Los agricultores familiares panameños no paran durante la pandemia
Hector Frías es un agricultor familiar panameño que preside la asociación de productores de café de la provincia de Los Santos, situada en el centro del país. A diferencia de otras zonas de Panamá, esta área no es conocida por la producción cafetalera. La escasez de agua y la degradación de la tierra habían relegado las plantaciones de café en su área hacía décadas, cuando Héctor y otros productores decidieron revitalizarlo con la ayuda del Ministerio de Desarrollo Agropecuario de Panamá y la FAO.
Tras un proceso de capacitación y seguimiento técnico que se prolongó durante dos años, Héctor y otros productores que participaron en esta iniciativa estaban levantando la producción. Fortalecieron la asociación, lograron su personería jurídica e impulsaron la reproducción de plantones para dinamizar la producción de café de bajura. En esta tarea estaban cuando la pandemia les golpeó.
“Este año empezamos con más fuerza en la asociación, pero el coronavirus nos interrumpió porque debido a las medidas de cuarentena, no nos podemos reunir”, relató Héctor Frías.
A pesar de las dificultades que planteaba la pandemia, Héctor no abandonó y decidió seguir con los 13 000 plantones de café que ya tenía la asociación en desarrollo con el apoyo de otros dos agricultores más. “Trabajamos a una distancia segura y tomando todas las precauciones para no contagiarnos”, detalló.
La movilidad en el país se redujo a dos horas diarias en días alternos, lo cual dificultaba la comercialización entre los socios y también a otros agricultores interesados en producir café.
“Si sigue la pandemia, usaremos la tecnología para poder colaborar con ellos. Les contactaremos por el celular o buscaremos una alternativa para que puedan tener su producción. El café es un rubro en el que tenemos mucha fe y creemos que nos va a ayudar a superar esta crisis del coronavirus”, agregó.
Los agricultores familiares adaptan su producción
Además, Héctor continuó con su producción ganadera y comenzó la siembra habitual de arroz y maíz, inició recientemente la cría de codornices y tiene dos proyectos que le gustaría sacar adelante en el futuro: la producción de hortalizas bajo invernadero y la ganadería caprina. “Los productores no paramos”, sostuvo.
Al igual que Héctor, otros agricultores familiares del país también se están adaptando a la nueva realidad. En la provincia de Panamá Este, Modesto Figueroa, quien a su vez lidera el Comité Nacional de Agricultura Familiar, sigue con su actividad a pesar de la pandemia.
Modesto comparte habitualmente las tareas para la producción avícola con su esposa Liliana, quien a su vez se encarga de la comercialización: “Nuestros productos son 100% de granja y tienen muy buena aceptación en el mercado local, pero la comercialización está difícil porque no podemos atender a los clientes de la forma habitual. Lo que estamos haciendo es comunicarnos con ellos a través del celular, nos realizan el encargo y pasan a recogerlos cuando está listo”, explicó Liliana Pinzón.
Respuesta y recuperación durante la COVID-19
En Panamá, se estima que el 80% de los agricultores del país son agricultores familiares. La FAO a través del programa Mesoamérica sin Hambre, que cuenta con el apoyo de la Agencia Mexicana de Cooperación Internacional para el Desarrollo, apoyó a los agricultores a conformar comités provinciales y comarcales que integran el Comité Nacional de la Agricultura Familiar.
Este comité contribuyó a la formulación de la Ley de desarrollo de la agricultura familiar, que declara la importancia nacional de la agricultura familiar y su contribución a la economía, a la seguridad alimentaria y nutricional, a la identidad cultural, al desarrollo rural, a la conservación de la biodiversidad y a mejorar las condiciones de vida de los productores en las áreas rurales. La Ley fue ratificada apenas unas semanas antes de la detección del primer caso de COVID-19 en Panamá.
En estos momentos de dificultad y restricciones marcados por la pandemia, los agricultores familiares han mostrado su liderazgo, contribuyendo a la seguridad alimentaria y nutricional, produciendo alimentos frescos y de calidad y manteniendo sus organizaciones. También han desarrollado una mayor resiliencia, buscando alternativas para comercializar sus productos.
Planes de recuperación
En medio de esta pandemia, la FAO ha brindado recomendaciones al Gobierno de Panamá para garantizar el suministro de alimentos y apoyará los planes de recuperación temprana del sector agropecuario. También acompañará el proceso de registro de agricultores familiares del país, que permitirá identificar con más detalle al sector y generar políticas públicas focalizadas para un mayor desarrollo de su potencial productivo.
Todas estas acciones permitirán fortalecer la seguridad alimentaria del país, en particular de las familias que dependen de la agricultura para su subsistencia, contribuir a la recuperación post COVID-19 y a un desarrollo rural más inclusivo que proporcione a agricultores familiares como Héctor, Modesto y Liliana, un rol protagonista no solo en época de crisis sino también en las etapas de bonanza.