Los sitios adecuados para la restauración forestal pueden tener diferentes tamaños, desde grandes paisajes con múltiples propietarios y administradores, hasta bosques más pequeños o sitios administrados por un solo propietario. A nivel de sitio, las decisiones de manejo de los propietarios de tierras y de los usuarios de bosques sobre la restauración estarán impulsadas por su beneficio privado, por presiones y consideraciones sociales a nivel local, y por regulaciones e incentivos públicos sobre determinados tipos de manejo.

Asimismo, las decisiones sobre la gestión de tierras públicas y de tierras comunales están impulsadas por un análisis de costos y beneficios. Sin embargo, en comparación con las tierras privadas, estas decisiones generalmente involucran a un grupo más grande de instancias decisorias. También suele existir la necesidad de establecer un mecanismo de gobernanza y gestión para equilibrar las diferencias de opinión y mantener la coherencia en la gestión (Ostrom, 2009).

Los posibles sitios o paisajes para proyectos de restauración forestal incluyen:

• bosques secundarios explotados excesivamente, o pobres, que necesitan regeneración natural suplementaria mediante plantaciones de enriquecimiento;
• ecosistemas de bosques naturales degradados en áreas protegidas para su uso en el manejo de cuencas, conservación de la vida silvestre, ecoturismo o desarrollo comunitario;
• hábitats o corredores de vida silvestre;
• sitios aluviales a lo largo de arroyos, ríos y otros cuerpos de agua para preservar zonas ribereñas o costas;
• pendientes pronunciadas con riesgo de erosión del suelo y deslizamientos de tierras;
• sitios improductivos aptos para la producción de productos forestales;
• plantaciones de madera industrial improductivas que son aptas para la conversión en bosque natural o seminatural.

Si bien estos sitios tienen potencial de restauración, la demanda de los propietarios y administradores de la tierra depende de su percepción de los beneficios de la iniciativa. Con toda probabilidad, elegirán sitios para restauración que brinden estos beneficios y no intervendrán en el resto de los sitios. Los beneficios financieros –como los creados por el empleo, los ingresos de la recolección de productos forestales, el ecoturismo y los pagos por servicios de los ecosistemas– son las fuentes de motivación más obvias y conmensurables para que las partes interesadas participen en proyectos de restauración forestal. Los residentes locales también pueden considerar los beneficios no financieros (como mejoras en el medio ambiente y la infraestructura de la aldea, el mantenimiento de las tradiciones culturales o el beneficio político) como razones igualmente o más importantes para restaurar los paisajes forestales.

Aquellos que desean aumentar la proporción de administradores y propietarios que optan por restaurar la tierra tienen una plétora de opciones. El desafío es implementar estos incentivos de manera rentable (Cuadro 1).

Cuadro 1. Opciones de política indicativas para aumentar la restauración forestal: Los propietarios y administradores emprenderán actividades de restauración si ven los beneficios de hacerlo. Aquí hay algunas opciones indicativas que pueden incrementar la restauración forestal

Aquellos que realicen actividades de gestión lo harán si perciben que los beneficios superan los costos. Sin embargo, ese beneficio no debe producirse a expensas de los vecinos, la sociedad en general o el medio ambiente que rodea el bosque.

Una parte importante de la identificación de los incentivos adecuados para la restauración forestal es comprender por qué el bosque está actualmente degradado.

El aprovechamiento intensivo de los bosques y las perturbaciones conexas han creado grandes superficies de bosques degradados. A nivel mundial, se estima que más de  900 millones de hectáreas de las tierras forestales deforestadas y degradadas son biofísicamente aptas para la restauración forestal (Bastin et al., 2019). Además de identificar áreas que tienen potencial biofísico para la restauración, comprender y abordar eficazmente los impulsores de la deforestación y la degradación forestal en un sitio específico o en un paisaje es fundamental para cualquier plan de restauración forestal eficaz. A nivel de sitio, los propietarios pueden comprender los factores que impulsan la deforestación y la degradación, pero carecen de las herramientas o incentivos para evitarlos, detenerlos o revertirlos. Los sistemas sólidos de gobierno local, extensión e intercambios entre propietarios sobre los problemas y las soluciones, pueden ayudar a superar estas barreras. De igual forma, el gobierno local puede comprender bien los factores que impulsan la deforestación y la degradación en las tierras públicas, pero podría carecer de los medios para administrar de manera efectiva esas áreas. Vincular ambas clases de propietarios de tierras con los tipos adecuados de incentivos puede mejorar las prácticas de gestión.

