Asunción. El Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), a través de la Dirección de Extensión Agraria (DEAg) y la Dirección de Censo y Estadísticas Agropecuarias (DCEA), con la cooperación técnica de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), realiza un estudio para la recolección y análisis de datos para evaluar el impacto del COVID-19 en los medios de vida rurales y el sistema alimentario a nivel nacional.

El objetivo es que el MAG disponga de información fehaciente para la toma de decisiones y la generación de acciones apropiadas para salvaguardar la Seguridad Alimentaria y Nutricional (SAN), asegurando la resiliencia y sostenibilidad de los medios de vida y de los sistemas alimentarios.

Para el efecto, fue levantada información primaria de hogares de productores de la agricultura familiar, extensionistas, comerciantes de alimentos y vendedores de insumos agropecuarios. Con el ejercicio, funcionarios del MAG fortalecieron su destreza para realizar una evaluación rápida mediante el uso de herramientas y metodologías específicas adaptadas a la realidad nacional.

La acción involucró a 500 extensionistas y 18 gerentes de la región Oriental. Fueron realizadas más de 1.900 encuestas a hogares rurales. El informe final del análisis está en proceso de revisión a nivel nacional.

El estudio tiene como principales objetivos “identificar quién está sufriendo los peores impactos del COVID-19 en la seguridad alimentaria y los medios de vida, así como por qué, dónde y cuándo”, “promover la toma de decisión informada y el diseño de planes, programas y políticas de respuesta y recuperación inclusivas, sostenibles y resilientes”, así como “contribuir a otros análisis más amplios de seguridad alimentaria y necesidades humanitarias”.

El levantamiento de información primaria se realizó de manera remota (telefónica o web, o ambas), lo que permitió al MAG fortalecer la capacidad para el desarrollo de encuestas agrícolas on-line.

ANTECEDENTES

La pandemia del COVID-19 tuvo importantes efectos negativos que continúan hasta el momento, considerando que todavía se encuentra afectando a todos los países, independientemente al estado de avance de las campañas de vacunación.

Los efectos del virus y de las actividades de contención conexas sobre la seguridad alimentaria y los medios de vida son motivo de especial preocupación en contextos de gran vulnerabilidad.

Para el seguimiento de esos efectos y proveer información relevante para adoptar políticas públicas apropiadas para mitigar y responder a los efectos de la crisis en la seguridad alimentaria y los medios de vida agrícolas, los tomadores de decisión requieren disponer información actualizada que permita comprender el impacto de la pandemia y comparar sus efectos con otros países, para obtener lecciones aprendidas.

Para tal efecto, el Equipo de Evaluación de Necesidades de Emergencia (PSE) y el equipo de la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEME) han elaborado las guías de vigilancia, previsión y evaluación que proporcionan un marco general e incluyen preguntas claves que se han adaptado a la realidad del Paraguay.

Para realizar el estudio se utilizaron cuatro instrumentos de recolección de información que han sido adaptados al contexto del país:

• Cuestionario de hogares agropecuarios.
• Cuestionario de informantes clave (extensionistas).
• Cuestionario para vendedores de insumos agrícolas.
• Cuestionario para comerciantes de alimentos.

EL IMPACTO DEL COVID-19 EN EL SISTEMA ALIMENTARIO PARAGUAYO

De acuerdo con un informe publicado por FAO este año, la pandemia de coronavirus COVID-19 no afectó de forma considerable hasta el primer semestre del 2020 los ciclos productivos de alimentos destinados al mercado interno, así como a aquellos que satisfacen las necesidades alimenticias de los propios agricultores familiares en Paraguay.

El documento denominado “El impacto del COVID-19 en el sistema alimentario paraguayo” fue preparado en un contexto inicial de la pandemia en el primer semestre del 2020.

El impacto directo de las restricciones a la movilidad -propias de la cuarentena- afectó principalmente al sector comercial y de servicios, con reducción del empleo. Se estima que una parte de la población que perdió su empleo retornó a las zonas rurales, que se han convertido así en las zonas de refugio de la población ante la pérdida de las fuentes de ingreso.

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