La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Movimiento de Alimentación Saludable (MAS), la Organización Panamericana de la Salud (OPS), la Asociación Panameña de Nutricionistas y Dietistas (APND) y la Fundación Panamá Saludable se encuentran desarrollando una serie de iniciativas para resaltar la importancia de la implementación del etiquetado frontal de advertencia nutricional en Panamá.

Estas acciones parten de la necesidad encontrada de potenciar el rol de los consumidores mediante información y educación sobre salud y nutrición, para favorecer la adopción de decisiones informadas sobre el consumo de productos alimenticios, a fin de seguir prácticas alimentarias saludables.

El Oficial de nutrición de la FAO, Israel Ríos, explicó que el sistema de etiquetado frontal de advertencia nutricional es una medida simple y de fácil comprensión para que los consumidores escojan productos alimenticios empacados más saludables.

“Como se recomendó en la Cumbre de Sistemas Alimentarios 2021, el etiquetado frontal de advertencia nutricional, se trata de una serie de sellos de advertencia que indican si los productos contienen excesiva cantidad de azúcar, grasas y sal. El identificar fácilmente estos sellos permitirá al consumidor tener el derecho de saber qué está ingiriendo u ofreciendo a los miembros de su familia”, explicó Ríos.

Además, el funcionario añadió que esta medida busca que las compras sean informadas, y que esto obedece a que existen fuertes campañas de mercadeo que promocionan productos empacados y bebidas azucaradas, sobre todo dirigidas a niñas y niños. A la vez, que el sobrepeso y la obesidad alcanzan cifras récord en Panamá.

En este marco, representantes de estas instancias conversaron recientemente con la Comisión de Trabajo, Salud y Desarrollo social de la Asamblea Nacional de Panamá, para exponer la importancia de promover el etiquetado de advertencia frontal, como una herramienta simple, práctica y eficaz para informar al consumidor sobre productos que pueden dañar la salud y ayudar a orientar las decisiones de compra.

De acuerdo a la información proporcionada en este encuentro, la Encuesta Nacional de Salud del 2019 arroja que en Panamá 36,7% de los niños en edad escolar tienen exceso de peso; en adolescentes la cifra es del 34%; y en los adultos, el 71,7%. La obesidad, por su parte, afecta al 36% de las personas mayores de 18 años.

Sumado a esto, según informes de la OPS, el sobrepeso fue precisamente la mayor causa de muertes en el 2017, como consecuencia de enfermedades que se generan por una mala alimentación.

Al respecto, el Oficial de nutrición de FAO señaló también que la pandemia por COVID-19 ha mostrado que quienes tienen sobrepeso u obesidad están en mayor riesgo de morir por esta enfermedad. “Antes de la pandemia, la principal causa de muerte en el país eran el infarto y los problemas cardiovasculares. Además, entre las diez principales causas de muerte están el cáncer, la diabetes, las enfermedades hipertensivas, entre otras. Todas ellas tienen algo en común, los malos hábitos de alimentación los cuales inician desde la infancia y menoscaban el potencial, calidad y esperanza de vida de la población”, dijo.

Sobre esta situación, Bethy Cruzado, en representación del Movimiento de Alimentación Saludable, explicó al pleno que estas causas de muerte pueden prevenirse con una información clara de los productos que se consumen. Asimismo, señaló la importancia de promover la compra de productos frescos provenientes de la agricultura familiar local y campesina. Siendo el etiquetado una medida para potenciar la buena alimentación, a la vez que se favorece la compra de alimentos frescos como frutas, vegetales, legumbres, menestras, entre otros.

“Como Movimiento de Alimentación Saludable, en representación de los consumidores, exigimos la incorporación de los octágonos de advertencia que muestren el alto contenido de nutrientes críticos, donde de manera sencilla con una debida educación al consumidor se pueda explicar y prevenir la pandemia de la obesidad y sus consecuencias de la misma a toda la población panameña”, dijo Cruzado.

Los expertos reiteraron que la ingesta excesiva de estos nutrientes es resultado, en gran medida, de la amplia disponibilidad, asequibilidad y promoción de productos alimentarios procesados y ultra procesados, que contienen cantidades excesivas de azúcares, grasas saturadas y sodio, además de la falta de información para los consumidores.

Como parte de las soluciones propuestas, en la discusión se planteó la aplicación de leyes y regulaciones que reduzcan la demanda y la oferta de productos que contienen cantidades excesivas de nutrientes críticos, siendo la utilización de etiquetas en el frente del producto uno de los instrumentos clave de política que puede contribuir a prevenir el desequilibrio en la alimentación, indicando a los consumidores las cantidades de azúcares, grasas totales, grasas saturadas, grasas trans y sodio que contiene.

Finalmente, los representantes de las instancias que participaron en el encuentro reafirmaron que los principales objetivos de esta iniciativa son advertir a los consumidores sobre el daño que causa el consumo excesivo de productos ultra procesados, disminuir el gasto en salud pública y velar por el principal derecho del ser humano que es la salud.

Otras acciones que contribuyen a la salud de los consumidores

El experto en nutrición de la FAO explicó que, si bien se requiere una estrategia masiva de educación, una medida por sí sola no logrará el impacto que se desea. En este sentido, indicó que la FAO está acompañando al Gobierno de Panamá en la implementación del Programa Estudiar Sin Hambre, que busca ofrecer alimentos saludables a las niñas y niños en las escuelas, a la vez que se promuevan mejores prácticas alimentarias. Y recordó que, para que Estudiar sin Hambre tenga el impacto esperado, se requieren medidas como las del etiquetado para alcanzar ambientes que favorezcan mejores elecciones de alimentos.

De acuerdo a la información proporcionada, el etiquetado frontal de advertencia nutricional se ha implementado de manera exitosa en varios países de la región. Ecuador fue el país pionero en implementar esta medida de salud pública a través del sistema de semáforos; seguido por Chile en 2016, con la aprobación de la ley de alimentos que establece los sellos frontales de advertencia nutricional.

Desde entonces, a la lista se han sumado México, Uruguay, Perú, Argentina y recientemente Colombia, en donde el Senado aprobó la implementación de esta regulación. “Lejos de observarse despidos masivos o altos costos para la industria, en Chile se ha observado que, después de seis años de implementada la norma, las industrias de alimentos han encontrado que el etiquetado es una oportunidad para el desarrollo de nuevos nichos de productos más saludables, así como una sociedad más consciente y activa en lo que respecta a la salud”, afirmó el funcionario de FAO.