El Fondo de distribución de beneficios es un fondo multilateral establecido por el Órgano Rector del Tratado Internacional sobre los Recursos Fitogenéticos para la Alimentación y la Agricultura (el Tratado Internacional). Se trata de un elemento esencial de la Estrategia de financiación del Tratado Internacional y del Sistema multilateral de acceso y distribución de beneficios. El Fondo fue establecido en 2009 con el fin de respaldar proyectos en países en desarrollo, abordando la seguridad alimentaria, la adaptación al cambio climático y la biodiversidad agrícola para mejorar los medios de vida y promover el desarrollo económico.

Desde que fue creado, el Fondo ha apoyado cuatro ciclos de proyectos que comprendían un total de 81 proyectos en 67 países en desarrollo, con el fin de mejorar la seguridad alimentaria y la agricultura sostenible en zonas afectadas por el cambio climático mediante la utilización y la conservación de recursos fitogenéticos para la alimentación y la agricultura (RFAA). Hasta la fecha, más de 1 millón de personas se han beneficiado directa o indirectamente de las iniciativas apoyadas mediante los proyectos del Fondo.

El Fondo es un mecanismo que va evolucionando; sus procedimientos de funcionamiento se han revisado en el proceso de actualización de la Estrategia de financiación del Tratado Internacional. En 2019 el Órgano Rector aprobó una nueva Estrategia de financiación, acompañada del Manual de procedimientos del Fondo de distribución de beneficios. El Manual de procedimientos, que se ha incorporado a la Estrategia de financiación general, se ocupa de manera integrada de la movilización, asignación y desembolso de recursos. 

El objetivo general del programa del Fondo de distribución de beneficios es contribuir a la adaptación al cambio climático, la mejora de los medios de vida, la conservación de la biodiversidad y el desarrollo económico.

En lo que respecta a las prioridades acordadas del Segundo Plan de acción mundial, el programa del Fondo de distribución de beneficios se centra especialmente en lo siguiente: 

• Actividad prioritaria 2: apoyo al manejo y mejoramiento en fincas de los recursos fitogenéticos para la alimentación y la agricultura.
• Actividad prioritaria 11: promoción del desarrollo y comercialización de todas las variedades, principalmente las variedades de los agricultores/variedades nativas y las especies infrautilizadas.

Los beneficiarios principales del Fondo de distribución de beneficios son los agricultores que conservan y utilizan de manera sostenible los RFAA, tal y como se establece en el artículo 13.3 del Tratado Internacional. 

El siglo XX fue testigo de la desaparición definitiva de algunos componentes de la diversidad mundial de cultivos alimentarios, con la consiguiente reducción de la capacidad de supervivencia y de los recursos necesarios para producir cultivos más resilientes, productivos y nutritivos.

Los pequeños agricultores, en especial los más vulnerables al cambio climático y la inseguridad alimentaria, dependen en gran medida de los RFAA para asegurar sus medios de vida. El Fondo de distribución de beneficios permite el acceso de los agricultores a una gran variedad de semillas adaptadas a sus necesidades. De esta manera, los agricultores pueden trabajar diferentes cultivos con rendimientos más altos o con variedades más resistentes a las plagas, las enfermedades y las condiciones climáticas adversas, o cultivos con mejor sabor o más nutritivos. El Fondo ayuda a los pequeños agricultores, científicos y mejoradores a aprovechar el acervo génico mundial del Tratado Internacional, formado por millones de materiales genéticos distintos, con fines de investigación y desarrollo de variedades de cultivo nuevas.

El sistema del Tratado Internacional relativo a la diversidad agrícola se fortalece cuando se ayuda a los agricultores locales a encontrar soluciones para el cambio climático y otros desafíos. El Fondo de distribución de beneficios transciende la brecha que se observa a menudo entre la conservación in situ/en fincas y la conservación ex situ, y muestra las conexiones que se establecen, por conducto del Tratado Internacional, entre diferentes iniciativas, desde las comunidades agrícolas hasta los bancos de germoplasma nacionales e internacionales. El conocimiento, la información y el germoplasma generados por conducto del Fondo se reintroducen en los mecanismos de apoyo del Tratado Internacional, ampliando los recursos disponibles en todo el mundo para mejorar la seguridad alimentaria y la agricultura sostenible.

De la ejecución de los proyectos financiados por el Fondo se encarga un consorcio de instituciones que colaboran a nivel nacional, regional e internacional para potenciar la conservación y la utilización sostenible de los recursos fitogenéticos para la alimentación y la agricultura con el fin de mejorar los medios de vida.

