Centro de inversiones de la FAO

Financiar sistemas agroalimentarios:

Entrevista al Director del Centro de Inversiones de la FAO
17/10/2022

La crisis alimentaria, energética y financiera está empujando más personas a la pobreza extrema y al hambre. Incluso antes de que estallara la guerra en Ucrania, no se estaba cumpliendo el objetivo de erradicar el hambre y la malnutrición en el mundo para 2030. Durante los preparativos para el primer Foro de Inversiones de la Iniciativa Mano de la mano de la FAO, el Director del Centro de Inversiones de la Organización, Mohamed Manssouri, explicó estos desafíos y la importancia de invertir en sistemas agroalimentarios sostenibles.

Pregunta: Las cifras más recientes del informe sobre El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo indican que el número de personas que padecen hambre ha aumentado en 150 millones de personas desde el inicio de la pandemia y se sitúa ahora en 828 millones. ¿Cómo podemos replantearnos la agricultura para mejorar la seguridad alimentaria mundial y alcanzar los demás Objetivos de Desarrollo Sostenible?

Manssouri: En primer lugar, debemos entender los sistemas agroalimentarios como un todo, desde la producción primaria y la elaboración hasta el consumo y el desperdicio de alimentos. También necesitamos una visión a más largo plazo. Esto implica encontrar la combinación adecuada de políticas, innovaciones e inversiones, tanto del sector público como del privado, que promueva el crecimiento económico inclusivo mediante empleos decentes, sobre todo para los jóvenes; mejor nutrición y salud; una gestión sostenible de los recursos naturales; más equidad y, por último, resiliencia al cambio climático.

Los sistemas agroalimentarios mundiales están sufriendo varias conmociones (conflictos, sequías, inundaciones y crisis de salud pública), a menudo de forma simultánea, que se están convirtiendo en la regla. Tenemos que estar mejor preparados para gestionar todos estos riesgos. Trabajamos estrechamente con países y socios a fin de encontrar soluciones de inversión y financieras para unos sistemas agroalimentarios más sostenibles y resilientes que puedan contribuir a lo que conocemos como las "cuatro mejoras": una mejor producción, una mejor nutrición, un mejor medio ambiente y una vida mejorsin dejar a nadie atrás.

Pregunta: ¿Cuáles son algunas de las áreas de inversión prioritarias que pueden acelerar la transformación de los sistemas agroalimentarios?

Manssouri: La pandemia y la guerra en Ucrania han sacado a la luz las vulnerabilidades de nuestros sistemas agroalimentarios frente a las perturbaciones en las cadenas de suministro, las políticas comerciales y, por último, la concentración de poder de mercado en productos e insumos fundamentales.

Los sistemas agroalimentarios deben conseguir un mejor equilibrio entre lo mundial y lo local, examinando factores como las economías de escala, la diversificación, los costos de las transacciones y las huellas de carbono.

A la vez que los gobiernos y los negocios reevalúan los riesgos de la exposición al sistema comercial actual, empezamos a oír llamadas a la "desglobalización". Sin embargo, en lugar de revertir la globalización o hacer introspección, creo que tenemos que esforzarnos por ser más inteligentes tanto local como mundialmente. Debemos promover una producción local competitiva y sostenible, acuerdos comerciales regionales y una "gestión de las existencias" estratégica y eficaz, así como fuentes de alimentos y socios comerciales diversificados. Muchos países seguirán dependiendo considerablemente de las importaciones para alimentar a su población. Si estas proceden de varios socios comerciales en lugar de solo uno o dos, estos países serán menos vulnerables a las conmociones.

Dado que las inversiones que se realizan hoy influyen en los impactos del mañana, debemos encontrar los puntos de entrada adecuados para transformar positivamente los sistemas agroalimentarios, trabajando con sectores que compartan la misma visión y el mismo compromiso. Esto significa, por ejemplo, invertir en “Una Salud” en los sectores de la agricultura, de la sanidad y del medio ambiente, y en “Un Agua” en los sectores de la agricultura, de la sanidad, del abastecimiento de agua, del saneamiento, de la infraestructura y de la resiliencia al cambio climático.

