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Cuando los bosques florecen, las comunidades también lo hacen


En el norte de Camboya, un proyecto de reforestación ha sido de gran ayuda para el medio ambiente y para la comunidad

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La zona local de Tun Kean se ha visto muy afectada por la deforestación, pero ahora su comunidad está aunando fuerzas para combatir la deforestación, restaurar su entorno y mejorar sus medios de vida. © FAO/Enric Català Conteras

02/08/2021

Como casi todas las mañanas, Tun Kean, de 37 años, ha terminado de patrullar su bosque local en la provincia de Preah Vihear, en el norte de Camboya. Está vigilando la zona a fin de detectar indicios de actividades ilícitas o incendios forestales. Velar por la salud de los bosques constituye una de las principales preocupaciones de Tun, y con razón: en los últimos años, la invasión de tierras forestales, la sobreexplotación de recursos madereros, la tala ilegal de bosques y el cambio climático han alterado drásticamente el paisaje que rodea su hogar, que anteriormente era frondoso.

La disminución de la cubierta forestal expone a su comunidad a los efectos del cambio climático, sobre todo a sequías más frecuentes y a un aumento de las temperaturas, que afectan a los cultivos y, por consiguiente, a la seguridad alimentaria.

“En los tres últimos años, antes de 2020, no teníamos suficiente arroz para comer todo el año debido a la prolongada sequía y a la escasez de lluvias”, dice Tun. Puesto que la mayor parte de la comunidad depende del bosque, a Tun y a otras familias les resulta cada vez más difícil mantener sus medios de vida y procurarse alimentos.

Sin embargo, actualmente, cuando Tun regresa junto a su marido y sus cinco hijos después de su patrulla matutina, observa que su casa en Trapeang Tuntoeum empieza a estar rodeada de nuevo por el rico bosque verde que caracterizaba esta zona de Camboya. Sus ingresos, procedentes del cultivo del arroz y de otros cultivos comerciales, también se están incrementando. El arroz, los anacardos y las hortalizas que cultiva dependen de la sombra y el suelo naturales del entorno forestal. Entonces, ¿cómo ha sucedido todo esto?

En el marco de las iniciativas de forestería comunitaria, se ha impartido formación a sus miembros sobre la restauración forestal, incluidos el cultivo y el cuidado de nuevos árboles jóvenes. © FAO/Enric Català Conteras

Combatir la deforestación mediante un proyecto de la FAO

Tun estaba desesperada por proteger el bosque de su comunidad, pero no sabía por dónde empezar. La comunidad local carecía de recursos y de capacidad técnica para tomar medidas. Fue entonces, en 2019, cuando se enteró del proyecto del Mecanismo de restauración de espacios forestales, que el Centro Regional de Formación Forestal Comunal para Asia y el Pacífico y la FAO habían presentado a su comunidad. La FAO y el Centro están dotando a las comunidades forestales de la capacidad técnica y los fondos necesarios para hacer frente a la degradación de los bosques y promover actividades de restauración, en el marco asimismo de la iniciativa de forestería comunitaria del Gobierno de Camboya. Este proyecto contribuye a la gestión sostenible de los recursos naturales de cinco lugares piloto, que abarcan más de 52 hectáreas en las regiones camboyanas de Kampong Thom, Siem Reap y Preah Vihear.

La formación es uno de los aspectos más importantes del proyecto, ya que proporciona a los miembros de la comunidad los conocimientos, las herramientas y los recursos necesarios para gestionar con éxito los bosques mediante la adopción de medidas como, por ejemplo, la selección de emplazamientos para la restauración forestal, la replantación de árboles, la elección de especies adecuadas, el cuidado y el cultivo de plantones en viveros y la protección del bosque contra el riesgo de incendios.

Tun se unió al proyecto del Mecanismo de restauración de espacios forestales desde el comienzo y ahora forma parte del grupo de mantenimiento. Ha participado en la plantación de árboles y la restauración de 10 hectáreas de bosque degradado. Controla regularmente los plantones para garantizar su supervivencia, elimina las malas hierbas o la maleza y asiste a reuniones para hablar de las actividades de restauración.

Dotada con estos conocimientos y un plan para la restauración del bosque, Tun se compromete con otros miembros de la comunidad a buscar la mejor manera de protegerlo.

“Me alegra poder contribuir a proteger y mejorar el bosque que amo, que nos proporciona, tanto a mí como a mi comunidad, alimentos y fuentes de ingresos adicionales”, afirma.

En el marco del proyecto se alienta a toda la comunidad a participar en la restauración mediante iniciativas de distribución de los beneficios que les permitan asumir una responsabilidad respecto de la tierra y utilizarla para cultivar alimentos para sus familias. © FAO/Enric Català Conteras

Distribución de los beneficios

Garantizar una alta tasa de supervivencia de las nuevas plántulas es una etapa de importancia fundamental de la iniciativa de restauración. Por ello, el proyecto introdujo el concepto de distribución de los beneficios, motivando a los miembros de la comunidad a participar. Todos los miembros del grupo de mantenimiento recibieron una porción de tierra en la que podían plantar cultivos y hortalizas para alimentar a sus familias, con la condición de que mantuvieran y cuidaran los árboles mientras crecían en su parcela. Ello no solo aumenta la seguridad alimentaria de los participantes, sino que también beneficia al ecosistema forestal reduciendo la erosión del suelo mediante la plantación de cultivos, respaldando la regeneración natural de los bosques y garantizando el crecimiento de especies de árboles nativos.

Tun recibió 1,5 hectáreas de tierra del Comité de forestería comunitaria local y, basándose en las condiciones del suelo, ha elegido cultivar soja. “Tener acceso a más tierras me hace feliz porque ello me permitirá generar más ingresos para mi familia”, dice Tun. “Estos ingresos adicionales me permitirán, asimismo, invertir en mis actividades agrícolas”.

Una vez que los árboles se hayan regenerado por completo y proporcionen suficiente sombra para producir cultivos al amparo de esta, Tun y otras personas seguirán beneficiándose de los productos forestales no madereros y podrán recoger leña de forma sostenible mediante técnicas de silvicultura.

Para Tun, este proyecto le devolvió el sentido de la acción, que estaba siendo socavado por la rápida degradación del paisaje que la rodeaba. Lo mismo es necesario para muchas otras comunidades de Camboya —y del mundo entero— que dependen de los recursos forestales para mantener sus medios de vida. El mundo está perdiendo cubierta forestal a un ritmo de 10 millones de hectáreas cada año. Debido a esta pérdida, las Naciones Unidas proclamaron el Decenio sobre la Restauración de los Ecosistemas, para prevenir, detener y revertir la degradación de los ecosistemas, contribuyendo a acabar con la pobreza y a combatir el cambio climático. La FAO y las comunidades locales pueden contribuir juntos a cambiar la situación, garantizando la salud de los bosques y ecosistemas del planeta para las generaciones venideras.

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