Todos los proyectos del Fondo ponen de manifiesto los beneficios que aportan los RFAA a los agricultores en las tres esferas principales de productos del Marco de resultados:

El Fondo financia tanto proyectos de un solo país como proyectos de varios países; por un valor máximo de 300 000 USD en el caso de los proyectos de un solo país y de 800 000 USD en el de varios países. La duración de los proyectos del Fondo es de entre uno y cuatro años.

Han presentado solicitudes de financiación del Fondo tanto organizaciones gubernamentales como no gubernamentales, con inclusión de bancos de germoplasma e instituciones de investigación, organizaciones de agricultores y organizaciones regionales e internacionales, con sede en países que son Partes Contratantes.

La lista de las Partes Contratantes que pueden solicitar ayuda al Fondo se publica en un anexo de cada convocatoria de propuestas.

Las propuestas de proyecto que soliciten financiación deberán: 1) contribuir a los objetivos del Tratado Internacional; 2) entrar dentro de las prioridades del Fondo; 3) beneficiar a las Partes Contratantes que sean países en desarrollo; 4) presentarse mediante los canales oficiales indicados en la convocatoria; y 5) presentarse dentro del plazo establecido.

Desde 2009 el Fondo de distribución de beneficios funciona a base de convocatorias mundiales de propuestas,

que se publican en el sitio web del Tratado Internacional en todos los idiomas del Tratado. La Secretaría también envía notificaciones de la publicación de la convocatoria a todos los puntos focales nacionales del Tratado Internacional, a las Representaciones Permanentes acreditadas ante la FAO y a las Representaciones de la FAO en países que son Partes Contratantes en el Tratado Internacional.

En 2019, el Órgano Rector, mediante la Resolución 3/2019, aprobó un nuevo manual de procedimientos del Fondo de distribución de beneficios (Manual del Fondo).

El Manual del Fondo amplía el abanico de opciones para la utilización de recursos en el marco del Fondo y delega la autoridad para la gestión de las actividades del Fondo cada bienio en el Comité permanente sobre la Estrategia de financiación y la movilización de recursos (el Comité de Financiación), que podrá decidir que: 

1. se establecerá e iniciará una ronda nueva del ciclo del proyecto;
2. se facilitará financiación a proyectos que hayan recibido previamente el Certificado de Excelencia del grupo de expertos o a una segunda fase de proyectos antes financiados por el Fondo de distribución de beneficios;
3. se realizarán contribuciones a programas de desarrollo más grandes con miras a respaldar la ejecución de intervenciones conformes con el enfoque programático del Fondo de distribución de beneficios;
4. se suministrará financiación para la preparación de proyectos con miras al desarrollo de propuestas de proyectos que contribuyan al enfoque programático del Fondo. 

Del examen preliminar y de la valoración de las propuestas de proyectos se encarga un grupo de 14 expertos independientes, dos de cada una de las regiones de la FAO. El Comité de Financiación, sobre la base de las recomendaciones del grupo de expertos, aprueba la cartera de los proyectos que han de financiarse. El grupo de expertos independientes desempeña su labor teniendo en cuenta la Política sobre el conflicto de intereses y normas de conducta conexas referentes al Fondo de distribución de beneficios, aprobada por el Órgano Rector en su quinta reunión, celebrada en septiembre de 2013.

Dos son las principales fuentes de financiación del Fondo: 

1. ingresos basados en los usuarios procedentes del Sistema multilateral de acceso y distribución de beneficios, que se consideran cruciales para el suministro de recursos sostenibles y predecibles al Fondo;
2. contribuciones voluntarias de las Partes Contratantes y de otros interesados.

De acuerdo con el artículo 19.3 f) del Tratado Internacional, el Fondo de distribución de beneficios es el mecanismo establecido por el Órgano Rector para recibir y utilizar los recursos financieros procedentes del Sistema multilateral. Entre las posibles fuentes de contribuciones voluntarias al Fondo de distribución de beneficios figuran las Partes Contratantes y sus respectivos ministerios de agricultura, relaciones exteriores y asistencia para el desarrollo, además de otras instituciones pertinentes.

Otros contribuyentes posibles son los Estados que todavía no son Partes Contratantes en el Tratado Internacional, las organizaciones filantrópicas, las empresas del sector privado —incluidas aquellas de la industria elaboradora de alimentos— y mecanismos internacionales pertinentes, como los organismos de las Naciones Unidas y las organizaciones internacionales.