SAVE FOOD: Iniciativa mundial sobre la reducción de la pérdida y el desperdicio de alimentos

ONU-Hábitat III abordará los vínculos urbano-rurales que permiten prevenir y reducir el desperdicio y la pérdida de alimentos

27 Jul 2015

Hábitat III, la Tercera Conferencia de las Naciones Unidas sobre Vivienda y Desarrollo Urbano Sustentable, se celebrará en Quito (Ecuador), del 17 al 20 de octubre de 2016. La conferencia se centrará en la aplicación de la Nueva Agenda Urbana, basándose en la Agenda de Estambul de 1996.

La FAO, mediante la iniciativa Alimentos para las ciudades, colabora con la Iniciativa mundial sobre la reducción de la pérdida y el desperdicio de alimentos (SAVE FOOD) dentro de ONU-Hábitat III. La prevención y la reducción del desperdicio de alimentos se trata en el documento temático sobre Vínculos urbano-rurales, que forma parte del área de trabajo de Desarrollo Espacial.

El desperdicio de alimentos es un problema que atañe no solo a los países industrializados, sino a los países en desarrollo y los países en transición, como resultado de tendencias como la rápida urbanización y el crecimiento de la población. En todo el mundo, se estima que una tercera parte del total de los alimentos producidos para el consumo humano se pierde o desperdicia en las cadenas de valor todos los años. Las pérdidas en el nivel del consumidor suponen el 22 % y en el de la distribución el 12 % (FAO, 2011) y suponen un problema cada vez mayor en áreas urbanas y periurbanas.

En el documento temático sobre Vínculos urbano-rurales de Hábitat III se destacan las siguientes áreas de intervención: i) políticas y estrategias basadas en datos, así como priorización y coordinación por parte de los sectores público y privado y la sociedad civil; ii) diálogo entre múltiples partes interesadas para permitir la recuperación y la redistribución para el consumo humano de alimentos inocuos y nutritivos y la transferencia de conocimiento; iii) movilización de recursos y provisión de infraestructuras mediante alianzas público-privadas; iv) capacidad de aplicación práctica para abordar una demanda social creciente; v) herramientas para el seguimiento y la evaluación que proporcionen orientación asimismo en inocuidad y calidad alimentarias (incluyendo la nutrición humana) y que recaben más datos sobre las cuatro dimensiones de la seguridad alimentaria y nutricional (disponibilidad, acceso, utilización y estabilidad).