Las políticas públicas mal formuladas o desactualizadas son una causa importante de la degradación forestal. Otro desafío común son los mecanismos de control y ejecución deficientes y la insuficiencia de recursos. Para que la restauración tenga éxito, es necesario asegurar que los reglamentos no compliquen demasiado la extracción de productos forestales, propiciar una tenencia segura de los propietarios de los bosques y que las regulaciones sobre el uso de la tierra y los bosques estén acompañadas de mecanismos de control y aplicación bien gobernados y rentables.

Los esfuerzos de restauración y rehabilitación de los bosques solo serán sostenibles si son socialmente aceptables. Por tanto, la buena gobernanza y el respeto de los derechos humanos deben respaldar los esfuerzos de restauración de los bosques, en particular los emprendidos o financiados externamente. A nivel del paisaje, los esfuerzos de restauración forestal interactúan ecológica, social y económicamente con todos los demás usos de la tierra, como la agricultura, la vida urbana, la producción de agua, la infraestructura y la industria. En consecuencia, deben basarse en un enfoque coordinado, transparente y en procesos de planificación participativa del uso de la tierra con la participación plena de todos los grupos de interés, vinculando la agricultura, la silvicultura y otros usos de la tierra.

A nivel local, las principales partes interesadas (p.ej., propietarios de bosques, comunidades locales, concesionarios y autoridades forestales y otras a cargo del uso de la tierra) deben participar desde el inicio de cualquier plan externo de restauración forestal en su área. La planificación y la implementación deberían incluir un proceso que garantice a los más vulnerables y menos poderosos (a menudo mujeres, niños y niñas y los pobres) los medios para participar en la planificación y tener voz en el proceso de toma de decisiones. La participación de los grupos de interés debe tener en cuenta el género. Mujeres y hombres son actores importantes en el proceso de restauración forestal; tanto los roles culturales como las dinámicas de poder entre géneros deben estar integrados en el proceso de restauración forestal.

Suponiendo que la gobernanza sea buena, la gestión forestal es más eficaz si se han planteado y definido con claridad sus objetivos. También puede ser útil concertar las diferentes funciones y responsabilidades para participar en la restauración y para la distribución equitativa de incentivos, beneficios y costos. Los cambios frecuentes en estos objetivos de gestión aumentan los costos y vuelven menos segura la realización de los beneficios. Debido a que la gestión forestal se lleva a cabo en grandes escalas de tiempo y, a menudo, en grandes superficies de tierra, en general vale la pena definir los objetivos de manejo cuidadosamente. De hecho, los esfuerzos de restauración forestal suelen ser inversiones de menor riesgo si las principales partes interesadas (p.ej., propietarios de bosques, comunidades contiguas, concesionarios y autoridades forestales y otras autoridades encargadas del uso de la tierra) participan desde el principio. Esto puede ayudar a evitar errores y malentendidos que podrían aumentar los costos o resultar en el fracaso del esfuerzo. La definición de objetivos también debe incluir la consulta del administrador con los propietarios, vecinos, gobierno y expertos relevantes en el tema, según corresponda. Idealmente, el gobierno local y regional desarrollará una reglamentación transparente y bien cavilada con anticipación y la aplicará de manera consistente durante un largo período, reduciendo los costos de transacción y creando un campo de acción equilibrado para los propietarios de bosques.

Los bosques se pueden restaurar para múltiples objetivos combinados. Estos deben definirse y priorizarse desde el principio, y se deben revisar periódicamente en un marco de gestión adaptativa. En particular para las tierras forestales comunales y públicas, a menudo es necesario un proceso de priorización al definir los objetivos de manejo, para reconciliar los objetivos en competencia o incompatibles y las limitaciones de recursos.

Si los objetivos de manejo son claros y han sido acordados por todas las partes relevantes, alcanzarlos probablemente dependa más de un buen plan implementado en un marco de manejo adaptativo. En la gestión forestal, esto generalmente implica la elaboración de un mapa de compartimentos y la definición de cuándo y dónde tienen lugar las actividades silvícolas en esos compartimentos.

El mapeo de las características biofísicas y silvícolas es útil para determinar la viabilidad y la idoneidad de los diferentes enfoques de restauración. Entre las principales características que se deben esquematizar se incluyen: la superficie de bosque residual (p.ej., primario, secundario y degradado); las funciones del bosque; la superficie y la calidad de la tierra agrícola; la superficie de tierra degradada y no utilizada; las áreas de prioridad ambiental; las áreas de importancia biológica y cultural; la accesibilidad vial. El acto de producir y perfeccionar el mapa es una excelente oportunidad para conducir una discusión estructurada sobre las actividades de gestión.

