La FAO facilita una guía jurídica sobre los aspectos operacionales y legales de esta modalidad de agricultura para promover relaciones contractuales más informadas y equilibradas

Panamá, 29 de septiembre de 2017.- Las transformaciones en los sistemas agroalimentarios junto con las preferencias de los consumidores han impulsado en los últimos años la agricultura por contrato, una práctica que consiste en la producción en cantidades, calidades y precios previamente acordados con los compradores.

Con el objetivo de promover el acceso a mercados de los agricultores familiares y mejorar la capacidad de inclusión y la eficiencia en las cadenas agroalimentarias en Mesoamérica, técnicos de gobierno, productores y representantes de la iniciativa privada fortalecen sus capacidades sobre los aspectos operacionales y legales de esta modalidad de agricultura.

Durante esta capacitación, desarrollada en Ciudad de Panamá entre los días 26 y 28 de septiembre con el apoyo de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), los participantes profundizaron sus conocimientos técnicos para convertirse en formadores de este tipo de modalidad contractual.

En concreto, se analizaron los marcos regulatorios y principios rectores de la agricultura por contrato; se capacitaron sobre las principales herramientas jurídicas y legales; conocieron experiencias exitosas desarrolladas en otros países y aprendieron técnicas para resolver posibles controversias.

“Esta modalidad de agricultura garantiza un mercado a los productores y facilita una mayor asistencia técnica, tecnología e insumos por parte de los compradores para producir con la calidad requerida, por lo que reduce riesgos para los agricultores y algunas limitaciones técnicas”, explicó Carlos Silva, profesor colaborador de la Universidad Federal de Viçosa, Brasil, y facilitador de la capacitación.

Relaciones contractuales más equilibradas y transparentes

“Desde la FAO se ha venido impulsado la integración de la agricultura familiar a mercados por ser un mecanismo que promueve la generación de ingresos, y que facilita la inclusión” señaló Pilar Santacoloma, Oficial de Sistemas Agroalimentarios de la FAO.

Sin embargo, también existen riesgos asociados como en cualquier relación contractual. “Para ello se han creado herramientas que permitan dotar de un marco legal e institucional favorable para estos pequeños productores, de forma que se satisfagan las necesidades del comprador pero también se consideren las particularidades del vendedor”, añadió.

Una de las principales principal herramienta para orientar a ambas partes a establecer relaciones contractuales más informadas y equilibradas y procedimientos de resolución de conflictos es la Guía jurídica sobre agricultura por contrato, elaborada por el Instituto Internacional para la Unificación del Derecho Privado (UNIDROIT), el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) y la FAO, la cual se ha convertido en un referente para los gobiernos a la hora de diseñar leyes y políticas agrícolas contractuales que tengan en cuenta las implicaciones legales para los agricultores.

El Director Regional del Instituto de Mercadeo Agropecuario de Panamá en Herrera, Reinaldo González, participa en este taller para impulsar la comercialización de la producción de pequeños productores en su área. “Queremos llevar esta propuesta para que ellos empiecen a trabajar para determinados productores, facilitarles esa relación y que puedan planificar su producción y ser más eficientes”.

Efecto multiplicador en las comunidades

Para que esta modalidad logre mayor alcance y represente una alternativa para las comunidades, es importante promover estas herramientas, tanto en las instituciones como entre productores y contratistas.

“Este taller genera un efecto dominó, ya que al capacitar a formadores del modelo de agricultura por contrato y facilitar el intercambio de experiencias en la región, nos va a permitir multiplicar experiencias y transmitir los mensajes recogidos en la capacitación a los productores”, afirmó Omar Fajardo, productor y gerente de una cooperativa de pequeños productores de El Salvador.

Raquel Macedo, participante de una empresa mexicana, considera que contar con formadores de la iniciativa privada también puede facilitar la vinculación con otros empresarios para que apoyen a los pequeños productores. “Nos interesa trabajar con pequeños productores por una cuestión de responsabilidad empresarial y por los beneficios que nos aportan: los costos, la calidad de sus productos y la trazabilidad de su cultivo”, explicó.