastores y los pescadores. Los datos de la Base de datos de acceso libre sobre la productividad del agua servirán para poner al día los estudios del balance hídrico mediante una evaluación detallada de la evapotranspiración, las precipitaciones, la cubierta vegetal, la producción de biomasa y la productividad del agua. Esto permitirá a su vez fundamentar decisiones sobre la gobernanza y el aprovechamiento sostenibles de este recurso, de manera que los usuarios puedan conseguir toda el agua que necesiten, cuando lo necesiten.

Nuestro mundo está cambiando. La población va en aumento y la forma en que aprovechamos el agua cobra una importancia cada vez mayor. Más personas que nunca dependen de la misma fuente. La tecnología y los datos son fundamentales para resolver el problema, al propiciar a creación de un sector agrícola moderno y sostenible adaptado al futuro.

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