FAO en Paraguay

Comunidad indígena Santa Teresita y los desafíos para asegurar la Protección Social

Crescencia Arroyo, de la comunidad indígena de Santa Teresita, Mariscal Estigarribia, Chaco paraguayo. Foto: ©FAO
07/07/2023

Equipo de la FAO recoge experiencias de familias indígenas y servidores públicos para análisis sobre la situación actual del Chaco y el diseño de propuesta de acción.

Doña Crescencia Arroyo habla con entusiasmo cuando cuenta que desde el 2022 una de sus principales actividades diarias es el cuidado de sus gallinas, mantenidas en un corral instalado a unos cuantos metros de su ordenada vivienda, ubicada en la comunidad Santa Teresita, de la ciudad Mariscal Estigarribia, departamento de Boquerón, Chaco paraguayo.

Relata que la cría de gallinas se convirtió en su principal actividad económica familiar. En una mezcla de guaraní y castellano (jopará) explica que su producción primero es para consumo y, luego, para venta. “Los huevos uso para hacer torta, que vendo en la comunidad”, relata sonriendo.

Doña Crescencia pertenece al Pueblo Guaraní, y, junto con su familia, forma parte de unas de las casi 400 familias de la comunidad indígena que se instaló a pocos kilómetros del centro de Mariscal, hace 82 años.

Cuenta que tiene el gallinero y otros animales menores a través de la gestión realizada por los líderes de la comunidad para una asistencia del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), lo que demuestra, dice ella, que si un programa es bien desarrollado, es posible lograr una autogestión para la alimentación y el mejoramiento de la condición socioeconómica.

La historia de doña Crescencia fue rescatada, así como otras, durante una visita de campo que realizó a la comunidad indígena un equipo de especialistas de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y Agricultura (FAO), con el objetivo de dialogar con representantes de comunidades indígenas y prestadores de servicios públicos para fortalecer las acciones vinculadas a la seguridad alimentaria y nutricional, en el marco del proceso de implementación de la Política de Protección Social, una de las áreas de trabajo establecidas con el Gobierno de Paraguay.

El objetivo central, que está en proceso de desarrollo, es el diseño e instalación de una metodología aplicada en otras zonas para la detección de necesidades y un plan de mejora a partir de cada una de las realidades como parte del Sistema de Protección Social ¡VAMOS!, que permita la llegada concurrente de los servicios públicos a todas las personas contribuyendo a mejorar la calidad de vida.

Más oportunidades para las mujeres

Casilda Vera, también de la comunidad indígena Santa Teresita, usa una motocicleta para trasladarse de lunes a viernes a una escuela privada, donde trabaja desde hace un buen tiempo. Dice que tiene un trabajo estable, pero que la situación de muchas de las mujeres de la comunidad y, por ende, de sus familias, es preocupante.

“Es importante que se busquen alternativas laborales para las mujeres, para que no salgan de la comunidad. Ese es un pedido que siempre hacemos”, cuenta en una de las conversaciones de análisis sobre la realidad local.

Como la mayoría con quienes conversó el equipo de FAO, utilizando el jopará como medio de comunicación, Casilda considera que se debe fortalecer el acompañamiento de las instituciones públicas, a partir del conocimiento de sus realidades.

Más educación y más servicios públicos

El cacique de la comunidad, Marcelino Bernabé, quien se dedica como profesional electricista luego de haber dejado su estudio de Medicina por un tema económico, describe que en la comunidad viven unas 1.200 personas que forman parte de unas 400 familias. “La mayoría son jóvenes. Y para ellos tenemos que fortalecer la educación”, reflexiona.

Marcelino tiene una lista de temas que plantea al equipo de FAO. Habla, primero, de la necesidad de fortalecer la producción menor para autoconsumo y venta, “para asegurar la alimentación de cada familia”.  Luego menciona un problema que no solo es de la comunidad, sino de todo el Chaco: la falta de agua. “Nuestra agricultura siempre es riesgosa por falta de agua y la recuperación del suelo. Dependemos de la naturaleza”, afirma.

Su lista sigue con la urgente necesidad de fortalecer el sistema de atención de salud en la propia comunidad, mayor inversión y profesionales locales, y seguimiento en el área de educación, especialmente para las personas jóvenes. “Nos hace falta cursos para que los jóvenes estén capacitados. Creemos que sin educación no se puede avanzar”, sostiene en un castellano interrumpido en varias ocasiones con palabras en guaraní.

