El Estado de los Recursos de Tierras y Aguas del Mundo para la Alimentación y la Agricultura

2. Presiones socioeconómicas

 

Presiones socioeconómicas y situación institucional

©SwiatekWojtkowiak/www.nygus.infoEl aumento de la población aunado a las pautas de consumo son los principales impulsores de las presiones sobre los sistemas de tierras y aguas presentados en el capítulo 1. La dependencia social y cultural de la tierra y el agua se ha transformado con la aceleración de las transiciones de la agricultura y la urbanización en un mundo más interconectado. Muchas políticas interrelacionadas como el comercio, los regímenes de subvenciones rurales y los incentivos a la producción han promovido el uso de tierras y agua. Pero la gestión de la tierra y el agua tiende a quedar rezagada respecto a la política macroeconómica y los planes sectoriales de desarrollo. En muchos casos se ha producido una gestión activa sólo después de la degradación ambiental. Esta falta de perspectiva de los recursos naturales persiste, aun donde una base limitada de recursos naturales y las altas tasas de crecimiento de la población están ejerciendo una presión extrema sobre los recursos. En pocas palabras, los responsables de la planificación macroeconómica tienden a preocuparse más por la oferta y la demanda de productos agrícolas que por el suministro de insumos de recursos naturales y si éstos se ven limitados o están llegando a su límite.  

La gestión espacial a gran escala de los sistemas de tierras y aguas se inició al surgir las civilizaciones de los valles fluviales y el desarrollo agrícola consiguiente. En fecha más reciente, las instituciones de las tierras y el agua evolucionaron para facilitar el éxito de la producción agrícola intensiva asociada al adelanto de la investigación genética, la llamada "revolución verde".

Pero en la práctica se han creado pocas instituciones de éxito para la gestión integrada de las tierras y el agua. Investigaciones recientes revelan que las instituciones de las tierras y las aguas no están al día de las pautas de uso y la competencia, y rara vez han logrado reglamentar las repercusiones ambientales y económicas. En este sentido, la armonización de las políticas y la integración institucional se han mantenido como aspiración más que como realidad operativa. La planificación del uso de la tierra y la agricultura, por ejemplo, pocas veces se acopla a la planificación de las cuencas hidrográficas o a la gestión operativa para la producción de energía hidroeléctrica o la navegación. En consecuencia, se puede afirmar que se han sacrificado oportunidades económicas y que se requiere volver a una integración mucho mejor informada y rica en conocimientos de las tierras y las aguas.  

En este capítulo se examina el estado actual de las instituciones de las tierras y las aguas y cómo ambas han impulsado constantemente mayores niveles de producción, y se ha cuidado muy poco la sostenibilidad social, económica y ambiental, en detrimento de los recursos básicos de tierras y aguas y de los ecosistemas conexos, con graves repercusiones en materia de pobreza e inseguridad alimentaria.