Los criterios e indicadores (C&I) son herramientas para definir, guiar, monitorear y evaluar el avance hacia la GFS en un determinado contexto. El objetivo general de los C&I es promover la GFS, tomando en cuenta las exigencias sociales, económicas, medioambientales, culturales y espirituales de todas las partes interesadas. Los criterios son categorías de condiciones o procesos con los cuales se puede evaluar la GFS. Cada criterio se caracteriza por un conjunto de indicadores que se pueden monitorear para evaluar los cambios que se dan en el tiempo.
El monitoreo participativo se refiere a la vigilancia de los bosques realizada por los directos interesados. Presenta muchas ventajas, entre otras: se obtiene información sobre la percepción que tienen estos actores de los impactos de las actividades forestales; contribuye a observar los avances en aspectos de preocupación particular para estas partes interesadas; garantiza que las partes interesadas estén bien informadas sobre los cambios en los bosques; estimula a estos actores para que revisen sus propios objetivos en función de los resultados; y facilita el contacto directo entre los diferentes grupos de partes interesadas. Los enfoques participativos de monitoreo se pueden utilizar para dar seguimiento a los aspectos económicos, sociales y medioambientales de la gestión forestal.
Un monitoreo eficaz es fundamental para la gestión forestal sostenible (GFS). Existe una diferencia importante entre monitoreo y auditoría, que son elementos complementarios de un sistema de vigilancia y seguimiento. Se puede definir el monitoreo como la evaluación continua de la ejecución técnica, medioambiental y social de la gestión y de los impactos que ésta produce. Un sistema de monitoreo es una forma de conducir y organizar la vigilancia de tal forma que su implementación resulte eficaz y sencilla. Los sistemas de monitoreo tienen diferentes niveles de sofisticación: pueden utilizar herramientas de medición sencillas y registros sobre papel, o bien utilizar equipos electrónicos avanzados. Lo más importante no es el nivel de sofisticación de un sistema, sino la eficacia en la recolección, revisión y utilización de la información para garantizar una gestión eficaz.
El monitoreo se debería alinear estrechamente con los objetivos de la gestión y sus resultados deberían alimentar el proceso de planificación: no se puede mejorar la gestión forestal si no hay datos sobre sus impactos.
No es infrecuente, en la literatura, distinguir entre monitoreo operativo y estratégico. El monitoreo operativo se realiza para asegurar el cumplimiento de las disposiciones y directrices actuales. Es también la base para mejorar las prácticas actuales e identificar las zonas que requieren medidas correctivas o reparadoras. El monitoreo estratégico es más bien un sistema de observaciones y mediciones a largo plazo de los efectos medioambientales y sociales producidos por la gestión forestal, utilizado para guiar y adaptar las estrategias de gestión.
Este módulo se refiere a las actividades de las unidades de gestión forestal (UGF), definidas como áreas de tierra claramente demarcadas, cubiertas predominantemente por bosques, manejadas en función de un conjunto de objetivos explícitos y de conformidad con un plan de manejo forestal a largo plazo. El manejo de una UGF podría tener varios objetivos, si bien podrían tener subnidades manejadas para fines específicos o bajo regímenes específicos de gestión. El monitoreo garantiza la implementación de las actividades establecidas en un plan y permite la evaluación del funcionamiento de una UGF y de su enfoque de gestión.
Los parámetros clave típicamente abordados en el monitoreo del funcionamiento de una UGF incluyen la producción de trozas; la delineación y la demarcación de las zonas fronterizas; el respeto de las áreas protegidas; la ejecución adecuada de las medidas de conservación; la sanidad de los bosques; el éxito en los esfuerzos de regeneración; la implementación oportuna de tratamientos en los rodales; los costos unitarios; y los efectos medioambientales y sociales de las operaciones en curso. El monitoreo debería incluir el funcionamiento actual, además de los gastos actuales respecto a presupuestos y debería tomar en cuenta los efectos de las operaciones de gestión sobre los bosques, además de los parámetros sociales clave.
Un sistema de monitoreo debería ser lo suficientemente sólido, detallado y frecuente para permitir la identificación de los problemas en un estadio temprano y el reajuste de las medidas para afrontarlos; debería también demostrar el éxito que se puede alcanzar. Tanto en el monitoreo operativo como en el estratégico, los registros y los datos deberían ser comparables en el tiempo y los procedimientos deberían ser consistentes y replicables.
Los siguientes aspectos pueden ayudar a mantener bajo control los costos del monitoreo y a lograr resultados comprensibles:
- Mantenga centrado el monitoreo en la gestión forestal – es decir, en lo que Ud. verdaderamente necesita saber.
- Siempre que sea posible, utilice métodos sencillos y baratos.
- Utilice los recursos ya disponibles en la empresa u organización.
- De ser adecuado, utilice enfoques indirectos de fácil aplicación.