Más de 350 familias de la comunidad Campuzano del municipio de Nindirí, Masaya, se involucran activamente en la iniciativa “Unidos por la adaptación y prevención del cambio climático” creada por participantes del proyecto Agriadapta, para reducir la vulnerabilidad de las comunidades ante inundaciones y derrumbes en la zona.

Los comunitarios organizados, identificaron los principales problemas ocasionados por los efectos del cambio climático, priorizaron las medidas que pueden contribuir a aumentar la capacidad adaptativa de las familias y acordaron establecer la iniciativa.

Dentro de las acciones de mitigación que reduzca el riesgo por inundaciones en 3 puntos críticos, señalan que trabajan para construir muros de contención con gaviones y el establecimiento de barreras vivas y cortinas rompe vientos para disminuir el impacto de la erosión.

Otra medida de adaptación que definieron, fue aumentar la cobertura vegetal mediante la reforestación e implementación de sistemas productivos agroforestales y silvopastoriles que les permitan trabajar con eficiencia productiva y en armonía con la naturaleza.

Para desarrollar estas acciones la población se mantendrá coordinada y se conformarán brigadas ambientales, quienes tendrán como principal función sensibilizar a las familias a través de campañas de comunicación y manejo adecuado de la basura, así como jornadas de reforestación en áreas comunes de la localidad.

En este contexto, los comunitarios y comunitarias han empezado a realizar actividades para la reducción de riesgos por inundaciones en más de 100 viviendas, a través de la instalación de 1,000 metros lineales de cercas vivas, plantación de 100 árboles de genízaro en un área de 10 manzanas y 2,608 plantas frutales injertas en 8.6 manzanas de patios. Asimismo, se logró que 10 productores y productoras manejen sistemas agroforestales y silvopastoriles.

Actualmente, se están capacitando en prevención de incendios, uso eficiente del agua y han realizado jornadas de limpieza en los cauces.

Agriadapta es implementado por FAO, el Instituto Nicaragüense de Tecnología Agropecuaria (INTA) y el Ministerio del Ambiente y los Recursos Naturales (MARENA), con financiamiento de la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación (COSUDE).