La elaboración de productos locales propios es otro de los temas que la comunidad analiza se debe fortalecer, agrega. Habla de una producción tanto para agricultura y de productos que puedan comercializarse en la zona o en otras ciudades.

Marcelino nos muestra también su finca, en la que cría cabras y ovejas, además de otros animales menores para consumo y venta. Los animales también fueron parte de una asistencia del MAG. “Si los programas se realizan como se planifican y de nuestra parte hay esfuerzo y dedicación, podremos estar mejor”, reflexiona finalmente.

Misión técnica

El equipo de la FAO que fue al terreno, además de visitar y conocer de primera mano las experiencias de las familias indígenas, conversó con autoridades locales, tanto de la Municipalidad, así como de las reparticiones del MAG. La recolección de información formará parte de un análisis sobre la situación actual de la zona y el diseño de una propuesta de acción que será analizada con las instituciones públicas.

La FAO brinda asistencia técnica en Paraguay para la inclusión económica y productiva, en el marco del proceso de implementación del Sistema de Protección Social ¡VAMOS!, que busca fortalecer los sistemas de producción, abastecimiento y comercialización que promuevan la inclusión de la Agricultura Familiar campesina e indígena para la disponibilidad de alimentos saludables.

La Protección Social

Para la FAO, la Protección Social es un conjunto de intervenciones cuyo objetivo es reducir el riesgo y la vulnerabilidad de tipo social y económico, así como aliviar la pobreza y privación extremas. Es un aspecto clave en toda estrategia de reducción de la pobreza rural. Incluye tres tipos de programas:

Asistencia social: transferencias públicas condicionales o incondicionales en efectivo o en especie, o programas de obras públicas;

Seguridad social: programas de afiliación que cubren determinadas contingencias que afectan al bienestar o a los ingresos de los hogares;

Protección laboral: proporciona subsidios de desempleo, desarrolla competencias profesionales e imparte formación a los trabajadores.

La Protección Social no sólo consiste en desarrollo social, sino que también está contribuyendo a la transformación económica mediante el aumento del poder adquisitivo de los hogares más pobres y el impulso del crecimiento económico a través de la estimulación y aumento de la demanda de alimentos y otros bienes y servicios.

Quienes se benefician de la Protección Social con formación agrícola, programas de subvenciones a los insumos y programas de ahorro, pueden maximizar la repercusión de las intervenciones y permitir que las personas que están en la línea de la pobreza salgan de ella de una forma sostenible.

Territorios demostrativos

La Política de Protección Social ¡Vamos!, que se implementa a nivel nacional, cuenta con territorios demostrativos de la metodología de trabajo de gestión articulada entre, gobierno local e instituciones públicas que brindan servicios.  En los municipios se instalan las Mesas de Protección Social, instancia de trabajo entre técnicos y funcionarios que llevan adelante las acciones definidas en el ámbito de la implementación articulada de las políticas sociales, a fin de coordinar de manera técnica y, además, en instancia gerencial, la llegada efectiva de los servicios estatales.

Así también se promueve la instalación de un equipo impulsor integrado por actores locales, organizaciones de base, sector privado, de organizaciones de la sociedad civil, academia, sector cooperativo para la inclusión económica y productiva mediante una agenda estratégica de desarrollo con énfasis en la seguridad alimentaria y nutricional.

 Pilares básicos

El Sistema de Protección Social ¡VAMOS! pone su especial atención en niñas, niños, adolescentes, mujeres, adultos mayores, población indígena, personas con discapacidad y personas en situación de vulnerabilidad.

El sistema consiste en articular, desde la perspectiva de los derechos ciudadanos, a lo largo del ciclo de vida, hogares y entorno de las comunidades, las estrategias de abordaje del sector público en tres pilares:

i)               Integración Social, vinculado a las Políticas de corte universal y selectivas orientadas a la población en situación de pobreza,

ii)               Inserción Laboral y Productiva, relacionado con las Políticas de Inclusión y de Regulación Laboral y,

iii)            Seguridad Social, vinculado a las Políticas contributivas y no contributivas, según la presentación estructurada de la propuesta general del Sistema de Protección Social ¡Vamos!