Estrategia de la FAO sobre el cambio climático 2022-2031
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) cuenta con una nueva Estrategia sobre el cambio climático, con vigencia hasta el 2031.
El documento, construido en un proceso participativo, inclusivo y de consulta en el que participaron representantes de los gobiernos, expertos de la Organización y asociados externos, fue aprobado en el 170º periodo de sesiones del Consejo de la FAO, realizado del 13 al 17 de junio.
La Estrategia sobre el cambio climático tiene por objeto facilitar y ampliar la contribución de la FAO a la transformación de los sistemas agroalimentarios y los medios de vida que dependen de ellos a fin de que sean más resilientes al clima, capaces de adaptarse y de bajas emisiones. Al mismo tiempo, se procura alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible, en particular la erradicación del hambre y la malnutrición.
La Estrategia propone acciones en los siguientes tres pilares: I. Mundial y regional: Fortalecimiento de las políticas y la gobernanza mundiales y regionales sobre el clima; II. Nacional: Desarrollo de las capacidades de los países en cuanto a la acción por el clima; y, III. Local: Ampliación de la acción por el clima sobre el terreno.
La Estrategia hace eco del reconocimiento expresado en el Acuerdo de París en relación con la prioridad fundamental de salvaguardar la seguridad alimentaria y poner fin al hambre. Entonces, en ella se presenta el rol de los sistemas agroalimentarios como parte de la solución al cambio climático y se buscan complementariedades con las misiones de otras organizaciones y acuerdos conexos.
La Estrategia se pondrá en práctica mediante un Plan de acción sometido a exámenes periódicos con metas, indicadores, plazos, responsabilidades y un proceso de seguimiento, incluidos planes para el desarrollo de capacidades, la movilización de recursos y la comunicación.
Se establecerán, además, asociaciones entre múltiples partes interesadas, en particular con los organismos con sede en Roma (FAO, FIDA y PMA) y otros de las Naciones Unidas, instituciones financieras y el sector privado, así como a través de instrumentos como la cooperación Sur-Sur y triangular.
En el proceso de implementación de la Estrategia, ocupan un lugar central los agricultores, los criadores de ganado, los pescadores, los acuicultores, las personas que dependen de los bosques, los trabajadores de la cadena de valor alimentaria, los pueblos indígenas, los jóvenes, las mujeres y sus grupos y las personas en situación de vulnerabilidad.
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