REDD+ Reducción de las emisiones derivadas de la deforestación y la degradación de los bosques

Comunidades Mapuche restauran bosques nativos en Chile: Un enfoque integral para reducir emisiones e incrementar la resiliencia

09/08/2024

Isla Huapi y la problemática ambiental para el pueblo Mapuche

En el Lago Ranco en la comuna de Futrono, a 900 km al sur de la capital, Santiago de Chile, se localizan imponentes 815 hectáreas de superficie que conforman la Isla Huapi. Esta pequeña isla de naturaleza y belleza impresionante está ubicada en una zona remota en el sur de la Cordillera de los Andes, a la cual solo es posible acceder usando la barcaza Epu Huapi, que significa Dos Islas en idioma Mapuche, Mapudungún, y que realiza este recorrido de aproximadamente 50 minutos 2 veces al día.

En la isla habitan alrededor de 150 familias, 99% de las cuales son de ascendencia Mapuche Huillicheo, Mapuche del Sur en Mapudungún, y quienes persisten en conservar sus tradiciones y su historia. Cada familia en la isla determina la vocación y organización productiva de su tierra, donde la ganadería y la agricultura son las principales actividades económicas, seguidas por la producción y elaboración de leña para autoconsumo e intercambio. Del bosque nativo, tradicionalmente se recolectan frutos y hongos como el coulles y el maqui, este último una superfruta llena de antioxidantes y, y destinados tanto al autoconsumo o intercambio dentro de la isla. O el boqui, utilizado para la elaboración de artesanía y/o cestería, o madera de especies como el boldo, destinada preferentemente para la elaboración de estacas para cercos pero que además es una especie nativa del bosque de Chile, cuyo fruto se utiliza para autoconsumo y sus hojas para consumo interno y exportación para infusiones.

Algunas familias, especialmente las nuevas generaciones, sueñan con recuperar el valor paisajístico de la isla mediante la restauración del bosque nativo y así diversificar medios de vida más sostenibles, por ejemplo, a través del ecoturismo.

La sociedad Mapuche contemporánea se caracteriza por su diversidad en términos de propiedad de la tierra, autonomía territorial y gobernanza, lo cual influencia su relación tanto con el Estado Chileno, como con los recursos del bosque y su legado ancestral y cultural en el territorio que históricamente han ocupado. Actualmente, más de 2 millones de personas en Chile se identifican como pertenecientes a un pueblo indígena, alrededor del 12,8 % de la población total. De estos, 1,7 millones corresponden al pueblo Mapuche, siendo el 79 % de la población indígena total del país y el 9,9 % de la población chilena total (INE, 2017).

Para el pueblo Mapuche, el cuidado y respeto a ciertos hitos ancestrales, especies animales y vegetales, ecosistemas con un valor religioso o simbólico, es esencial para la continuidad de sus prácticas culturales y conocimientos tradicionales, y que son compartidos de generación en generación. Familias Mapuche Huillicheo en la Isla Huapi, como la de Anita Neguimán Antillanca y su mamá, Telma Antillanca, están restaurando su tierra con árboles nativas como el laurel (Laurelia sempervirens), especie con valor simbólico para su pueblo, y así buscan preservar su forma de vida, cosmovisión y relación con el bosque.  

La Estrategia Nacional de Cambio Climático y Recursos Vegetacionales de Chile y la participación de pueblos originarios en la acción climática

Paisaje de sistemas silvopastoriles con la presencia de hualves o bosques húmedos nativos pantanosos. Crédito de la foto: Óscar Concha

Los territorios indígenas y tribales en América Latina albergan aproximadamente un tercio de los bosques del continente, desempeñando un papel crucial en la estabilización del clima y la conservación de la biodiversidad. Estos bosques almacenan cerca de 34.000 millones de toneladas métricas de carbono, casi el 30% del carbono en los bosques de la región y el 14% del carbono en los bosques tropicales a nivel mundial. Sin embargo, enfrentan amenazas significativas debido a la deforestación y la degradación. En su informe sobre los pueblos indígenas y tribales y la gobernanza de los bosques de 2021, FAO subraya la importancia de los pueblos indígenas en la protección de los bosques tropicales y la preservación de servicios ecosistémicos vitales.  Asimismo, declaraciones internacionales sobre bosques y el uso de la tierra, como la de  Nueva York y la de Glasgow, reconocen la necesidad de garantizar el acceso de estas comunidades a asistencia financiera para potenciar su contribución en la mitigación y la adaptación al cambio climático y la preservación de la biodiversidad, a la vez que se contribuye al respeto y protección de sus derechos, conocimientos y prácticas tradicionales.

