FAO en Uruguay

Etiquetas para elegir

05/06/2020

Experiencias y estudios internacionales muestran que el etiquetado frontal de alimentos procesados ayuda a comprender qué contienen y a mejorar la calidad nutricional de la oferta

En los últimos meses comenzaron a aparecer octógonos negros con las menciones “exceso de sal”, “exceso de azúcar” y “exceso de grasa”, similares a las que rigen desde 2016 en Chile.  

La letra chica de los envases, a veces difícil de leer o de entender, es conocida. Pero en los últimos años, Uruguay avanzó en lograr una mejor manera de informar a las personas, un camino en el cual está, de momento, detenido.  

Fruto de extensas consultas e intensas negociaciones con diversos actores, el decreto Nº 272/018 del 29/08/2018, estableció que luego de haber transcurrido un periodo de 18 meses de adaptación para la industria, el etiquetado frontal con octágonos comenzaría a ser obligatorio el pasado 1ro de marzo 2020.  

Sin embargo, en otro decreto del pasado 11 de marzo, el Gobierno postergó la aplicación de esta medida “atendiendo una solicitud de la industria”, algo que dio a conocer el diario El País el 13 de marzo.  

La Oficial en Nutrición y coordinadora de la Red internacional de sistemas de datos sobre alimentos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en América Latina y el Caribe, Ruth Charrondière, dijo que "sería un paso importante hacia una mejor salud para la población de Uruguay si el decreto de etiquetado se implementara lo antes posible. El caso de Chile demostró su éxito, sin colapso de la industria alimentaria". 

La referente regional y otros oficiales de la FAO se pusieron a disposición del Gobierno de Uruguay para asesorar y evacuar dudas que faciliten la puesta a disposición de esta herramienta clave para los consumidores. 

La experiencia chilena 

La experiencia del etiquetado frontal que está vigente en Chile es considerada exitosa en cuanto a su implementación mediante la Ley de Etiquetado y Publicidad de Alimentos de Chile que permitió mejorar la capacidad de los consumidores a la hora de elegir 

Pero, además, se comprobó que el etiquetado frontal motiva a los fabricantes de alimentos a reformular los productos con niveles más bajos de los nutrientes que contribuyen a la obesidad y enfermedades no transmisibles, como la diabetes, la hipertensión y algunos tipos de cáncerDe este modo, mejoran la calidad nutricional de sus productos. 

 “Las evaluaciones de la ley chilena y su implementación, por parte de distintos grupos académicos, demuestran que la población local apoya ampliamente y comprende fácilmente las medidas implementadas en ese país y que un porcentaje relevante toma en consideración la presencia de sellos de advertencia en los alimentos para decidir su compra, prefiriendo aquellos con menos sellos o sin sellos”, explica Ornella Tiboni, consultora en Nutrición y Sistemas Alimentarios en la Representación de la FAO de Chile.  

Por otra parte, el programa de vigilancia y fiscalización de alimentos llevado a cabo en todo el país muestra un porcentaje muy alto de cumplimiento por parte de la industria chilena de alimentos y de los establecimientos que expenden alimentos, así como de los establecimientos escolares, asegura la experta de la FAO. 

Tiboni también observa que existe un importante número de productos que han reformulado su composición para poder estar bajo los límites establecidos y evitar así etiquetas.  

Por otro lado, la industria agroalimentaria chilena no ha sufrido impactos relevantes debido a la nueva normativa y además, a la hora de exportar, este tipo de etiquetado puede ser un valor agregado para productos que busquen llegar a mercados y consumidores empoderados, como los de la Unión Europea donde se está impulsando el Pacto Verde, por ejemplo.   

Más claro  

Existen varios tipos de etiquetas frontales para los envoltorios de alimentospueden ser logos que representan un ojo de cerradura, el logo Healthier Choises que señala la opciones más saludables, diversas versiones de semáforos, sistemas de calificación, Nutriscore o etiquetas de advertenciacomo en Chile.  

Hoy en día, muchos países utilizan uno de estos métodos para informar a los consumidores sobre la calidad nutricional de los productos.  

Bolivia, Chile, Ecuador y México tienen leyes de etiquetado frontal obligatorio de los alimentos, de distintos tipos y alcances, Uruguay optó por adaptar el modelo chileno como referencia, luego de diversos estudios y evaluaciones.  

Perú y más recientemente México en donde se aprobó por unanimidad parlamentaria, también optaron por ese mismo modelo. Sin embargo, en este último país aún no se está aplicando. 

Además, Canadá y Panamá están impulsando el uso de los sellos negros con la mención “alto en” o similar.  

Este sistema de advertencias gráficas es parte de las políticas que apuntan a mejorar los ambientes alimentarios que actualmente ofrecen una alta oferta de productos con bajo aporte nutricional además de ser ricos en azúcares, grasas, sal.  

El etiquetado debería estar acompañado de otras medidas, como pueden ser la regulación y/o prohibición de venta de productos ultra-procesados y bebidas azucaradas en instituciones públicas como en las escuelas, algo que en Uruguay está legislado; regulación de la publicidad, promoción y patrocinio de ciertos productos y aumento de la accesibilidad de alimentos saludables, entre otros. 

Los etiquetados que incluyen un juicio o una recomendación contribuyen a crear entornos alimentarios más saludables debido a que los consumidores los entienden con mayor facilidad, sea cual sea su nivel de alfabetización (y por lo tanto también su edad), al tiempo que motiva a las empresas a poner productos más saludables en el mercado. 

Un estudio académico publicado por expertos de Uruguay en 2017, evaluó la percepción de los consumidores ante los etiquetados frontales de alimentos. Concluyó que este tipo de etiqueta se asocia con otras advertencias sobre los riesgos de consumir ciertos alimentos.  

Los octágonos negros que señalan “exceso en” son más efectivos que otros colores, formas y textos en la comunicación y percepción del mensaje de advertencia por parte de los consumidorescoinciden los estudios realizados.  

Además, en Chile, los alimentos que llevan etiquetas por exceso no se pueden vender ni ofrecer en guarderías y escuelas y tampoco se los puede promocionar para niños menores de 14 años. 

Por otro lado, la evidencia del impacto en la elección de alimentos y de un tipo de dieta sugiere que el etiquetado interpretativo fácil de entender logra una mayor tasa de respuesta de los consumidores que la simple inclusión de los perfiles de nutrientes.  

La FAO, al igual que las organizaciones Mundial y Panamericana de la Salud (OPS/OMS) o el Fondo Mundial de Investigación sobre el cáncer llaman a los gobiernos a introducir este tipo de información al consumidor como parte de un enfoque de política integral para promover dietas saludables y reducir el sobrepeso, la obesidad y las dietas relacionadas enfermedades no contagiosas, conocidas como no transmisibles.  

Los académicos pueden apoyar a los formuladores de políticas con las evidencias necesarias para establecer objetivos y prioridades claras, sabiendo por ejemplo que la obesidad está asociada a una mayor gravedad de enfermedades respiratorias, como COVID-19.