El Estado de los Recursos de Tierras y Aguas del Mundo para la Alimentación y la Agricultura

6. Conclusiones

 

Conclusiones y principales recomendaciones para las políticas

©FAO/Franco MattioliEn este libro se esbozan los tres desafíos que afrontan los recursos de tierras y aguas de los que depende la agricultura: aumentar la producción de alimentos casi un 70 por ciento para 2050; reducir el hambre y mejorar los medios de subsistencia de los sectores más pobres; y minimizar o atenuar la degradación de las tierras y las aguas y de los ecosistemas en general. Existe una variedad de soluciones técnicas e institucionales, analizadas en los capítulos anteriores. Es necesario adaptarlas a los sistemas agrícolas locales y a los contextos socioeconómicos. Una mejor planificación, unida a conjuntos inteligentes de incentivos, podrá entonces  establecer un marco de inversión que asigne valores concordados al capital natural. Sobre estas bases, se puede alentar una gestión de las tierras y las aguas eficiente, equitativa y sostenible en todas las escalas.

Ya se inició el avance hacia esta nueva "economía verde". Cada vez más, los gobiernos, la sociedad civil y el sector privado buscan tecnologías y enfoques que pueden aumentar la productividad y proteger a la vez los recursos naturales básicos y los ecosistemas asociados. Se adoptan sistemas para una agricultura más sostenible y se han creado medidas para superar las limitaciones técnicas y socioeconómicas.

Sin embargo, a pesar de estos avances, persisten considerables obstáculos para su adopción. La proliferación de instrumentos, conferencias y compromisos divergentes consume tiempo y recursos, con muy pocos efectos prácticos. Es esencial el compromiso político de las naciones y  la comunidad internacional para afrontar los problemas de manera sinérgica.

©FAO/Olivier ThuillierAvanzar hacia vías más sostenibles de intensificación y ordenación ecológica exigirá esfuerzos adicionales. Las políticas, las instituciones y las estrategias de ejecución requerirán ajustes en los planos mundial, nacional y local para dotar a las organizaciones y los agricultores del conocimiento, los incentivos y los recursos financieros que necesitan. Con este apoyo los agricultores pueden aumentar la productividad de manera sostenible y fortalecer la integración de sus actividades agrícolas en los ecosistemas locales, equilibrando las compensaciones a fin de mantener los efectos adversos al mínimo. Un compromiso bien informado en los ámbitos local, nacional y mundial, orientado a los sistemas de tierras y aguas en riesgo, brindará a fin de cuentas el beneficio socioeconómico del crecimiento en general, reduciendo la inseguridad alimentaria y la pobreza asociada.

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