Las familias Mapuche Huilliche de la Isla Huapi conviven históricamente con una problemática ambiental y de desarrollo, como es la pérdida del bosque nativo, la degradación y erosión del suelo. Una vez un bosque diverso de roble (Nothofagus obliqua), raulí (Nothofagus alpina), coihue (Nothofagus dombeyi) y laurel, debido a actividades madereras, ganaderas y agrícolas, este paisaje se ha transformado en remanentes de bosque nativo en sectores reducidos de la isla, y con importante presencia de especies exóticas, como el eucalipto. Este proceso progresivo de pérdida y degradación del bosque nativo ha resultado en la erosión y pérdida de su capacidad de retención de agua. Y sobre todo, en una menor disponibilidad de agua para consumo humano y riego de cultivos, especialmente en los meses de verano, volviendo a la isla y su población más vulnerables al cambio climático. Si bien la isla se ha caracterizado históricamente por una alta presencia de especies nativas, como el roble, el raulí y el coihue, debido al proceso de degradación y deforestación este paisaje diverso se ha transformado en remanentes de bosques en pequeños sectores de la isla, poniendo en riesgo la continuidad del patrimonio inmaterial mapuche. Son urgentes las acciones de restauración y manejo sustentable del bosque nativo.

En el año 2020, en el marco de la Estrategia Nacional de Cambio Climático y Recursos Vegetacionales (ENCCRV), política pública liderada por la Corporación Nacional Forestal de Chile (CONAF), dio inicio a la tercera fase de REDD+ por medio del financiamiento apalancado desde el Fondo Verde del Clima (FVC) bajo el programa piloto REDD-plus, en reconocimiento a las reducciones de emisiones logradas a nivel subnacional en el período 2014-2016. En el marco del Fondo Verde para el Clima (GCF) y su programa piloto REDD-plus, Chile obtuvo un total de USD 63.607.552 en reconocimiento a las reducciones de emisiones logradas a nivel subnacional en el período 2014-2016, resultado de los esfuerzos nacionales y con el apoyo técnico y financiero de, entre otros, el Programa ONU-REDD. Con el apoyo de la FAO, CONAF se encuentra actualmente reinvirtiendo el financiamiento basado en resultados REDD+ tanto en los territorios como fortaleciendo su marco institucional para la implementación sostenible de su ENCCRV, conocido como el Proyecto +Bosques.

A la fecha, el financiamiento basado en resultados al que accedió Chile se distribuye de manera eficiente y trasparente con actores locales en el territorio, por medio del Sistema de Distribución de Beneficios (SDB) de la ENCCRV. El objetivo del BDS es distribuir recursos en el territorio a través de la implementación de proyectos que potencien los beneficios asociados a la reducción de emisiones o al aumento de remociones, así como otros beneficios sociales y ambientales derivados de los bienes y servicios de los bosques. Para ello, el SDB ha sido diseñado para priorizar acciones que atiendan la vulnerabilidad social y cultural de los pueblos indígenas, sustentadas en un enfoque de paisaje, inclusión social, interculturalidad y género, operacionalizado a través de variables específicas de evaluación y priorización: ecosistémica, de género, territorial y socioeconómica.

Así, el SDB busca servir como un instrumento efectivo, eficiente, equitativo y transparente para la reinversión del financiamiento del carbono forestal, entregando capacidades e insumos técnicos a las familias y comunidades mapuche y otros Pueblos Indígenas u Originarios para proteger y restaurar los bosques nativos y promover el manejo sustentable de sus territorios, de manera que considere su cosmovisión y al mismo tiempo fortalezca la resiliencia de los paisajes forestales y los medios de vida rurales.

A la fecha, a través del proyecto +Bosques, CONAF ha diseñado y adjudicado participativamente 861 proyectos bajo el SDB de su ENCCRV, equivalentes a 14.000 hectáreas bajo restauración o manejo sustentable de bosques, beneficiando directamente a más de 2.100 personas identificadas como pertenecientes a Pueblos Indígenas u Originarios, incluidas mujeres.

Fortaleciendo la resiliencia ambiental y la cosmovisión del pueblo Mapuche en Isla Huapi

Anita Neguiman y su madre Telma Antillanca, beneficiarias del proyecto + Bosques, en su propiedad en la Isla Huapi. © CONAF FAO/ Pilar Cárcamo

El proyecto “Recuperación del Bosque Nativo en la Isla Huapi” arrancó en 2021, y se ha caracterizado por la participación activa de las familias Mapuche Huilliche de la isla tanto en el diseño como durante la implementación del proyecto. El proyecto recuperación de bosque nativo en la Isla Huapi está ejecutando actividades de forestación y restauración de bosque nativo con 7 familias en alrededor de 8 hectáreas, y se han plantado aproximadamente 5600 plantas de especies nativas. 

Este proyecto no solo está facilitando los esfuerzos de restauración del bosque nativo con la comunidad Mapuche Huilliche, reduciendo su vulnerabilidad ante los impactos del cambio climático, sino que además está potenciando medios de vida, conocimientos y prácticas asociadas a los productos y servicios del bosque. Anita Neguimán Antillanca y su mamá, Telma Antillanca, viven en el sector norte de Isla Huapi y son fieles representantes de quienes apostaron por un manejo sustentable de su bosque nativo, con una visión de recuperar y proteger las tierras y los bosques de sus ancestros. De su núcleo familiar, compuesto por su madre y su hermana, Anita fue quien decidió hacerse cargo de las tierras, asumiendo tareas que tradicionalmente eran trabajo de hombre, como ella lo define.

