FAO en Uruguay

Panorama 2017: El sobrepeso preocupa en Uruguay y la región

10/10/2017

La FAO y la OPS advierten que el hambre aumentó en seis países y alcanza a 42,5 millones de personas en la región alejando la posibilidad de erradicarla para 2030. Al mismo tiempo, el sobrepeso sigue siendo un problema de salud pública en todos los países y Uruguay no es una excepción.                                                                                                                                       

El número total de personas que sufre hambre en América Latina y el Caribe ha aumentado, lo cual está revirtiendo décadas de progresos. Al mismo tiempo, el sobrepeso y la obesidad afectan a todos los grupos de edad en hombres y mujeres, lo cual constituye un problema de salud pública en la región.

Así lo señala el Panorama de la seguridad alimentaria y nutricional en América Latina y el Caribe 2017, publicado hoy por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS).

El informe reporta los avances de los países de la región hacia las metas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), por primera vez desde la aprobación de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.

Además brinda a los responsables de elaborar políticas la información necesaria para proponer y avanzar en políticas y programas que contribuyan a combatir el hambre, la desnutrición crónica y a detener el rápido avance de la epidemia de obesidad.

En Uruguay, así como en Argentina, Antigua y Barbuda, o Trinidad y Tobago, cerca del 29% de la población padece obesidad de acuerdo a este informe. Las poblaciones de Chile y Bahamas en tanto, alcanzan el 30% y el 32% de obesidad respectivamente. Al contrario, las menores tasas se encuentran en Haití, con un 11%, mientras que Bolivia, Guatemala, Honduras, Paraguay, Nicaragua y Ecuador, presentan tasas menores al 20%.

En general, a nivel regional todos los países han incrementado sus tasas de sobrepeso y la obesidad, dolencias que afectan a todos los grupos de edad en hombres y mujeres. Se trata de un problema de salud pública en todos los países de las Américas, señala el informe.

La publicación también muestra que el 7,4% (2,5 millones) de los niños menores de 5 años en Sudamérica sufre de sobrepeso y obesidad, al igual que el 6% de niños en América Central y el 6,9% de los niños en el Caribe. En Uruguay, 7,3% de la población infantil sufre obesidad.

En este contexto es esencial el trabajo que vienen realizando, junto al Observatorio de la Alimentación de la Universidad de la República de Uruguay, los parlamentarios de la  Comisión Especial por el Derecho a la Alimentación de Uruguay, que también conforman el Frente Parlamentario contra el Hambre y la Malnutrición del país y serán anfitriones del VIII Foro de Parlamentarios contra el Hambre de América Latina y el Caribe.

Este evento se celebra del 25 al 27 de octubre, será la oportunidad de dar un impulso al trabajo de este grupo integrado por legisladores de las dos Cámaras y todos los partidos.

Falta calidad y cantidad

Si bien la desnutrición aguda (bajo peso para la talla) ha sido prácticamente eliminada de los menores de cinco años en la región todavía el 11% sufre desnutrición crónica (retraso en el crecimiento) y ahora hay que destacar que el 7% de los niños sufre sobrepeso.

“En la actualidad, es fácil encontrar hogares con un niño desnutrido y una madre con sobrepeso, o un niño con desnutrición crónica y sobrepeso o con una deficiencia de vitaminas y minerales”, afirmó la Directora de la OPS, Carissa F. Etienne.

El consumo de productos ultra-procesados está directamente relacionado con el incremento en la prevalencia del sobrepeso y obesidad, así como de las enfermedades no transmisibles. Es en esa área donde debemos redoblar esfuerzos a nivel de cada país para alentar a que las poblaciones puedan acceder a alimentos saludables”, destacó.

El Panorama de la Seguridad Alimentaria y Nutricional de América Latina y el Caribe 2017 subraya, además, que después de varios años de mejoras progresivas, en 2016, alrededor de 42,5 millones de personas no contaron con la cantidad suficiente de alimentos para cubrir sus necesidades calóricas diarias.

Esto es un aumento de 2,4 millones de personas, 6% más de personas subalimentadas en comparación con el año anterior. Si esta tendencia no se modifica, América Latina y el Caribe no cumplirán con la meta de erradicar el hambre y la malnutrición en 2030, comprometida en los Objetivos de Desarrollo Sostenible.

