Análisis. El sector agroalimentario es clave para salir de la crisis generada por la pandemia.

Artículo del Representante de la FAO en Paraguay, Jorge Alberto Meza Robayo.

La grave situación humanitaria generada por el paso de la pandemia nos plantea un panorama desafiante en América Latina y el Caribe. Hay que enfrentar y superar la más compleja crisis económica y social de las últimas décadas. El esfuerzo de prácticamente una década de reducción de la pobreza y el hambre está quedando sin efecto. Ninguna otra región ha sido tan golpeada con tanta fuerza por el COVID-19.

Los gobiernos deberán establecer nuevas estrategias y, sobre todo, redoblar esfuerzos con acciones concretas para enfrentar el problema actual que afecta a millones de personas. En este escenario de urgencias y replanteamientos, se realizará, a finales de marzo de 2022, la Conferencia Regional de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) para América Latina y el Caribe.

La reunión se dará en un momento clave, cuando estamos saliendo de la pandemia. Esto dará oportunidad para analizar a profundidad lo que se debe hacer, especialmente en relación a la producción y alimentación.

Para la Conferencia se establecieron temas específicos muy vinculados al momento que vivimos. Así, durante su desarrollo, por ejemplo, se discutirá y brindará orientación sobre tres prioridades regionales: (a) sistemas agroalimentarios sostenibles para proporcionar dietas saludables para todos; (b) sociedades rurales prósperas e inclusivas; y, c) agricultura sostenible y resiliente.

Previo a este importante encuentro, es importante reafirmar que el sector agroalimentario es clave para salir de la crisis. Los sistemas agroalimentarios son responsables de entre el 9 y el 35 por ciento del Producto Interno Bruto de los países de la región, y contribuyen con el 25 por ciento de sus exportaciones.

Sin incrementar, fortalecer y optimizar el aporte de los sistemas agroalimentarios, será mucho más difícil salir de la crisis. Hay una amplia comprensión que dichos sistemas deben transformarse, de acuerdo con las prioridades y capacidades de cada país. Esta transformación también es esencial para transitar a una agricultura y sistemas agroalimentarios más sostenibles, resilientes, y adaptados al cambio climático. Sin ello, no podremos asegurar alimentos inocuos, nutritivos y saludables para toda la población, especialmente para los 267 millones de personas que sufren inseguridad alimentaria.

La transformación mencionada nos ayudará, además, a crear condiciones para que los habitantes rurales superen la pobreza, que afecta a alrededor del 45 % de dicha población.

Para contextualizar la importancia del encuentro, hay que indicar que la Conferencia Regional se celebra cada dos años y reúne a los gobiernos de los 33 Estados Miembros de la FAO en América Latina y el Caribe, para establecer las prioridades regionales de la Organización para el próximo 2022-2023. La 37ª Conferencia se llevará a cabo en Quito, Ecuador, desde el 28 de marzo al 1 de abril de 2022.

Cabe recordar que, el año pasado, los Estados que integran la FAO aprobaron por unanimidad el Marco Estratégico 2022-2031 de la Organización, que llama a respaldar la Agenda 2030, para conseguir una mejor producción, una mejor nutrición, un mejor medio ambiente y una vida mejor, sin dejar a nadie atrás.

En la Conferencia se compartirán innovaciones tecnológicas, institucionales y organizacionales que ayuden a enfrentar los retos en América Latina y el Caribe. Además, la FAO informará sobre sus esfuerzos de movilización de recursos, que han llevado a un aumento en los últimos dos años del 79% en el presupuesto de los proyectos en curso, hasta un total de USD 854 millones. Finalmente, se revisarán y brindarán orientaciones sobre la reforma de la estructura regional de la FAO en América Latina y el Caribe, para fortalecer a la organización.

Indudablemente, este encuentro será clave para establecer estrategias para enfrentar el incierto futuro de la región. Sabemos que el desafío es para todos, sin excepción. Si logramos coordinar acciones, es altamente probable que superemos el difícil momento.