Tratado Internacional sobre los Recursos Fitogenéticos para la Alimentación y la Agricultura

Mensaje del Secretario

El Tratado Internacional en los tiempos del COVID-19

Se suponía que el 2020 sería un año histórico para la biodiversidad y la riqueza de la vida en la tierra. En cambio, se ha visto ensombrecido por una crisis sanitaria, muerte y desolación. Cuando llegó la primavera del 2020, y los cultivos se prepararon para la cosecha o la siembra en los campos de los agricultores (según el hemisferio), un nuevo tipo de "plaga" descendió sobre la humanidad: el COVID-19.

Durante este periodo difícil de aislamiento físico, desconexión social e incertidumbre, se nos recuerda, una vez más, cuán interconectados e interdependientes somos realmente unos de otros, tanto a nivel individual como comunitario. También se nos recuerda lo frágil que puede ser la vida y nuestra vulnerabilidad como especie.

La cruda realidad es que el COVID-19 está cobrando un precio en vidas humanas, en nuestros sistemas alimentarios y en la gestión de los cultivos de los que dependemos, además de alterar las cadenas de valor agrícolas y, por lo tanto, plantea riesgos para la seguridad alimentaria de los hogares. Es sabido que una dieta sana y nutritiva debe incluir verduras, legumbres, cereales y frutas. La base de estos cultivos y plantas es precisamente en lo que se centra el Tratado Internacional sobre los Recursos Fitogenéticos para la Alimentación y la Agricultura – las semillas y otros recursos fitogenéticos para la alimentación y la agricultura - e igualmente están en peligro debido a la situación actual.

En este contexto, el Tratado Internacional está desempeñando un papel importante en la evaluación y respuesta a los posibles efectos del COVID-19 en la vida de las personas, el comercio mundial de alimentos, los mercados, las cadenas de suministro de alimentos y los medios de vida. El Tratado Internacional ofrece algunos mecanismos valiosos que pueden ayudar y contribuir a la recuperación.

Para medir el impacto de la pandemia mundial, la Secretaría del Tratado Internacional está movilizando recursos y conocimientos especializados para evaluar los impactos de la pandemia COVID-19 en el manejo del germoplasma de cultivos, fundamental para la agricultura sostenible y los sistemas alimentarios resilientes. Comenzamos realizando una encuesta que brindó a los Puntos Focales Nacionales y a otras partes interesadas del Tratado Internacional la oportunidad de intercambiar información y opiniones, y de determinar las necesidades y las medidas a tomar. Posteriormente, con el apoyo del Reino de Marruecos y en colaboración con el Fondo Mundial para la Diversidad de Cultivos (Global Crop Diversity Trust), convocamos un panel en línea con expertos internacionales de alto nivel. El Panel de Expertos en Línea abordó los impactos actuales y potenciales de la pandemia de COVID-19 en la conservación, gestión y uso de los recursos fitogenéticos para la seguridad alimentaria y la agricultura sostenible. En particular, el Panel discutió cómo movilizar los recursos y mecanismos del Tratado Internacional para adaptarse a las realidades del COVID-19, así como la adecuación del Tratado Internacional con el Programa de Respuesta y Recuperación de COVID-19 de la FAO.

Nuestro objetivo es dar seguimiento a esta iniciativa con una serie paneles internacionales sobre aspectos específicos o temas relacionados con la conservación, acceso, manejo y uso de germoplasma de cultivos. También llevaremos a cabo una nueva evaluación de los impactos, a medio y largo plazo, de la crisis actual, identificando al mismo tiempo las lecciones aprendidas extraídas de las diversas experiencias de nuestras partes interesadas, con el fin de prepararnos adecuadamente para futuras crisis o impactos sistémicos.

De hecho, podemos consolarnos sabiendo que el Tratado Internacional proporciona algunos mecanismos sólidos que pueden ayudar a paliar estos contratiempos. Entre los mecanismos sólidos en los que podemos confiar se encuentran los bancos de germoplasma nacionales e internacionales, que forman parte de un sólido Sistema Multilateral de Acceso y Distribución de Beneficios, un vital Sistema de Mundial de Información y el respaldo definitivo de los recursos fitogenéticos para la alimentación y la agricultura en la Bóveda Mundial de Semillas. Estas estructuras nos ayudarán a regenerar, reconstruir y volver a crecer, y a contribuir a la resiliencia general de nuestros sistemas alimentarios.

Por eso el multilateralismo es tan importante. Por eso es tan importante trabajar juntos en virtud del Tratado Internacional.

El Tratado Internacional continúa trabajando mano a mano con agricultores, fitomejoradores y científicos para conservar, utilizar de manera sostenible e intercambiar diariamente los recursos fitogenéticos para la alimentación y la agricultura. Al hacerlo, estamos haciendo todo lo posible para garantizar la seguridad alimentaria durante esta crisis mundial y en un futuro.

Si bien estos pueden ser tiempos oscuros, llenos de incertidumbre y pronósticos alarmantes en lo que se refiere a nuestra salud mundial y la salud de nuestros sistemas alimentarios, estamos todos juntos en esto. Y juntos, superaremos esta crisis mundial y volveremos a construir mejor.

Al llegar al final de este inusual año, nuestra esperanza es que el 2021 sea un año libre de COVID, pacífico y productivo. Esperamos que el 2021 esté marcado por energías renovadas, regeneración y vida. En nombre de la Secretaría, quiero reiterar nuestro compromiso de seguir trabajando con ustedes para conservar la diversidad fitogenética de la que depende la humanidad para nuestra nutrición y salud.

Manténgase a salvo. Manténgase sano. Manténgase fuerte. Manténgase bien.

Atentamente,

Kent Nnadozie
Secretario del Tratado Internacional sobre los Recursos Fitogenéticos para la Alimentación y la Agricultura

#ItAllStartsWithTheSeed #BuildBackBetter

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