Los bosques representan una fuente de subsistencia para millones de familias rurales que recogen madera de construcción, productos forestales no madereros (PFNM), leña, forraje, alimentos, plantas medicinales y agua para cubrir las necesidades de subsistencia (y compensar la necesidad de efectivo), o para la venta y la generación de ingresos. Se calcula que más de 2 400 millones de personas en todo el mundo dependen de los bienes y servicios forestales para el suministro directo de alimentos, combustible de madera, materiales de construcción, medicinas, empleo e ingresos en efectivo. La mayoría de las familias rurales recogen esos recursos forestales de manera informal, sin ningún reconocimiento jurídico o seguridad de derechos.
Aunque la mayoría de los bosques del mundo siguen siendo propiedad pública y de control estatal, sobre todo en los países en desarrollo, en todo el mundo está teniendo lugar una diversificación de acuerdos de tenencia de bosques. Dependiendo del contexto, esos enfoques han incluido los siguientes aspectos:
Cómo han afectado esas reformas a los usuarios de esos bosques y qué repercusión ha tenido en términos de mejora de la gobernanza de los bosques?
¿Qué lecciones podemos extraer de esas experiencias para mejorar la gobernanza de los bosques en otros países?
¿Cómo pueden las Directrices sobre la gobernanza responsable de la tenencia de la tierra, la pesca y los bosques, acordadas a nivel internacional, informar sobre los esfuerzos para mejorar la gobernanza de los bosques y asegurar la igualdad?
La labor de la FAO se ha basado en intentar responder a esas preguntas y ayudar a los países a que avancen hacia el logro de disposiciones relativas a la tenencia de bosques que mejoren la gobernanza, reconozcan los derechos consuetudinarios y aborden las cuestiones de igualdad.