FAO en Uruguay

Biodiversidad de animales domésticos locales

Cerda Pampa Rocha alimentando lechones cruza de otra raza. Foto: Unidad de Producción de Cerdos - Facultad de Agronomía (UDELAR)
24/07/2018

Académicos suman fuerzas con la FAO para mejorar el conocimiento de las especies productivas nacionales.

En Uruguay, las razas productivas de animales domésticos, de bovinos, ovinos, porcinos, aves de granja, entre otros, suelen ser, en su mayoría, razas importadas, cuya genética fue modificada para que cumplan su principal función: alimentarnos.

El enfoque productivo en el mejoramiento genético de los animales lleva a que a veces estos animales demuestren menores capacidades para adaptarse a los desafíos que plantea hoy, por ejemplo, la adaptación al cambio climático.

De ahí surge el interés en observar a los animales autóctonos, que tienen su capacidad de adaptación intacta y están naturalmente adaptados a las condiciones locales. Estos animales son parte de una biodiversidad a la que hoy sabemos que debemos preservar, y que a su vez nos brinda un mayor abanico de opciones y de características genéticas que podrían ser claves a futuro.

Partiendo de esa base es que la Academia y la FAO se enfocan en relevar las razas criollas de animales, porque representan un reservorio de recursos genéticos con un gran potencial, siempre y cuando lo preservemos.

Por ese motivo, está en marcha una iniciativa regional financiada por la FAO y ejecutada por la Red de Conservación de la biodiversidad de los animales domésticos (CONBIAND), una organización científica que reúne investigadores en toda Iberoamérica -Uruguay inclusive- para contribuir a la recopilación y provisión de datos sobre la población de razas autóctonas de bovinos, ovinos, porcinos, aves de granja y otros animales domésticos productivos.

El objetivo es mejorar el conocimiento de las razas autóctonas que suelen estar en peligro de extinción, a diferencia de las razas importadas cuyos materiales genéticos están resguardados en bancos de datos, para poder preservarlas.

María Esperanza Camacho Vallejo, investigadora titular del Instituto de Investigación y Formación Agraria y Pesquera de la Junta de Andalucía especializada en razas locales de animales domésticos y Juan Vicente Delgado Bermejo, catedrático en Genética de la Universidad de Córdoba en España son, respectivamente, secretaria y presidente fundador de la Red CONBIAND.

Estos dos especialistas comprometidos con la biodiversidad de Iberoamérica visitaron Uruguay en el marco de la Carta de Acuerdo que firmó la FAO con su organización para mejorar el conocimiento de las características genéticas de las razas domésticas locales y mejorar su conservación.

Esto supone desarrollar una iniciativa piloto en Ecuador, Colombia, Costa Rica y Panamá, además de Uruguay para poder proteger así la biodiversidad conservando las razas autóctonas.

Uruguay fue el primer país seleccionado para este trabajo debido a que no parte de cero, tiene una buena red de investigadores asociados a la Red CONBIAND y es de tamaño pequeño.

Conocer para proteger

“Conservar es implementar los mecanismos necesarios para asegurar la supervivencia de un determinado grupo genético”, explicó a la FAO Delgado Bermejo, el presidente de la Red CONBIAND.  

Esta conservación puede hacerse manteniendo y preservando las condiciones necesarias a la supervivencia de la raza en su lugar de origen o, en caso de que esas condiciones no puedan asegurarse, sacándola de su contexto, llevando a sus especímenes a un entorno protegido, como puede ser una reserva, o ingresando sus genes a un banco de germoplasma, para poder reconstruir un grupo genético luego de que haya desaparecido.

En Uruguay, el trabajo se va a implementar a través de la Facultad de Veterinaria, coordinado por Silvia Llambi Dellacasa, profesora titular del área genética de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de la República (UDELAR), integrante de la Red CONBIAND en el marco de la cual estudia los recursos genéticos de las razas criollas. La Facultad de Agronomía y, en el caso de los porcinos, también la Facultad de Ciencias, participan de esta iniciativa.