La selección del método o los métodos de restauración depende del objetivo de la restauración, del tiempo y dinero disponibles y del potencial ecológico del sitio. Por ejemplo, la estabilización rápida del suelo desnudo es posible utilizando especies de plantación, pero este es un proceso costoso que requiere personal, acceso al sitio y material de siembra. Los métodos menos intensivos como la regeneración natural asistida, la siembra directa o la exclusión de la vida silvestre y el ganado pueden ser rentables cuando no es necesaria una respuesta rápida. Se pueden utilizar varios métodos en la misma región para lograr objetivos de gestión más amplios (Cuadro 2).

Cuadro 2. Objetivos de la restauración, métodos seleccionados y referencias

Fuente: Modificado de Stanturf, Palik y Dumrose (2014)

En los bosques degradados sobreexplotados que todavía tienen especies valiosas de árboles, vale la pena considerar los métodos de regeneración natural. Estos métodos son particularmente prometedores si en el sitio ya se encuentran plántulas de árboles (u otras formas de rebrote natural, como retoños de raíces o tocones), lo que indica que las condiciones del sitio son adecuadas para la regeneración natural. El éxito de un enfoque de regeneración natural está determinado por la producción adecuada de materiales regenerativos (como semillas) por parte de la vegetación madre en los momentos adecuados, el control de malezas y la receptividad del sitio al establecimiento de las plántulas en el momento de la caída de las semillas (p.ej., algunas semillas de árboles solo pueden establecerse en suelos minerales desnudos). En la Figura 2 se ofrece información sobre la regeneración natural asistida y las condiciones bajo las cuales es más probable que la regeneración natural tenga éxito.

En sitios degradados sin fuentes de regeneración natural o cuando se prefiere un manejo más intensivo para alcanzar los objetivos de la gestión, puede ser necesario plantar especies de árboles, arbustos y pastos para que la restauración forestal tenga éxito. La plantación de árboles es una de las actividades que se identifica con mayor frecuencia en los proyectos de restauración forestal, pero no es tan simple y fácil como parece y de ninguna manera es el final del proceso de restauración: el compromiso a largo plazo de todas las partes interesadas para manejar y mantener un bosque es fundamental para el éxito. La plantación también puede aplicarse en bosques secundarios degradados o explotados mediante la plantación o la siembra directa de especies de árboles autóctonos en parches naturales o siguiendo líneas de plantación en rodales existentes, una práctica conocida como plantación de enriquecimiento. En fin, la plantación es a menudo apropiada cuando el objetivo es aumentar la producción de madera o para otros objetivos de manejo con fines comerciales claros en el mercado privado. Es posible que plantar árboles no sea apropiado en áreas con recursos hídricos limitados, presión de la tierra o poca capacidad para cuidar el rodal.

Factores de éxito de la regeneración natural asistida/regeneración natural gestionada por agricultores

Es más probable que los enfoques de regeneración natural tengan éxito si se cumplen las siguientes condiciones:

• la capa superior del suelo permanece en el sitio o se complementa;
• hay manchas de bosque, preferiblemente grandes y bien conservadas, en las proximidades del sitio objetivo;
• el rebrote de la vegetación natural promueve el rápido crecimiento temprano y la estabilización del suelo;
• hay semillas de especies leñosas de sucesión temprana y tardía en el banco/lluvia de semillas;
• las especies autóctonas comunes y raras pueden colonizar a largo plazo;
• la supresión de malezas ocurre rápidamente después del abandono del sitio;
• el paisaje está poblado por una diversidad de vida silvestre (insectos y vertebrados) que sirven como polinizadores y propagadores de semillas;
• existe protección contra incendios frecuentes que promueven hierbas resistentes al fuego;
• se evita la caza y la extracción excesiva de desechos y productos forestales;
• el sitio está protegido del pastoreo y del uso de tierras para la agricultura.

Cuando no se cumplen estas condiciones, se necesita asistencia para superar las barreras a la regeneración natural. Las opciones de manejo que pueden catalizar la regeneración natural incluyen:

• supresión activa de malezas/hierbas;
• manejo de especies invasoras;
• protección de sitios contra incendios y cosechas prematuras;
• protección contra el pastoreo (cercas u otros controles);
• suministro de plántulas y posaderas para pájaros y murciélagos que propagan las semillas;
• siembra de semillas, o plantitas cultivadas en viveros, de
• especies útiles que no están presentes en la lluvia de semillas.

En algunos casos, se pueden plantar especies de rápido establecimiento que mejoran la fertilidad del suelo y evitan el desarrollo de maleza y hierba para iniciar el establecimiento del bosque.

