República Dominicana se encuentra en el proceso de construcción de su Plan Nacional para la Soberanía y Seguridad Alimentaria y Nutricional

Curso de la FAO aportó no solo conocimiento técnico, sino espacios de consenso y planificación.

31 de julio de 2018, Santo Domingo. -  Discutir y sancionar una ley de soberanía y seguridad alimentaria y nutricional, identificar prioridades y elaborar un plan de acción consensuado para enfrentar el hambre y la malnutrición.

Eso es lo que ha hecho República Dominicana en los últimos años, a partir del compromiso del Estado, y el impulso de la FAO con el conjunto de agencias del Sistema de Naciones Unidas y el valioso apoyo del Programa Mundial de Alimentos, además de otras organizaciones de la sociedad civil, el sector privado, la academia y otros actores clave en el país.

La aprobación e implementación de la Ley 589-16 que crea el Sistema Nacional para la Soberanía y la Seguridad Alimentaria y Nutricional (SINASSAN), se produjo después de un largo proceso, en el que la capacitación aportó no solo conocimiento técnico, sino espacios de consenso y planificación.

Actualmente, República Dominicana se encuentra en el proceso de construcción de su Plan Nacional para la Soberanía y Seguridad Alimentaria y Nutricional, que comenzó a elaborarse durante un curso brindado por el Núcleo de Capacitación en Políticas Públicas de la Oficina de la FAO para América Latina y el Caribe.

El curso Políticas de Seguridad Alimentaria y Nutricional en América Latina y El Caribe, realizado entre el 9 de agosto al 14 de noviembre de 2017, fue diseñado especialmente por solicitud de la Representación de FAO en la República Dominicana, e incluyó el marco conceptual, el enfoque del derecho humano a la alimentación adecuada, las experiencias recientes, y herramientas de diagnóstico, diseño, seguimiento y evaluación de políticas.

Un “hilo conductor” entre teoría, experiencias y planificación

Una de las participantes más activas del curso fue Alejandra Liriano, Viceministra del Ministerio de la Presidencia de la República Dominicana. Para ella, la experiencia fue “no sólo oportuna, sino también de gran utilidad”, porque los matriculados eran integrantes de las instituciones del Consejo Nacional para la Soberanía y la Seguridad Alimentaria y Nutricional. “Esto aseguraba, en primer lugar, la multiplicación de esa información, y, en segundo lugar, vinculaba los contenidos de la formación con los objetivos que tiene el Plan Nacional”.

Para Yamir Antonio Encarnación, miembro del Ministerio de Agricultura y estudiante destacado, el curso también aportó a la integración de otras líneas de política, como las referidas a agricultura familiar. “El curso tuvo una metodología intensiva, que me permitió entender y participar del proceso de implementación de la Ley SSAN”, agregó.

Como actividad final del curso, se propuso a cada uno de los participantes identificar ejes prioritarios, líneas de acción, y proponer medidas por cada una de esas líneas, indicando instituciones responsables, presupuestos y plazos de ejecución, para elaborar una primera propuesta de acciones para el Plan Nacional.

Este proceso de capacitación enfocado a la realización de un producto consensuado, según la Viceministra Liriano, “creó un hilo conductor, una transferencia de las categorías de análisis y de las experiencias de América Latina y el Caribe, para repercutir todo en el Plan Nacional”.

Este es el objetivo de los formatos de capacitación del Núcleo, que involucran modalidades virtuales y a distancia, permiten potenciar redes y abrir instancias de construcción y transformación, para pasar de la idea a la práctica.

El proceso de implementación de la Ley SSAN continuó recientemente con el Seminario internacional “Soberanía y seguridad alimentaria y nutricional en República Dominicana: los desafíos de la Gobernanza”, realizado en julio en Santo Domingo.

Para la FAO, el proceso de construcción e implementación de un marco legal de lucha contra el hambre y la desnutrición en República Dominicana representa un caso de éxito, en el que confluyen los esfuerzos de la Representación de la FAO en el país, la Iniciativa América y el Caribe sin Hambre, Mesoamérica Sin Hambre, el Frente de Parlamentarios contra el Hambre y el Núcleo de Capacitación en Políticas Públicas.

Asimismo, intervienen la Cooperación Sur-Sur, y las alianzas estratégicas que la FAO mantiene con la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID), la Agencia Mexicana de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AMEXCID), el Parlamento Latinoamericano y Caribeño (PARLATINO), y el Programa de Cooperación Internacional Brasil-FAO.

Un ejemplo de estas alianzas de cooperación Sur-Sur ha sido la posibilidad de enviar funcionarios de alto nivel de las secretarías de seguridad alimentaria de Brasil, México, Honduras y Guatemala al mencionado seminario internacional, donde compartieron sus experiencias en la estrategia y práctica diaria con una institucionalidad que comienza en la República Dominicana.