FAO en Uruguay

Seminario regional sobre genética para la agricultura alimenticia

21/04/2017

Países de América Latina y el Caribe prepararon juntos en Montevideo la séptima reunión del órgano rector del Tratado internacional sobre los recursos fitogenéticos, prevista del 30 de octubre al 3 de noviembre en la capital ruandesa, Kigali, donde piensan destacar la importancia de los derechos del agricultor.

El Seminario Regional sobre la aplicación del Tratado Internacional sobre los Recursos Fitogenéticos para la alimentación y la agricultura celebrado en Uruguay del 19 al 21 de abril, “proporcionó información actualizada a las Partes Contratantes de la región sobre el acceso, la distribución de beneficios, los derechos del agricultor, el uso sostenible de los Recursos Fitogenéticos para la Alimentación y la Agricultura y otros temas", según dijo el secretario interino del Tratado Internacional, Kent Nnadozie, luego del encuentro.

También explicó que en esa instancia se creó, además, “un espacio para que los coordinadores nacionales y otros expertos analicen conjuntamente los resultados de los grupos de trabajo y comités, e inicien el trabajo preparatorio a nivel nacional y regional para la Séptima Reunión del Órgano Rector".

Durante la reunión se analizaron medidas para mejorar el funcionamiento del Sistema Multilateral, entre ellas la nueva versión revisada del Acuerdo Normalizado de Transferencia de Material que aún se está negociando y las modalidades identificadas para ampliar la cobertura del Sistema Multilateral.  Por otro lado, se examinaron y analizaron los temas centrales previstos para la séptima reunión del Órgano Rector, con el objetivo de fortalecer la coordinación regional y preparar una lista de asuntos prioritarios a seguir.

Los representantes de la región coincidieron en la necesidad de hacer un mayor énfasis en la implementación de los derechos del agricultor, de acuerdo a lo establecido en el Programa de trabajo sobre el uso sostenible de recursos fitogenéticos.

El Sistema Mundial de Información previsto por el Tratado también fue analizado, y los participantes saludaron los avances ya alcanzados. También se abordó la necesidad de considerar como asuntos altamente políticos las negociaciones bajo el Tratado Internacional, y especialmente las del Órgano Rector, aunque se basen en consideraciones técnicas.

En la apertura del encuentro regional, el subsecretario de Ganadería, Agricultura y Pesca de Uruguay, Enzo Benech, había instado a los participantes a que se avance en las discusiones, ya que “se están discutiendo temas muy parecidos desde hace 10 años”, y para eso pidió voluntad política y económica.

Según el jerarca, cuando se trata de hablar de la genética de los alimentos, “todos queremos que el mundo coma, y coma mejor”, sin embargo, “no es que falten alimentos”, porque “más del 30% de los alimentos se desperdician en el mundo” y tampoco es “porque no tengamos capacidad de producir”. “Hemos demostrado que somos capaces de producir mucho más de lo que necesitamos,” aseguró. Según él, para resolver el problema es necesario pensar “el mundo que queremos dejarle a nuestros hijos y nuestros nietos” ante los avances tecnológicos.

Desde la secretaría del Tratado Internacional, Álvaro Toledo, había abierto el encuentro destacando la oportunidad de lograr una evolución positiva en la “balanza de poderes e intereses de las diferentes regiones comprometidas” con esta norma global. Esto se debe, según el técnico, a que Argentina, Chile y Bolivia ratificaron recientemente el texto y podrán darle un mayor peso a las propuestas de la región en materia de recursos genéticos.

Además había alentado una mayor coordinación, con decisiones políticas, académicas y legales, entre otras, para que la negociación desemboque en resultados positivos para la región.

Por último, había recordado el rol “clave” de América Latina y el Caribe en el nacimiento del Tratado que entró en vigor en 2004, y apeló a que los países aborden el encuentro previsto a fines de octubre con un ánimo de éxito, no a la defensiva.

El Tratado cuenta con 144 Estados Parte, y prevé un Sistema Multilateral que se aplica a 64 de los cultivos más importantes para la agricultura y la alimentación, que a su vez representan el 80% de los alimentos vegetales, que deben estar reunidos en un fondo mundial de recursos genéticos accesible y disponible de forma gratuita para los usuarios potenciales de las naciones que lo ratificaron. Otro de sus puntos destacados es el llamamiento que hace a proteger los conocimientos tradicionales de los agricultores, aumentar su participación en los procesos de decisiones nacionales y garantizar que también se vean beneficiados por el uso de estos recursos.