FAO en Panamá

Países del SICA buscan soluciones a los efectos climáticos en el Corredor Seco Centroamericano

09/09/2019

El Corredor Seco Centroamericano es una de las regiones más sensibles a la variabilidad del clima y los efectos del fenómeno El Niño-Oscilación del Sur (ENOS), afectando al sector agroalimentario y en mayor medida a los agricultores que dependen de la agricultura para garantizar sus medios de vida.

El pasado año, una canícula prolongada dañó hasta el 70% de la siembra de primera en el Corredor Seco Centroamericano, que afectó a 2,2 millones de personas y dejó a 1,4 millones en necesidad de asistencia alimentaria. Este año, datos nacionales revelan que 50,000 familias guatemaltecas perdieron hasta el 80% de sus cosechas de maíz, mientras que, en Honduras, se identificaron impactos de hasta el 50% en las cosechas de granos básicos en el Corredor Seco.

“La intensificación de la variabilidad climática, unida a la deforestación, la degradación de las tierras y el estrés hídrico amenazan la seguridad alimentaria y medios de subsistencia de miles de familias del Corredor Seco Centroamericano que dependen de la agricultura para su subsistencia”, declaró Adoniram Sanches, Coordinador Subregional de la FAO para Mesoamérica.

Para reducir estas amenazas, los países del Sistema de Integración Centroamericana han impulsado medidas de planificación, vigilancia, mitigación y contingencia para reducir sus efectos, así como instrumentos que buscan soluciones integrales, como la Estrategia de Agricultura Sostenible Adaptada al Clima 2018 – 2030 (EASAC), un marco común para la resiliencia y sostenibilidad de los sistemas agroalimentarios en la región.

Con el objetivo de analizar estas acciones y aportar soluciones de mediano y largo plazo en los territorios vulnerables del Corredor Seco, técnicos de los países del SICA participaron en una reunión técnica, con el acompañamiento de la FAO y la cooperación financiera no reembolsable del BCIE, cuyos resultados se presentaron hoy en el Consejo de Ministros del Consejo Agropecuario Centroamericano (CAC).

Durante el encuentro, el Ministro de Agricultura de El Salvador y Presidente Pro Témpore del CAC, Pablo Anliker, reconoció el apoyo que la FAO ha hecho para fortalecer a los ocho ministerios de agricultura del SICA y en especial su aporte para la articulación regional que ha permitido buscar soluciones de manera conjunta a los efectos climáticos en el Corredor Seco Centroamericano.

Soluciones integrales para la resiliencia

Entre las soluciones presentadas destacan instrumentos como la Estrategia de Cambio Climático de sectores agropecuario, forestal, pesquero y acuícola de El Salvador, que dispone, a su vez, de otros instrumentos específicos que apoyan su implementación, como el Plan Nacional de Cambio Climático y Gestión de Riesgos Agro-climáticos o la Política de Agricultura Sostenible Adaptada al Clima.

También destaca el proyecto RECLIMA, aprobado por el Fondo Verde del Clima con la asistencia técnica de la FAO, que beneficiará a 50.000 familias del Corredor Seco salvadoreño y aumentará la resiliencia de los sistemas de producción agrícola en más de 56.600 hectáreas.

Del mismo modo, Panamá está en fase de implementación del Plan Nacional de Cambio Climático para El Sector Agropecuario, para facilitar el desarrollo de programas y proyectos con enfoque de adaptación y mitigación en escenarios de clima cambiante.

Acción climática en los territorios

Por su parte, Guatemala trabaja en el fortalecimiento de los procesos de extensión a través de técnicos capacitados para la acción climática. También cuentan con una guía para el diseño, implementación y monitoreo de intervenciones que promuevan una agricultura sostenible adaptada al clima con enfoque de género.

Como parte de las acciones implementadas en terreno, Honduras ha desarrollado mesas agroclimáticas participativas y difunden recomendaciones técnicas según perspectiva climática por ciclo productivo a través de boletines, en los que se incluyen calendarios y medidas destinadas a los productores para afrontar adecuadamente los posibles impactos del clima.

Nicaragua ha avanzado en el desarrollo participativo de semillas adaptadas al clima, a través de procesos de fitomejoramiento participativo en bancos de semillas comunitarios.

Reducir emisiones de carbono

República Dominicana y Costa Rica, por su parte, destacan por impulsar acciones que combinan el fortalecimiento de la resiliencia con el desarrollo bajo en carbono.

Costa Rica adoptó la Estrategia de desarrollo bajo en carbono para el subsector ganadería para crear condiciones que permitan a los ganaderos mayor productividad y rentabilidad con menos emisiones y logren más secuestro de carbono por unidad de área.

El país caribeño destaca por el fortalecimiento de las cadenas de valor como el café, con la aplicación de medidas NAMA para la adaptación y resiliencia climática, combinados con la reducción de emisiones de gases de invernadero.

“Estas acciones muestran que los países han avanzado en soluciones innovadoras que permiten anticipar y mitigar los efectos climáticos en la región. Sin embargo, es necesario seguir trabajando en el fortalecimiento de los servicios de información agroclimática, los mecanismos de comunicación y extensión con los productores, el almacenamiento y gestión eficiente del agua e impulsar inversiones climáticas para ofrecer soluciones estructurales y a largo plazo”, agregó Sanches.