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Informe Especial conjunto CEPAL-FAO-WFP: Hacia una seguridad alimentaria y nutricional sostenible en América Latina y el Caribe en respuesta a la crisis alimentaria mundial

07/12/2022

La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y el Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas (WFP por sus siglas en inglés) presentan un Informe Especial que incluye un análisis del impacto de la guerra en Ucrania en los sistemas agroalimentarios, el comercio y precio de alimentos y fertilizantes, así como su relación con las cifras de hambre y pobreza en América Latina y el Caribe. 

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Datos clave

 

Precios de los alimentos: Crisis sucesivas

1. La crisis financiera de 2008, las tensiones comerciales entre los Estados Unidos y China, los efectos de la pandemia de COVID-19 y el conflicto en Ucrania en 2021, han derivado en diferentes interrupciones de las cadenas productivas primarias y manufactureras, debido al incremento de las barreras comerciales y cortes en el sistema de producción y transporte global de bienes.

2. En América Latina y el Caribe, se producen alimentos para más de 1300 millones de personas, el doble de su población y posee el 14 % de los cultivos del mundo. La región presenta un superávit agropecuario anual de más de 127.000 millones de dólares, equivalente a 200 dólares por habitante. Pero, la mayoría de países son vulnerables a problemas de producción, comercialización y alza de precios.

3. El precio de los alimentos se incrementó a mediados de 2020, impulsado principalmente por la variación de precios de aceites vegetales y cereales. El índice de precios de los alimentos, publicado por la FAO, subió 64 puntos entre junio 2020 y marzo 2022, mes en el que alcanzó su máximo nivel histórico como consecuencia de los efectos de la pandemia y el conflicto en Ucrania.

4. En América Latina y el Caribe, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) de los alimentos y bebidas ha aumentado más que el IPC general desde fines de 2018, con un aumento acelerado a partir de mayo 2020[1].

5. El alza de los precios de cereales y aceites a partir del estallido del conflicto en Ucrania, siendo junto a la Federación Rusa principales productores de estos insumos, afectó el incremento generalizado del precio de otros alimentos. En América Latina y el Caribe, 26 de los 33 países de la región son importadores netos de trigo y 13 son importadores de maíz.

Fertilizantes

6. Los países de América Latina y el Caribe importan cerca de 85% de los fertilizantes que utilizan en la producción agrícola, afectando directamente la economía local, principalmente a los agricultores familiares y pequeños productores. Ninguna otra región en el mundo depende tanto de estos insumos.

Crisis climática

7. El cambio climático, las sequías y olas de calor han mermado los rendimientos y la producción de granos, con efectos negativos que se extienden a la producción agropecuaria; y que se suman al aumento de los costos de la energía, la producción y el acceso a productos básicos para la alimentación y la agricultura.

Hambre y pobreza:

8. De acuerdo al Estado de la Seguridad Alimentaria y la Nutrición en el mundo (SOFI, 2022), el hambre en la región aumentó en un 30%. De 43,3 millones personas en 2019 a 56,5 millones en 2021. La pobreza aumentó de 187 a 201 millones de personas en el 2021, y el número de quienes viven en pobreza extrema pasó de 70 a 86 millones en el mismo periodo.

9. El incremento del hambre y la pobreza representa un retroceso de 10 a 12 años en los esfuerzos de reducir estas cifras en la región y en el cumplimiento de los objetivos de Desarrollo Sostenible.

Medidas de respuesta

10. La FAO, el WFP y la CEPAL brindan a los gobiernos orientaciones para definir políticas que respondan a la crisis actual, con medidas que puedan abordar necesidades en el área rural y responder a un triple desafío de combatir la inseguridad alimentaria, el aumento de la pobreza extrema y apoyar la producción y acceso de alimentos.

11. La reducción del costo de las importaciones de alimentos, la reducción de restricciones al comercioy otras formas de facilitación del comercio; así como la promoción del consumo de alimentos locales provenientes de la Agricultura Familiar, contribuyen a responder al incremento del precio de los alimentos.

12. Los subsidios a insumos agrícolas, las transferencias a productores y productoras y el consumo de fertilizantes orgánicos contribuye a garantizar la sostenibilidad y resiliencia de la producción alimentaria.

13. Las transferencias de ingresos, la entrega y cupones de alimentos, programas de alimentación escolar y programas para insumos subsidiados o financiados con microcréditos a tasa blandas, a través de planes nacionales de protección social, brindan una respuesta a la inflación que afecta a los sectores más vulnerables.

14. La articulación y coordinación de respuestas a través de mecanismos regionales existentes como la implementación del Plan de Seguridad Alimentaria de la CELAC, las hojas de ruta establecidas por los países en el marco de la Cumbre de Sistemas Alimentarios y los decenios de la Nutrición y la Agricultura Familiar, orientan acciones de los gobiernos para dar respuesta a la crisis y acelerar el cumplimiento de los objetivos de la Agenda 2030.


[1] El aumento promedio del índice de precios de los alimentos a nivel regional a 12 meses alcanzó un 11,9% en junio 2022, frente a un 8,9% en el caso de la inflación general

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