FAO en Perú

Carolina Trivelli: La inclusión financiera le da a la mujer rural más autonomía y le permite planificar mejor su futuro

18/10/2016

Lima. En el marco de la campaña “Mujeres Rurales, motores del desarrollo”, Carolina Trivelli, investigadora principal del Instituto de Estudios Peruano (IEP) reflexiona sobre la situación actual de las mujeres rurales en el Perú.

En esta segunda parte de nuestra conversación*, nos explica el rol de la inclusión financiera para el desarrollo de la mujer rural, de su autonomía y su capacidad de planificar el futuro; y reflexiona sobre los avances y desafíos pendientes en esta materia desde los sectores público y privado.

 

  • ¿Con qué características y desafíos particulares debe tratarse el tema de la inclusión financiera de la mujer rural?

Las mujeres rurales requieren más y mejores instrumentos para manejar sus escasos recursos. El principal problema de la pobreza no es solamente la limitación de recursos, sino también la incertidumbre frente a si mañana tendrán esos recursos también.

Permitir a las mujeres rurales planificar mejor, manejar mejor las eventualidades, las estacionalidades que el propio mundo rural tiene, implica ya un incremento de bienestar para ellas. Sin embargo, eso no se logra solamente dándoles una transferencia cada dos meses, sino permitiéndoles comenzar a manejar de manera segura y efectiva sus propios recursos. Cuando comienzan a manejar una cuenta de ahorros, no es que ahorren o que no ahorren, sino es que empiezan a hacer un plan. Por ejemplo, empiezan a ahorrar ahora para que en marzo sus hijos vayan con zapatos nuevos a la escuela. Así sea poco, 5 soles. Pero tienen un plan que les permite pensar en el futuro. Cuando tienen un pequeño negocio, en vez de comprar 5 kilos de frutas para venderlo en el mercado, pueden comprar 6 y después 7. O tienen 10 cuyes, y después 20. Eso requiere un manejo financiero más allá de si se hace en un banco, en una caja, en un grupo de ahorro comunal. Eso es el chip que les permite planificar, presupuestar, que les permite armar un plan hacia el futuro. Y esa es una de las claves para salir adelante.

Entonces, la inclusión financiera sirve para que puedan ahorrar de manera más segura en una entidad financiera; sirve para que puedan tener algunos niveles de protección; y también sirve para cambiar la forma en la que uno mira el futuro. Eso desencadena los mejores cambios.

De nuevo, necesitamos entender estas dinámicas que enfrentan las mujeres rurales. Esa planificación, ese manejo de la temporalidad y de las estaciones es muy importante en el mundo de las mujeres rurales. Y los servicios financieros son una oportunidad de hacerlo mejor, de facilitar este proceso. Necesitamos entender mejor la lógica financiera de estas mujeres. Por ejemplo, los productos y servicios financieros que mayoritariamente hay en los mercados no están pensados para ellas, porque no las conocen, no las entienden.

  • ¿Por qué es importante la inclusión financiera de las mujeres rurales peruanas? ¿Y cómo puede contribuir a la seguridad alimentaria de ellas y de su familia?

Generalmente, cuando hablamos de inclusión financiera, indicamos que hay tanta inclusión porque hay tantas personas que tienen una cuenta en el banco. En realidad, si la cuenta en el banco no les sirve, la situación es diferente. Lo que queremos es una mujer con capacidad financiera. Lo que nos importa es que ella pueda tomar las decisiones que más le convengan. No se trata de generar clientes al sistema financiero sino de crear servicios a las mujeres rurales.

La inclusión financiera es fundamental. Los niveles de incertidumbre, los recursos que poseen las mujeres, sus capacidades de invertir para incrementar su producción y su consumo mejoran si tienen mayores niveles de inclusión financiera. Pueden manejar mejor lo poco que tienen y además usarlo de manera más estratégica para tener un poco más. En este sentido, lo que hemos visto mucho en las zonas rurales, pequeños cambios en el acceso a productos y servicios financieros se traduce en un mejor manejo de sus inversiones, de su consumo y de su seguridad. La estabilidad se incrementa.

  • ¿Qué mecanismos asociados a la inclusión financiera de las mujeres rurales ya existen en el Perú? ¿Quédificultadestodavía persisten en la agenda de la inclusión financiera para las mujeres rurales?

Hoy en día, tenemos básicamente esfuerzos que vienen de los programas sociales, que han bancarizado todos los pagos para permitir a las mujeres contar al menos con una cuenta de ahorros en el Banco de la Nación, que no les cueste, y donde ellas pueden retirar todas sus transferencias o usar la cuenta. Eso es un primer gran paso. Cuando las mujeres descubren cómo usar esa cuenta, puede ser muy interesante para ellas. Dos tercios de las usuarias del programa Juntos ya tienen una tarjeta de cajero automático. Al principio, les cuesta mucho aprender a usar y confiar en el cajero. Pero una vez que aprenden, encuentran allí que no hay que intermediar con el ventanillero, no les pueden decir nada, ellas deciden todo. Entonces, ganan en autonomía. Esta experiencia de saber que su dinero es suyo, que nadie puede saber cuánto dinero tienen, que son las que deciden, va generando cambios también en el empoderamiento de esas mujeres.

Además, hay un esfuerzo que viene desde el lado de la Estrategia Nacional de Inclusión Financiera (ENIF), que tiene a las mujeres como un foco importante. Pero, en general, es bajísima la presencia del sector financiero en el mundo rural. Todavía las mujeres rurales y los agricultores enfrentan altísimos costos de transacción para usar servicios financieros porque las entidades financieras están lejos. Están lejos, no hablan su idioma, tienen estos formatos ultra urbanos, etc. Es súper exigente. Hay todavía mucho espacio para innovar, y encontrar los servicios y productos financieros que les permitan a las mujeres tomar ventaja de una relación con el sistema financiero. Hay que pensar en nuevos mecanismos, como por ejemplo usar el teléfono, hacerlo todo electrónico, hasta encontrar nuevas formas de hacer cajeros corresponsables. Hay cajeros que funcionan en la farmacia o en la bodega, debería funcionar en el mercado de productos agropecuarios, u otros lugares que sean familiares, de su entorno.

Lee la entrevista a Carolina Trivelli sobre mujeres rurales y política pública.

*Publicaremos la última parte de esta entrevista el 26 de octubre.