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©FAO/Olivier Asselin

Agricultura climáticamente inteligente

Se espera que la población mundial alcance los 9700 millones de personas para 2050. A fin de alimentar esta población, se estima que la producción alimentaria se debe incrementar en un 70 por ciento. La agricultura es fundamental para afrontar estos desafíos. Al mismo tiempo, la agricultura debe adaptarse al cambio climático y ayudar a mitigar los efectos del clima.

Conseguir la seguridad alimentaria en un clima cambiante.

La agricultura climáticamente inteligente (CSA, por sus siglas en inglés) constituye un enfoque que aborda simultáneamente la seguridad alimentaria y el cambio climático, además de contribuir a mitigar los gases de efecto invernadero.

La FAO propugna este enfoque integrado a nivel nacional apoyando a los gobiernos en el desarrollo de enfoques de CSA, aportando datos y herramientas relevantes para las políticas, ayudando a diseñar planes nacionales de adaptación al cambio climático y a conseguir financiación para cuestiones relacionadas con el clima.

A nivel internacional, la FAO facilita asesoramiento sobre políticas a procesos intergubernamentales (p. ej. CMNUCC) y desempeña una función única concienciando de la importancia de la agricultura para conseguir la seguridad alimentaria en las nuevas realidades del cambio climático y de la presión demográfica.

Principales mensajes de políticas

  • La agricultura y los sistemas alimentarios deben experimentar transformaciones significativas para estar a la altura de los desafíos en materia de seguridad alimentaria y cambio climático. Un enfoque CSA de las políticas agrícolas puede contribuir de manera poderosa a lograrlo.
  • La CSA no es un nuevo conjunto de prácticas de sostenibilidad o de sistemas de producción, sino un enfoque dirigido a proporcionar los medios para incorporar los aspectos específicos de la adaptación y la mitigación en políticas, programas e inversiones para el desarrollo agrícola sostenible.
  • Las soluciones son específicas para el contexto (tanto en lo que respecta al lugar como al tiempo) y, como tales, requieren un proceso de análisis y de consulta a fin de identificar qué funcionará en qué contexto para mejorar la seguridad alimentaria de manera sostenible.
  • Una mejor coordinación de las políticas dentro de los sectores agrícolas (p. ej. la agricultura, la ganadería, la silvicultura y la pesca) y entre otros sectores (p. ej. la energía, el agua y la industria) es fundamental para aprovechar posibles sinergias, reducir las compensaciones recíprocas y optimizar el uso de los recursos naturales y los servicios ecosistémicos.

  • Una agricultura sostenible debe contar con una gobernanza responsable y eficaz. Para mediar sobre compensaciones recíprocas clave y mejorar las sinergias entre los principios de la agricultura sostenible y sus indicadores asociados, son necesarios unos procesos iterativos de negociación entre actores y sectores diferentes, así como la formación activa de coaliciones. Los acuerdos de gobernanza que facilitan un diálogo efectivo e inclusivo entre las partes interesadas (a saber: los gobiernos, el sector privado y la sociedad civil) y que hacen un esfuerzo concertado para que se escuche a los pobres y los marginados son decisivos para una agricultura sostenible.

Recursos destacados

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