La alimentación y la protección social son derechos humanos. En tiempos de crisis, el derecho a la alimentación de millones de personas está en riesgo. El hambre está aumentando. Extender la protección social puede ayudarnos a retomar el camino para eliminar el hambre: 1) Asegurando el acceso a alimentos nutritivos, inocuos y asequibles para todas las personas, en todos los lugares; 2) Protegiendo y empoderando a los más vulnerables, entre ellos a los migrantes, los jóvenes, las mujeres rurales y los niños; 3) Fortaleciendo las capacidades para adaptarse al cambio climático y hacer frente a los choques; 4) Permitiendo a los hogares invertir en prácticas agrícolas más productivas; 5) Mejorando el acceso a servicios de salud, educación y oportunidades de empleo decentes. La protección social y el derecho a la alimentación son clave para construir sistemas agroalimentarios eficientes, inclusivos, resilientes y sostenibles.