SAVE FOOD: Iniciativa mundial sobre la reducción de la pérdida y el desperdicio de alimentos

La pérdida y el desperdicio de alimentos encabezan el orden del día de la conferencia internacional de La Haya

10 Jul 2015

LA VERDÍSIMA ciudad costera de La Haya, en los Países Bajos, es el centro mundial de la justicia internacional, sede tanto de la Corte Internacional de Justicia como de la Oficina Europea de Policía (Europol). Sin embargo, del 15 al 20 de junio, la pérdida y el desperdicio de alimentos lideraron el orden del día. Durante esta semana, Den Haag, como se la conoce en neerlandés, albergó la conferencia internacional No More Food to Waste: acción global para acabar con las pérdidas y el desperdicio de alimentos.

Organizada por el Ministerio de Economía de los Países Bajos, en colaboración con el Gobierno de Viet Nam, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, No More Food to Waste lanzó el guante a los más de 325 participantes —de alrededor de 60 países diferentes— para crear soluciones, innovar y construir acuerdos de colaboración sostenibles para la reducción de la pérdida y el desperdicio de alimentos.

Se organizaron grupos de trabajo compuestos por participantes del sector privado, el gobierno, instituciones de investigación y organizaciones de desarrollo internacional y local, a quienes se les encargó planear y hacer un informe sobre soluciones en áreas centrales de la reducción de la pérdida y el desperdicio de alimentos. Además de los plenos en los que se presentaron estas soluciones, hubo sesiones sobre mejores prácticas, gobernanza y asociacionismo, finanzas e inversiones para la reducción de la pérdida y el desperdicio de alimentos, así como sobre vacíos de información y recopilación de datos.

El evento fue presidido por la ministra de Agricultura de los Países Bajos, Sharon Dijksma, quien solicitó a los gobiernos que adquirieran compromisos en el ámbito nacional para “incorporaran objetivos, estrategias y programas con una cronología y claramente identificados” en sus acciones contra la pérdida y el desperdicio de alimentos. Dijksma también pidió que se aumentaran los esfuerzos para medir la pérdida y el desperdicio de alimentos y así poder hacer un seguimiento de los progresos relacionados con los objetivos de reducción. “Iniciativas como el desarrollo de un protocolo global son necesarias para medir de forma coherente la pérdida y el desperdicio de alimentos a lo largo de la cadena de alimentos, así como herramientas para su reducción de aquí al Foro de Bienes de Consumo”, afirmó Dijksma. Consciente de la relación entre el desperdicio de alimentos y el cambio climático, Dijksma exigió que estas estrategias se alinearan con buenas prácticas agrícolas.

Dijksma también afirmó que el intercambio de experiencias entre países relacionadas con la pérdida y el desperdicio de alimentos, sobre todo en lo concerniente a “incentivos políticos, innovación del mercado, educación del consumidor y recuperación y redistribución de otro tipo de alimentos que se pierden o desperdician, incentivos comerciales e inversión del sector privado”, es indispensables para la reducción de la pérdida y el desperdicio de alimentos en una escala global.

Ren Wang, Subdirector General del Departamento de Agricultura y Protección del Consumidor de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, recalcó que la pérdida y el desperdicio de alimentos no son un ‘accidente’, sino una consecuencia derivada de la naturaleza de los sistemas alimentarios. Señaló que todas las acciones para limitar la pérdida y el desperdicio de alimentos deben tener un enfoque sistemático. “El amplio alcance de las pérdidas y el desperdicio de alimentos nos hace considerarlas no como un accidente sino como una parte integral de los sistemas alimentarios, como una consecuencia de la manera cómo funcionan los sistemas alimentarios desde un punto de vista técnico, cultural y económico”, afirmó Wang.

Wang también abogó por un intercambio de conocimientos mayor para poder así basarse en ideas y ampliar prácticas expansibles y relevantes. Wang presentó a los participantes el trabajo de la reciente Comunidad de Práctica (CdP) sobre pérdidas de alimentos, una nueva plataforma en la que la FAO y socios que trabajan en la reducción de la pérdida y el desperdicio de alimentos pueden compartir enfoques, soluciones, experiencias y temas relacionados con las pérdidas de alimentos. La CdP se lanzó en octubre de 2014.

Además, Wang puso al corriente al auditorio sobre uno de los principales resultados del encuentro del G-20 de mayo de 2015: el establecimiento de una nueva plataforma dedicada a la reducción de las pérdidas y el desperdicio de alimentos. “Se solicitó a la FAO, junto con el IFPRI y otras organizaciones internacionales relevantes, que crearan una plataforma, basada en sistemas existentes, para compartir información y experiencias sobre la evaluación de las pérdidas y el desperdicio de alimentos”, afirmó.

Resultados de algunas de las conferencias

Durante los trabajos de grupo sobre la evaluación de la pérdida de alimentos, los participantes animaron a los legisladores a crear iniciativas que apoyaran a los agricultores de pequeña escala a la hora de adoptar nuevas tecnologías para medir la pérdida de alimentos (a través de la producción local, iniciativas locales y proyectos multinacionales). Se propusieron tecnologías simples como estaciones solares WiFi para acceder a datos, teléfonos móviles con estaciones solares de recarga así como la utilización de tecnologías más complejas como el portal GS1 ITC, dirigido por el Pacto Mundial. También se evocó que el Mercado Común para África Oriental y Meridional (COMESA), la Comunidad del África Oriental (CAO) y la Comunidad para el Desarrollo del África Austral (SADC) serían anfitriones ideales para recopilar datos para las regiones, una actividad que los participantes consideraron como importante para un mayor desarrollo de la integración regional.

Los asistentes, especialmente las ONG sobre el terreno como Feedback (antiguamente Feeding the 5000), subrayaron la necesidad de examinar el papel de las prácticas comerciales injustas como fuente de desperdicio alimentario. Algunos participantes argumentaron que en muchos casos, en algunos lugares del mundo, cuando una empresa quiere cancelar un pedido, suele rechazar los productos basándose en motivos superficiales. Esto era particularmente cierto en la época en la que había excedentes de producción o saturación de mercado. Los participantes exigieron que se evaluara la implicación en los derechos humanos de estas prácticas comerciales injustas, especialmente de los pequeños agricultores, y que se desarrollaran estrategias para proteger a los grupos vulnerables.

Durante la mesa redonda de alto nivel, en la que participaron ministros de Agricultura, líderes de ONG y otros grupos de defensa, los portavoces sugirieron que se creara una semana dedicada a acciones para reducir la pérdida y el desperdicio de alimentos, entre otras iniciativas de impacto social. El objetivo de esta iniciativa sería comprometer a la sociedad como un todo, con los medios de comunicación como socio principal.

Los participantes también exigieron la provisión de mayores fondos como préstamos de pequeña escala y financiación inicial que impulsen a los innovadores con el fin de que desarrollen ideas e iniciativas.

Utilizando el sorprende éxito de la reducción de la mortalidad materna (ODM 5) gracias al incremento de la acción y el apoyo públicos por parte de los líderes nacionales y mundiales de los años 1990, el Instituto de Recursos Mundiales propuso la campaña “Champions of 12.3” para luchar contra la pérdida y el desperdicio de alimentos. La cifra 12.3 hace referencia al Objetivo de Desarrollo Sostenible 12.3: producción y consumo sostenibles. La campaña “Champions of 12.3” tomó impulso en la conferencia, en la que organizaciones como Nestlé, el UNEP y la FAO mostraron un gran interés en desarrollar más a fondo la idea.