Derecho a la alimentación
Aunque se producen alimentos suficientes para alimentar a toda la población, hasta 828 millones de personas padecen hambre, y otros 3.1 mil millones no pueden permitirse una dieta saludable. Todos los hombres, mujeres y niños tienen derecho a una alimentación adecuada.
Trabajar para hacer realidad el derecho fundamental a la alimentación
El derecho a una alimentación adecuada es un derecho humano. Un enfoque de la seguridad alimentaria y la nutrición basado en los derechos humanos (EBDH) es decisivo para enfrentarse a las causas subyacentes del hambre y de la malnutrición.
La liberación ante el hambre es tanto un derecho humano fundamental como un objetivo constitucional de la FAO. En 2004, los Estados miembros de la Organización adoptaron las Directrices voluntarias en apoyo de la realización progresiva del derecho a una alimentación adecuada en el contexto de la seguridad alimentaria nacional (Directrices sobre el Derecho a la Alimentación).
La FAO ayuda a los estados a implantar las Directrices sobre el Derecho a la Alimentación diseñando metodologías y herramientas analíticas; asistiendo en la formulación y la implantación de políticas y programas; desarrollando y fortaleciendo las capacidades de los actores principales; fomentando una gobernanza sólida, de la seguridad alimentaria y la nutrición en el ámbito mundial y regional; y facilitando y promoviendo las asociaciones y el diálogo entre diferentes partes interesadas.
Principales mensajes de políticas
Fue reconocido por primera vez como derecho humano en la Declaración Universal de Derechos Humanos (Artículo 25) de 1948. En 1966 se adoptó el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, que constituye una garantía legal para el derecho fundamental de toda persona a estar protegida contra el hambre, y para la realización progresiva del derecho a una alimentación adecuada (Artículo 11). Más de 170 Estados han ratificado este acuerdo vinculante.
Se logran políticas mejores y más coherentes mediante procesos inclusivos y transparentes. En este sentido, empoderar a los titulares de derechos y garantizar su participación significativa en todos los procesos contribuye a aumentar la rendición de cuentas y la transparencia.
De esta manera, los tomadores de decisiones pueden tener evidencia precisa y actualizada para promover las bases de la seguridad alimentaria y la nutrición sostenibles.
Las Directrices sobre el derecho a la alimentación ofrecen orientación concreta para promover un conjunto de principios de derechos humanos en los procesos de formulación de políticas a través de la participación, la rendición de cuentas, la no discriminación, la transparencia, la dignidad humana, el empoderamiento y el estado de derecho, ayudando así a desarrollar las capacidades de los representantes gubernamentales, los parlamentarios y la sociedad civil.
A fin de mejorar la gobernanza alimentaria en aspectos como la inocuidad de los alimentos, precios razonables, etiquetado correcto y protección del consumidor, es necesario sensibilizar, difundir información vital y fomentar la inclusividad en los procesos de toma de decisiones. Escuchando a los consumidores se adquieren conocimientos que llevan, a su vez, a prácticas sostenibles y bien informadas.
Para saber más
- Derecho a la alimentación
- El derecho a la alimentación en el mundo
- Cronología del Derecho a la Alimentación
- Base de datos FAOLEX