Fuente: Chazdon (2016)

Figura 2. Condiciones y acciones de manejo para una regeneración natural exitosa La selección del método de restauración, por lo tanto, debe depender del objetivo de la restauración, de los medios disponibles y de una evaluación equilibrada del mérito e inconvenientes de las opciones disponibles para alcanzar esos objetivos con los medios disponibles.

Los esfuerzos de restauración forestal son inversiones a largo plazo que preparan el camino para el manejo sostenible de los bosques y la tierra. Requieren conciencia y diligencia en las políticas y la planificación para mitigar los riesgos ecológicos y socioeconómicos asociados con ellos. Algunos costos indicativos y plazos para la restauración que implican la replantación al por mayor sirven para ilustrar este aspecto.

Los costos de la restauración forestal varían ampliamente, según los costos locales y las técnicas utilizadas. Véase, en el Cuadro 1 de Shono, Cadaweng y Durst (2007), una comparación entre el mérito de los diferentes enfoques de restauración. Los costos del vivero incluyen la construcción y el equipo del vivero, los materiales consumibles y la mano de obra (sueldos y salarios). El trabajo total requerido para la preparación del sitio, la siembra, el deshierbe, la aplicación de fertilizantes, el trasplante y el monitoreo desde el primero hasta el tercer año después de la siembra se pueden estimar en 50–150 días/persona por hectárea excluyendo la prevención de incendios, que generalmente es necesaria de tres a seis meses al año, dependiendo de la duración de la temporada seca. Por lo tanto, es probable que el costo total de un proyecto eficaz de restauración forestal a gran escala –que implique la plantación de árboles, incluida la producción de plántulas y todos los materiales y mano de obra para la plantación, el mantenimiento y el seguimiento durante tres años– esté en el rango de 1 000 a 3 000 USD por hectárea (Evans y Turnbull, 2004, Cuadro 6.1; FAO y CLD, 2015, Tabla 2; Hitimana, 2019, Comunicación personal).

Si bien los costos varían ampliamente, la restauración forestal es una inversión considerable y la protección a largo plazo es esencial. Desafortunadamente, es un error común subestimar el tiempo total requerido para implementar proyectos de restauración forestal. Los estudios de reconocimiento del sitio del proyecto deben comenzar dos o tres años antes de las operaciones silvícolas. Si los árboles se cultivan localmente a partir de semillas, la construcción del vivero y la recolección de semillas deben comenzar al menos dos años antes de la primera plantación. Es probable que las campañas de restauración forestal a gran escala con objetivos ambiciosos de replantar extensas superficies fracasen si no se tiene en cuenta la capacidad limitada disponible para las operaciones de campo.

Independientemente del tipo de restauración forestal que se lleve a cabo, el seguimiento y el mantenimiento (es decir, el cuidado) son elementos fundamentales para el éxito. Estos dos elementos deben formar parte de la planificación y los recursos asignados al esfuerzo. Todo esfuerzo de monitoreo debe basarse en tres preguntas básicas:

1. ¿Qué pretendemos hacer?
2. ¿Lo hicimos?
3. ¿Ha funcionado?

En otras palabras, el propósito del monitoreo debe ser establecer si se han implementado las intervenciones de manejo planificadas y si estas han tenido el resultado esperado. Esto permite al administrador ajustar las intervenciones (silvicultura, en este caso) para que se puedan alcanzar los objetivos.

El mantenimiento está relacionado con el monitoreo, y se puede monitorear mucho el progreso cuando se va al sitio para realizar el mantenimiento necesario. El mantenimiento en la restauración forestal implica operaciones silvícolas adicionales que mantienen el bosque en la trayectoria planificada hacia la condición forestal deseada. Para ilustrar estos puntos, el Cuadro 3 proporciona orientación sobre los requisitos de mantenimiento y seguimiento de los bosques plantados.

Cuadro 3. Orientaciones indicativas sobre seguimiento y mantenimiento de bosques plantados

Las actividades de mantenimiento también incluyen los siguientes tratamientos silvícolas:

Control de la maleza. El crecimiento denso de malezas retarda el crecimiento de las plántulas sembradas y regeneradas naturalmente, y puede causar su muerte, como resultado de la competencia por la humedad, los nutrientes y la luz. El control de malezas ayuda a los árboles recién establecidos a sobrevivir y crecer al minimizar el efecto dañino de otras plantas en los árboles plantados. Si se realiza el deshierbe químico, hay que cumplir con las regulaciones aplicando esas sustancias según las instrucciones del fabricante y asegurando salvaguardias adecuadas para protección de los trabajadores y del medio ambiente.

