Producción y productos avícolas

Aspectos socioculturales y de género

Para muchas familias de los países en desarrollo, las aves de corral son más que una fuente de ingresos o alimentos, aunque también desempeñan un papel social y cultural. Por ejemplo, las aves se ofrecen como regalos, se sacrifican en ofrenda a los antepasados y divinidades, o se consumen como parte de las celebraciones tradicionales, fortaleciendo así importantes lazos sociales. En algunas sociedades, los pollos se utilizan para adivinar el futuro y, para los miembros más viejos y pobres de las comunidades rurales, poseer y consumir aves de corral confiere estatus social.

Las peleas de gallos siguen siendo una práctica masculina en varios países, como la India, Indonesia, Kenia, México y el Perú. Los propietarios de gallos de pelea tienen una relación muy estrecha con sus aves y valoran el estatus que les confieren. Estos animales pueden alcanzar precios muy altos.

Las aves de corral también juegan un papel importante en la vida de las mujeres. En la mayoría de las sociedades rurales de África, Asia y América Latina, las mujeres son responsables del manejo cotidiano de las aves de corral familiares, debido, entre otras razones, a:

  • La producción avícola familiar requiere poca inversión inicial y genera rendimientos rápidos y frecuentes. Este modelo se adapta al presupuesto doméstico de las mujeres.
  • La cría familiar de aves de corral no suele entrar en conflicto con las demás tareas domésticas de la mujer.
  • En lugares donde las creencias religiosas o las normas sociales exigen que las mujeres permanezcan en sus hogares, recintos o aldeas, la avicultura constituye una actividad conveniente para generar ingresos.

Los niños a menudo ayudan a las mujeres en el manejo de la parvada familiar. Los hombres generalmente construyen refugios nocturnos, consiguen insumos y, en algunos lugares, se encargan de llevar a las aves y los huevos al mercado. Sin embargo, esta división del trabajo puede cambiar, ya que la participación de las mujeres podría disminuir con la intensificación de la producción avícola.

Aunque las mujeres son a menudo responsables de la cría de aves de corral, por lo general hacen frente a mayores retos que los hombres. A menudo, su acceso a recursos como la tierra, el crédito, la mano de obra, la tecnología y los servicios necesarios para aprovechar las oportunidades de crecimiento, es más limitado, al igual que el control que ejercen sobre ellos. En muchos casos, no son propietarias plenas de las aves ni tienen poder de decisión sobre ellas o sobre los ingresos resultantes de su venta.