Agricultores familiares de Perú, Bolivia y Ecuador incrementan sus rendimientos con uso de semilla de calidad
En Perú, la FAO ha trabajado junto con el INIA en el fortalecimiento del Sistema Nacional de Semillas para incrementar de forma sostenible la producción de alimentos.
14 de mayo de 2105, Lima – Agricultores familiares de Perú, Ecuador y Bolivia incrementaron hasta en un 51% los rendimientos de sus cultivos de papa, maíz, quinua, frejol y haba, con el uso de semilla certificada.
Con el apoyo técnico de la FAO, 90 organizaciones de productores de semilla certificada de los tres países andinos lograron producir cerca de 2.9 mil toneladas de semilla certificada en las últimas tres campañas agrícolas, cubriendo con ello más de la tercera parte de la demanda local de semillas en la región. La producción de semillas se constituye, así, en un negocio rentable para estas familias de pequeños productores: con una rentabilidad cercana al 100%, el incremento en sus ingresos redunda en la mejora de su calidad de vida, su Seguridad Alimentaria y el desarrollo local.
Estos resultados han sido alcanzados tras cuatro años de implementación del Proyecto Regional Semillas Andinas que la FAO ha ejecutado en Perú, Bolivia y Ecuador, con el apoyo financiero de la Agencia Española de Cooperación Internacional (AECID).
Durante el Encuentro Trinacional de Semillas Andinas que se realizó hoy en Lima para compartir los resultados finales del proyecto, la Oficial de Protección Vegetal de la FAO, Tania Santiváñez, aseguró que “las asociaciones de productores de semillas que se han consolidado en el marco del proyecto, han comercializado semillas por un valor de 2,3 millones de dólares, lo que ha permitido dinamizar las economías locales en torno a estas organizaciones”.
En el Perú, la FAO trabajó de la mano con INIA y los gobiernos regionales de Puno, Huánuco y Ayacucho para lograr que 32 organizaciones semilleristas inyectaran a sus economía locales cerca de 1,4 millones de dólares con la producción y comercialización de casi 3 mil toneladas de semillas de cultivos nativos con alto valor alimenticio y económico como la papa, la quinua y el maíz amiláceo. Se estima que la semilla comercializada ha permitido beneficiar a no menos de 5,5 mil usuarios de semilla.
“El proyecto Semillas Andinas ha demostrado que sí se puede mejorar la calidad de vida de los agricultores con la semilla de calidad. Ha quedado demostrado que los agricultores sí pueden asociarse. La asociatividad ha sido determinante en los resultados alcanzados. Cuando los productores se asocian, exigen con más contundencia que el Estado funcione”, puntualizó Alberto Maurer, Jefe del Instituto Nacional de Innovación Agraria de Perú (INIA).
Rol de las semillas de calidad en la lucha contra el hambre
John Preissing, Representante de la FAO en el Perú, hizo énfasis en el rol de las semillas de calidad como elemento estratégico para alcanzar la Seguridad Alimentaria y la erradicación del hambre. “El mundo tiene que aprender a producir cada vez más alimentos, en menos tierra y con menos manos. La semilla de calidad es clave para el incremento productivo en un mundo que tendrá que deberá aumentar en un 60% la producción de alimentos para alimentar a una población de 9 000 millones de habitantes hacia 2050”, alertó.
El proyecto ha demostrado que la productividad agrícola es directamente proporcional a la calidad de la semilla que se emplea. “No olvidemos que el mayor factor de inestabilidad social son los alimentos caros: cuando hay mucha demanda o poca oferta. Y por el lado de oferta, los Estados podemos paliar los conflictos y los problemas de hambre y de Inseguridad Alimentaria usando semilla de calidad”, sostuvo Maurer.
“Como semilleristas también hemos conseguido recuperar variedades olvidadas de quinua, por ejemplo. Además de producir más y mejor, estamos cuidando la biodiversidad”, agregó Candy Condori, representante de una organización peruana de producción de Semillas.
Entornos favorables para la agricultura familiar y el uso de semilla de calidad
En el Perú, el 81% de las explotaciones pertenece a la agricultura familiar. Por ello resulta particularmente importante focalizar medidas que promuevan la producción, acceso y uso de semillas de calidad entre los agricultores familiares que producen la mayor parte de los alimentos para el consumo interno.
El proyecto Semillas Andinas ha trabajado con un doble enfoque para hacer sostenible la producción basada en semilla de calidad. Por un lado, ha implementado numerosas Escuelas de Campo orientadas al desarrollo de herramientas y habilidades para la producción, gestión y comercialización de estas semillas. “El objetivo ha sido conseguir un cambio en la cultura de uso de semillas de calidad entre estos agricultores familiares. La oferta de semillas no será sostenible sin una demanda sostenida. Esto implica promover cambios basados en el reconocimiento de los atributos de buena calidad en la semilla y en la maximización de los beneficios de utilizarla”, sostuvo la Oficial de Protección Vegetal de la FAO.
Por otro lado, la FAO ha apoyado a los gobiernos de Ecuador, Bolivia y Perú –a nivel nacional y subnacional- en el establecimiento de políticas públicas que promuevan la producción, uso y acceso a semilla certificada. Como resultado de este esfuerzo conjunto entre la FAO, el INIA y los gobiernos regionales, se cuenta ya con normas de producción, certificación y comercialización de semillas de quinua, papa y maíz amiláceo, con un Plan Estratégico Nacional de Semillas y con un Plan Estratégico Regional de Semillas para Huánuco.
Ver vídeo del proyecto
https://www.youtube.com/watch?v=HGpJXkirKCU
Mayor información
Loretta Favarato
Comunicadora de FAO Perú
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