Las quemas prescritas, en las que se utiliza fuego de baja intensidad para controlar el crecimiento del sotobosque, pueden ser una opción eficaz para controlar el riesgo de incendio en los compartimentos una vez que los árboles plantados son lo suficientemente grandes para resistir al fuego.

Cuidado y aclareo. El cuidado y el aclareo en los rodales plantados y regenerados naturalmente son operaciones silvícolas para mejorar la calidad de la masa eliminando y suprimiendo la vegetación no deseada, (trepadoras, enredaderas, etc.) y eliminando los árboles mal formados, dañados o enfermos. El objetivo es aumentar el desarrollo de la copa y el crecimiento del diámetro de los árboles deseados, concentrar el incremento futuro en los árboles mejor formados y aumentar la estabilidad del rodal dando más espacio de crecimiento a las raíces y copas de los potenciales árboles de cultivo final. Las operaciones de cuidado y aclareo son factores determinantes para el logro de los objetivos de producción. Hay muchas herramientas para los trabajadores forestales en lo que respecta al aclareo, incluido el aclareo mecánico, el descortezamiento en anillo y el desbroce, así como muchos métodos (p.ej., sistemático, selectivo). Para obtener más información sobre el cuidado de los bosques plantados consúltese, por ejemplo,  el Capítulo 16 del texto de Evans y Turnbull  Plantaciones forestales en los trópicos (Evans y Turnbull, 2004). Hay una gran variedad de posibles operaciones de cuidado y aclareo en la silvicultura. Para una introducción general a la silvicultura y el aclareo, consúltese Ashton y Kelty, (2018).

Más allá de la restauración de sitios, los sectores público y privado pueden reducir el riesgo y aumentar las posibilidades de éxito en la restauración forestal invirtiendo en sus ciudadanos y empleados. Esto significa asegurarse de que cuenten con buenos silvicultores y personas capacitadas que vivan y trabajen en el sector agrícola y en las zonas rurales; el sector público puede hacer esto manteniendo escuelas de silvicultura y servicios de extensión que puedan capacitar a personal calificado; y los empleadores del sector forestal pueden hacerlo invirtiendo en desarrollo profesional. El riesgo y la incertidumbre climáticos es otra consideración relevante para las inversiones a largo plazo como la silvicultura, tanto en el sitio como a gran escala, los enfoques para mitigar ese riesgo tienen un papel que desempeñar.

El desarrollo continuo de capacidades es esencial para mejorar la planificación, la gestión y la toma de decisiones técnicas sobre la restauración forestal. Los principales grupos objetivo incluyen:

• administradores de las agencias responsables, para que puedan planificar y presupuestar programas efectivos;
• silvicultores, para que puedan gestionar y ejecutar eficazmente el trabajo en el bosque;
• propietarios de tierras y poblaciones rurales, para que puedan comprender y participar en las actividades de restauración.

El desarrollo de un programa de extensión forestal y su organización requieren comprender el tema, la situación de la población objetivo, los recursos disponibles y los principios de la educación de adultos. En los últimos años, ha habido una transición hacia programas de extensión que enfatizan y facilitan el intercambio y aprendizaje entre pares en lugar de crear una amplia red de extensionistas. Esto debería complementarse con programas vocacionales y profesionales de certificación en silvicultura en centros de educación superior.

Es probable que el cambio climático plantee nuevos riesgos para los proyectos de restauración forestal. Por ejemplo, las precipitaciones impredecibles plantearán desafíos para la reforestación y el aumento de los vientos y las tormentas causará más daños que en el pasado. Las intervenciones específicas para desarrollar la resiliencia ecológica y socioeconómica se establecen en las Directrices sobre cambio el climático para los gestores forestales y en las Directrices mundiales para restaurar la resiliencia de los paisajes forestales en las tierras secas.

Más allá de los riesgos adicionales que plantean el cambio climático y la incertidumbre, los propietarios y administradores de bosques siempre se han enfrentado al riesgo que conlleva la gestión de árboles que tardan mucho en madurar. Este riesgo se puede mitigar, por ejemplo:

• financieramente, a través de impuestos más bajos y préstamos más favorables;
• ecológicamente, plantando mezclas de especies en paisajes o en un compartimento;
• tecnológicamente, mediante la plantación de árboles genéticamente mejorados que maduran más rápidamente o son resistentes a determinados riesgos.

Ayudar a los propietarios de tierras a reducir su vulnerabilidad al riesgo aumentará su participación en la restauración forestal.