Anita aprendió a picar leña, usar la motosierra y otra maquinaria, y a restaurar sus bosques, todo esto con el acompañamiento técnico de CONAF y su Proyecto +Bosques, en un rol innovador e inspirador en el ámbito forestal chileno que tradicionalmente ha sido una actividad de hombres. 

La implementación territorial del +Bosques se realiza en una zona con alta diversidad ecosistémica y donde además habitan un gran número de comunidades y familias indígenas, particularmente del pueblo Mapuche. Bajo el liderazgo de CONAF con el apoyo de FAO, se han desarrollado una serie de procedimientos e instrumentos para la implementación territorial del proyecto, que en su conjunto buscan garantizar que todas las actividades implementadas en tierras de pueblos originarios se desarrollen en pleno respeto de sus derechos, cultura, conocimientos y prácticas, así como su visión territorial y de desarrollo, y sus procesos tradicionales de toma de decisiones, en coherencia con  el derecho de los pueblos indígenas al  consentimiento libre, previo e informado (CLPI), reconocido en la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas (UNDRIP).

Anita and other families of the Mapuche Huilliche Indigenous Peoples are bringing the rich variety of plant life back to their ancestral lands using native trees, like laurel. © CONAF-FAO / Pilar Cárcamo

Así, este proyecto pone en evidencia la importancia de los procesos participativos y consultivos para garantizar la sostenibilidad de las acciones de restauración y la acción climática, al asegurar que las necesidades y visión de las familias y comunidades sean respetadas e incorporadas en el diseño de las actividades desde su etapa inicial de postulación bajo el SDB. El proceso colaborativo con las familias de la comunidad Mapuche Huilliche para el diseño e implementación del proyecto Isla Huapi permitió que las familias decidieran sobre el tipo y lugares de intervención, sobre las especies nativas a emplearse, pero además facilitó un acuerdo para que la misma comunidad implementara las acciones forestales. Esto último no solo generó empleo local con las familias beneficiarias, sino que ha generado capacidades locales sobre cómo ejecutar las actividades forestales. De la mano con el equipo regional de CONAF y el +Bosques, las familias en Isla Huapi han fortalecido sus capacidades técnicas en actividades forestales, desde construir cercas con el material y medidas adecuadas para proteger árboles nativos del ganado, liebres o conejos, hasta el a manejo y plantación de plántulas de coíhue, roble, laurel, avellano (Gevuina hazelnut) y lingue (Persea lingue), asegurando la precisión y el cuidado necesarios para garantizar el éxito de las actividades de restauración.

Anita y su madre buscan que este proyecto inspire a otras familias Mapuche Huilliche para recuperar la isla. Este es el sueño de Telma, que no pierde la esperanza de ver su tierra otra vez rica en especies nativas, donde las generaciones futuras conserven y practiquen su cultura asociada a los recursos del bosque nativo. “Mi mamá eligió sus árboles [para el proyecto Recuperación del Bosque Nativo en la Isla Huapi]. En especial el avellano, para la harina tostada”, la cual es consumida por la población Mapuche mezclada con agua, leche o chicha de manzana. Para Telma, no importa cuánto tiempo tome en que el avellano de fruto y este se convierte en harina tostada, lo que importa es que su futura generación se beneficiará y así se mantendrá esta relación tradicional con el bosque.

La experiencia del proceso participativo y consultivo en el diseño e implementación del proyecto “Recuperación del Bosque Nativo en la Isla Huapi”, y en general el enfoque de género, socialmente inclusivo e intercultural de la ENCCRV, ha brindado valiosas lecciones sobre las oportunidades y beneficios de asegurar procesos inclusivos e interculturales como condición para la sostenibilidad de las acciones en el territorio. Finalmente, la implementación en el terreno de la ENCCRV está sentando las bases para un nuevo modelo de gobernanza forestal en Chile, con una visión más integral del paisaje y donde los pueblos indígenas y otras poblaciones campesinas y rurales juegan un rol central en el fortalecimiento de paisajes forestales y los medios de vida sostenibles y resilientes.

 

Familias Mapuche Huilliche están restaurando actualmente ocho hectáreas del bosque de la isla. Hasta ahora, se están implementando más de 800 iniciativas similares de manera colaborativa por CONAF y la FAO. © CONAF-FAO / Esteban Rivas.

 

Autores:

Elizabeth Carrión, Especialista de Comunicaciones Proyecto +Bosques, FAO / CONAF

Guido Aguilera Bascur, Jefe de la Secretaría de Asuntos Indígenas y Sociales / CONAF

Cecilia Ballesteros, Especialista en dialogo intercultural e inclusión social, FAO RLC

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