Gustavo Castro, de la Dirección General de Recursos Ganaderos del Ministerio de Ganadería Agricultura y Pesca, que es Coordinador Nacional ante la FAO para Recursos Zoogenéticos, es otro actor clave de la aplicación de la Carta de Acuerdo en Uruguay.

“No partimos de cero. En lo que se refiere al grupo de genética de la Facultad de Veterinaria, trabajamos más que nada en bovinos y cerdos criollos”, aclaró Llambi Dellacasa. “Para Uruguay es más simple porque hay un solo bovino criollo y, si bien hay descriptas dos otras razas de cerdo criollo, la preponderante es el Cerdo Pampa Rocha”, agregó.

En nuestro país, los censos oficiales son cuantitativos, no están divididos por razas. Así que, en el marco de esta iniciativa, con el apoyo de estudiantes de grado y de posgrado, se va a hacer un sondeo dividiendo el país en tres áreas agroecológicas, para –a través de proyecciones e inferencia estadísticas, establecer un muestreo que establezca el perfil y la distribución de las razas autóctonas.

La raza criolla de bovinos uruguayos se preserva más que nada en el departamento de Rocha y sirve para el autoconsumo. más que nada para producir carne, pero también puede producir leche, porque no se hizo selección genética.

“Hay algo muy característico de los bovinos criollos que son muy adaptativos, además de ser resistentes al estrés hídrico y térmico, es su longevidad y su capacidad reproductiva”, destaca Camacho Vermejo, la Secretaria de la Red CONBIAND.

Los académicos también señalan el potencial interés turístico que pueden representar las razas criollas y los productos específicos que generan.

Hacia 2030

Está previsto dejar establecido un protocolo de trabajo que permita actualizar los datos cada año, para visibilizar cambios y tendencias.

Por este motivo, durante la visita de los dos expertos españoles, se realizó un seminario técnico durante el cual se presentó el protocolo de trabajo a unas 20 personas que van a participar del proyecto.

En concreto, además de suponer un empuje para la preservación de la biodiversidad animal uruguaya, el trabajo que se va a realizar hasta fin de año permitirá contar con mejores insumos para informar de dos indicadores del Objetivo de Desarrollo Sostenible 2 (ODS Hambre Cero) para 2030.

Gracias a esta Carta de Acuerdo, Uruguay y los demás países de esta iniciativa piloto podrán informar mejor del Índice del enriquecimiento de los recursos genéticos animales (ODS 2.5.1) y del Porcentaje de razas locales clasificadas según su situación de riesgo: presencia, ausencia de riesgo o un nivel de riesgo de extinción desconocido (ODS 2.5.2).

La información que se recabe será compartida y comparada ingresándola en la base de datos mundial de la FAO, el Sistema de Información sobre la Diversidad de los Animales Domésticos (DAD-IS) que se usa para monitorear la evolución de esos indicadores hacia 2030.

“La biodiversidad no es nada más y nada menos que opciones de futuro” destaca Camacho Vallejo.

En tanto, Llambí Dellacasa puntualiza que “en este caso, la conservación de los recursos locales también tiene una parte de patrimonio cultural, de patrimonio biológico a conservar. La idea es ir hacia el pequeño productor, no estamos hablando acá de animales que estén en el sistema productivo, por eso es que hay que estudiarlos y preservarlos, por su valor agregado a futuro”.

La iniciativa se basa en el principio según el cual, resaltó Delgado Bermejo, “no hay nada más amenazado que lo que es desconocido”. El presidente de la Red CONBIAND concluyó destacando lo que con este trabajo puede establecerse “lo que podría eventualmente hacer Uruguay para el mundo” si, por ejemplo, una de sus razas criollas demostrara una capacidad de adaptación al cambio climático que podría ser útil en otros países.