“Con el aumento del hambre, es muy difícil que la región alcance el Objetivo de Desarrollo Sostenible 2 Hambre Cero”, dijo Julio Berdegué, Representante Regional de la FAO.

Si bien los niveles de hambre siguen siendo bajos en América Latina y el Caribe en comparación con el resto del mundo, hay señales de que la situación se está deteriorando, especialmente en Sudamérica, donde el hambre creció de 5% en 2015 a 5,6% en 2016.

En mal camino

“Vamos por mal camino. La región ha dado un paso atrás importante en una lucha que venía ganando. No podemos tolerar los niveles actuales de hambre y la obesidad, ya que paralizará a toda una generación de latinoamericanos y caribeños”, advirtió Berdegué.

Hace apenas unas décadas, los gobiernos de la región unían esfuerzos para combatir la desnutrición aguda, la desnutrición crónica y la deficiencia de micronutrientes, hoy en día deben agregar a esto la lucha contra el sobrepeso y la obesidad.

“Si bien la desnutrición aún persiste en la región, especialmente en poblaciones vulnerables, ahora van acompañados del sobrepeso y la obesidad que afectan más que nada a las mujeres, pero también a los niños”, afirmó Etienne.

"La región enfrenta una doble carga de malnutrición, para combatirla es necesario asegurar el acceso a una alimentación balanceada y abordar los principales factores sociales que determinan la malnutrición, por ejemplo la falta de acceso a alimentos saludables bajos en azúcar, sal y grasas, a agua y saneamiento, a servicios de educación y salud, y a programas de protección social, entre otros”, indicó Etienne. 

Para hacer frente a esta situación, la FAO y la OPS llaman a los países a transformar sus sistemas alimentarios para detener el avance del hambre y la malnutrición, prestando especial atención a la condición de las personas, hogares y territorios más vulnerables. Sólo a través de un gran esfuerzo regional se podrá revertir la tendencia actual, para volver al camino que convirtió a América Latina y el Caribe en un ejemplo global de la lucha contra el hambre y la malnutrición, señala la publicación.

A pesar de que el hambre creció en seis países, y se redujo en veintiuno, el número absoluto de personas con hambre ha aumentado.

La peor situación en términos de prevalencia de subalimentación la presenta Haití, donde casi el 47% de la población, es decir 5 millones de personas, sufre hambre. Este número representa casi dos tercios de toda la subalimentación en los países del Caribe.

Aunque el hambre a nivel regional ha crecido, 21 países de la región disminuyeron sus niveles de subalimentación, incluyendo al Caribe y Mesoamérica en su conjunto, entre 2013/15 y 2014/16.

Brasil, Cuba y Uruguay presentan una prevalencia de subalimentación inferior al 2,5 %, mientras que Argentina, Barbados, Chile, México y Trinidad y Tobago están bajo el 5 %.

 

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Extracto:

“El sobrepeso y la obesidad representan un desequilibrio entre la ingesta de alimentos y el gasto energético, con una subsecuente acumulación de grasa corporal que representa un riesgo para la salud.

Las causas de este fenómeno en la región son múltiples, y entre ellas se encuentra el cambio en los patrones alimentarios, con un aumento de la disponibilidad de productos ultraprocesados (con altos contenidos de azúcar, grasa y sal) y una disminución de las preparaciones culinarias tradicionales, preparadas con alimentos frescos y saludables (FAO y OPS, 2017).

Lo anterior, sumado a estilos de vida más sedentarios, jornadas laborales extensas, desregulación del mercadeo y publicidad de productos alimenticios no saludables, incentivos fiscales y otras fallas de mercado que favorecen productos que promueven la ganancia de peso, además de los procesos de urbanización sin un planeamiento para una movilidad más activa y menos motorizada, conforman un contexto que facilita el aumento del sobrepeso y la obesidad actualmente.

Las consecuencias que acarrean el sobrepeso y la obesidad son graves, e incluyen la mayor probabilidad de desarrollo de enfermedades no transmisibles (ENT) que, como se observa en este capítulo, se encuentran entre las causas principales de muerte por enfermedad en el mundo. Cabe señalar que entre las diez primeras causas de muerte en los países de la región se encuentran ENT como la enfermedad cardiovascular, la diabetes, la hipertensión y el cáncer”.

 

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Video del Director General de la FAO, Sr. Graziano Da Silva

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