Las Directrices voluntarias proponen que se adopten medidas para prevenir y eliminar los problemas asociados a la tenencia como causa de conflicto y que los aspectos relativos a la tenencia se aborden antes, durante y después de los conflictos.
Para que los problemas relativos a la tenencia no deriven en conflictos, debe hacerse lo posible por resolver esos problemas por medios pacíficos.
Al surgir conflictos, deberían protegerse y respetarse los derechos legítimos de tenencia. Al finalizar, deberían abordarse los problemas de tenencia de modo tal de encontrar soluciones duraderas.
Cuando sea posible la restitución, los refugiados y las personas desplazadas deberían poder recuperar sus derechos legítimos de tenencia sin demoras. Cuando la restitución no sea posible, debería negociarse con las comunidades de acogida y de otro tipo la posibilidad de brindar a los refugiados y las personas desplazadas un acceso seguro a tierras, zonas de pesca y bosques alternativos para asegurarse de que el reasentamiento no afecte los medios de vida de terceros.
Para más información, vea la Sección 25 de las Directrices voluntarias.