02/08/2013

Ciudad de Panamá, Panamá - Los Ministros del Consejo Agropecuario de Centroamérica (CAC) han anunciado su apoyo unánime a un Plan de Acción Estratégico para los Recursos Fitogenéticos en Mesoamérica y – durante la sesión ordinaria celebrada en la Ciudad de Panamá en agosto - declararon su intención de incorporar el Plan en sus agendas nacionales.

La elaboración de un Plan de Acción Estratégico (PAE) para Mesoamérica ha sido financiada por el Fondo de Distribución de Beneficios del Tratado Internacional (BSF) y ejecutada por Bioversity International, en colaboración con las más importantes instituciones nacionales de la región. La conservación y uso de la diversidad genética de los cultivos es crucial para la región que se enfrenta a importantes retos para la seguridad alimentaria, incluyendo la pérdida de biodiversidad de cultivos únicos e irremplazables necesaria para la adaptación al cambio climático.

La reunión ministerial, a la que asistieron seis ministros y dos vice ministros de agricultura de Centroamérica, destacó la importancia vital del Plan de Acción Estratégico para la región y acordó por unanimidad promover su aplicación en sus respectivos países.

Víctor Villalobos, Director General del Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) hizo hincapié en la importancia del PAE del Tratado Internacional sobre los Recursos Fitogenéticos para la Alimentación y la Agricultura, sobre todo en términos de permitir el acceso a los muy necesarios recursos fitogenéticos para la alimentación y la agricultura señalando que "El Plan de Acción Estratégico para Mesoamérica y el Tratado son fundamentales para proporcionar a nuestros países el acceso a los recursos genéticos necesarios para enfrentar los retos de los cambios climáticos."

"Estamos muy satisfechos con la decisión de los Ministros del CAC de adoptar el Plan de Acción Estratégico para Mesoamérica como una prioridad regional", dijo Shakeel Bhatti, Secretario del Tratado Internacional sobre los Recursos Fitogenéticos para la Alimentación y la Agricultura, "y estamos seguros de que esto dará lugar a una cooperación beneficiosa para la región".

David Williams, Gerente del Programa de Agricultura, Manejo de Recursos Naturales y Cambio Climático del IICA dijo que el plan sería utilizado como una hoja de ruta para el programa que dirige.

Los Ministros encargaron a la Secretaría General del Consejo de facilitar la articulación del Plan de Acción Estratégico de la región con el Grupo Temático sobre el Cambio Climático, el Sistema de Integración Centroamericano de Tecnología Agrícola (SICTA) y otras iniciativas complementarias.

La elaboración del  PAE para Mesoamérica es uno de los 19 proyectos que el Fondo de Distribución de Beneficios del Tratado Internacional (BSF) financia en la actualidad en 31 países. El objetivo de estos proyectos se articula en dos ventanas: Ventana 1 - Planes de Acción Estratégicos (PAE), y Ventana 2 - Proyectos de Acción Inmediata (PAI). El objetivo general es contribuir a garantizar la seguridad alimentaria sostenible, ayudando a los agricultores a adaptarse al cambio climático a través de un conjunto específico de actividades de alto impacto en la conservación y el uso sostenible de los recursos fitogenéticos para la alimentación y la agricultura.

Siete planes de acción estratégicos han sido aprobados para financiación, con la participación de 25 países de África, América Latina y Asia y se están implementando a través de las instituciones nacionales, regionales e internacionales existentes, incluyendo redes, agrupaciones multisectoriales y consorcios, y organismos multilaterales que son socios del Fondo, tales como el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).

Los colaboradores del Fondo de Distribución de Beneficios están trabajando para establecer claras prioridades a nivel regional, sub-regional y eco-regional e identificar el intercambio de información, la transferencia de tecnología y la creación de capacidad. Las actividades incluyen el análisis de escenarios climáticos futuros, utilización de modelos de cambio climático y la identificación de aquellas áreas en las que la seguridad alimentaria y nutricional son más frágiles.

Estas actividades son congruentes con las estrategias y prioridades nacionales y dependen de un apoyo científico y de políticas. Se prevé la posibilidad de poder ampliar su escala entre zonas agroecológicas y de repetirlas en otras zonas, lo cual asegurará el máximo efecto positivo y la mejor utilización de los actuales conocimientos y datos científicos. Eso permite movilizar recursos nacionales e internacionales para abordar de manera sostenible las prioridades identificadas y contribuir a establecer una base de conocimientos mundial en aras de enfoques y mecanismos innovadores que permitan responder a los retos de la seguridad alimentaria y el cambio climático, que están muy vinculados entre sí.