Cada 17 de junio se conmemora el Día Mundial de Lucha contra la Desertificación y la Sequía, esta fecha tiene como objetivo llamar la atención sobre los desafíos que enfrentan las comunidades rurales para garantizar su seguridad alimentaria y nutricional; en un contexto de cambio climático y variabilidad climática.

En Nicaragua, el programa "Mesoamérica sin Hambre AMEXCID-FAO" ha apoyado al Instituto Nicaragüense de Tecnología Agropecuaria (INTA) en la implementación de estrategias clave para hacer frente a estos desafíos, como son los Bancos Comunitarios de Semillas y la Estrategia Nacional de Bioinsumos (ENBIO).

Los Bancos Comunitarios de Semilla han permitido a las familias productoras contar con semillas criollas y acriolladas de alta calidad, adaptadas a las condiciones locales y resilientes al cambio climático. Esto, junto con el fitomejoramiento participativo, ha contribuido a incrementar la productividad de los cultivos de granos básicos como el frijol y el maíz.

Por otra parte, la ENBIO ha fomentado el uso de insumos biológicos por parte de la agricultura familiar, promoviendo prácticas agroecológicas que mejoran la fertilidad de los suelos y el manejo integrado de plagas y enfermedades. Esto permite a los productores reducir su dependencia de insumos químicos, a la vez que mejoran la sostenibilidad de sus sistemas de producción.

Estas iniciativas han demostrado ser herramientas clave para que las comunidades rurales del Corredor Seco de Nicaragua puedan hacer frente a los efectos de la desertificación y la sequía. Al fortalecer su seguridad alimentaria y nutricional, estas estrategias contribuyen a la sostenibilidad y resiliencia de los sistemas de producción locales.

Por esto es fundamental que los gobiernos y organismos de cooperación internacional sigan fortaleciendo este tipo de enfoques que ponen en el centro a los productores y productoras como protagonistas. Así podemos contribuir a la transformación de los sistemas alimentarios y que estos sean más justos, resilientes y capaces de garantizar la seguridad alimentaria y nutricional de nuestras comunidades rurales.

Una visión regional

"Mesoamérica sin Hambre AMEXCID-FAO" es una iniciativa de cooperación sur-sur triangular liderada conjuntamente por el Gobierno de México, a través de la Agencia Mexicana de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AMEXCID), y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

Este Programa trabaja de manera coordinada con instituciones de Belice, Colombia, Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, México, Nicaragua, Panamá y la República Dominicana. Su objetivo es mejorar la capacidad de los actores públicos para ofrecer soluciones efectivas a los desafíos que afectan la seguridad alimentaria y nutricional de las poblaciones rurales más vulnerables.

Más información

https://www.fao.org/in-action/mesoamerica-sin-hambre/elprograma/general/es/