También tenemos que invertir en el desarrollo de capacidades en los sistemas agroalimentarios, lo que incluye empoderar y educar a los consumidores para que opten por alimentos saludables y más sostenibles para el medio ambiente y desperdicien menos alimentos. Aunque los consumidores toman muchas decisiones importantes en los sistemas agroalimentarios, su opinión suele contar poco en el funcionamiento (producción, transporte y comercio) de dichos sistemas.

Así mismo, observo importantes oportunidades de inversión en lo relativo a la transformación de las cadenas de suministro de alimentos, también para alimentar a la población rural y urbana pobre, por ejemplo, y al fortalecimiento de la gobernanza para garantizar que las personas tengan acceso a alimentos inocuos, saludables, nutritivos y asequibles allá donde vivan.

La digitalización de los sistemas agroalimentarias se acentuará en los próximos años. Las tecnologías digitales tienen la capacidad de ayudar a los pequeños productores a aumentar la producción y la productividad, a acceder a los mercados y las finanzas y a proteger sus cultivos. También pueden ayudar a las cadenas de suministro alimentario a reducir las pérdidas y el desperdicio de alimentos y a mejorar la inocuidad de estos. Sin embargo, debemos estar atentos a la potencial brecha digital para no dejar atrás, de forma involuntaria, a determinadas personas, sectores y economías. Esto exige marcos reglamentarios y de incentivos propicios, además de condiciones favorables como la alfabetización digital, la conectividad rural y la gobernanza de los datos.

Y, por supuesto, tenemos que descarbonizar nuestros sistemas agroalimentarios, que actualmente emiten una cantidad de gases de efecto invernadero mucho mayor que la que almacenan. Esto implica promover soluciones con bajas emisiones de carbono e introducir una mayor diversidad de cultivos básicos nutritivos, resistentes a las sequías y que necesiten menos agua. A su vez, esto puede influir en los ODS: empoderando a las mujeres, mejorando la nutrición, promoviendo una mejor gestión de los recursos naturales y reduciendo la contaminación. Otra área interesante son los mercados voluntarios del carbono, que pueden impulsar la acción del sector privado en materia de cambio climático.

Pregunta: ¿Cómo puede ser parte de la solución la financiación pública y privada sostenible?

Manssouri: Sabemos que la financiación estatal no basta por sí sola para que los países cumplan sus ODS y sus compromisos nacionales para 2030. Es crucial atraer inversiones privadas más cuantiosas y responsables para el sector agroalimentario.

En años recientes, inversores del sector público y del privado han lanzado fondos e instrumentos combinados para financiar, mediante deuda o capital propio, proyectos del sector privado que produzcan efectos de desarrollo sostenible acompañados de un rendimiento positivo de la inversión.

El sector agroalimentario está marcado por la incertidumbre y la volatilidad. Como Centro de Inversiones de la FAO, nuestra función principal es ayudar a eliminar los riesgos de las inversiones, ya sean públicas o privadas, mediante información, competencias y análisis fiables.

Enlazar nuestro apoyo normativo con las inversiones es nuestra forma de conseguir un impacto a escala, pero para transformar los sistemas agroalimentarios, debemos entenderlos en todas sus dimensiones. La Iniciativa Mano de la mano de la FAO y el análisis elaborado a partir de las evaluaciones de sistemas alimentarios a gran escala realizadas en más de 50 países durante el año pasado constituyen una base valiosa para las políticas y las inversiones. También debemos comprender mejor cómo se financian los sistemas agroalimentarios. Esto permitirá a los países, a las instituciones financieras y al sector privado realizar las inversiones adecuadas, promover las políticas idóneas y desarrollar las soluciones financieras apropiadas, como la financiación combinada y las tecnologías financieras (fintechs), así como los instrumentos de gestión del riesgo que pueden marcar realmente la diferencia.

El Foro de Inversiones de la Iniciativa Mano de la mano de la FAO, centrado en 20 países y tres iniciativas regionales, será una excelente oportunidad para ayudar a los gobiernos a entablar contactos y establecer alianzas con bancos multilaterales de desarrollo, donantes e inversores, y a conseguir apoyo para sus estrategias y planes de inversiones agrícolas.

Para saber más acerca del Foro de Inversiones de la Iniciativa Mano de la mano de la FAO (18-19 de octubre de 2022

Photo credit Sonia Malpeso