FAO en Uruguay

Soluciones probadas y amigables con el ambiente para prevenir contaminaciones por plaguicidas

Foto: @FAO / Proyecto Plaguicidas Uruguay
27/02/2021

Actores públicos y privados implementan camas biológicas en Uruguay como resultado de ensayos impulsados desde el Proyecto Plaguicidas

La Dirección General de la Granja del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (DIGEGRA) y Bodegas Joanicó, una importante empresa vitivinícola del país, con asesoramiento de la Facultad de Química-UdelaR, instalaron camas biológicas en sus predios, luego de que estos dispositivos hayan dado buenos resultados en ensayos del Proyecto Plaguicidas.

Las camas o lechos biológicos son soluciones amigables con el ambiente que cumplen el objetivo de reducir el riesgo de contaminación por plaguicidas en las que viene trabajando el Proyecto Plaguicidas desde 2019.

Se trata de estructuras fijas que se instalan en el lugar donde se llena y lava la maquinaria para la aplicación de plaguicidas. Es un espacio confinado, aislado e impermeable, que se rellena con una mezcla biológicamente activa (llamada biomezcla), compuesta por salvado de cereales (afrechillo), tierra y turba o compost en el que se vierten los sobrantes de la aplicación y de las aguas utilizadas para el lavado de equipos o envases.

En el Proyecto Plaguicidas, colaboran el Ministerio de Ambiente junto al Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca, el Ministerio de Salud y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), con apoyo del Fondo para el Medio Ambiente Mundial (conocido como Fondo GEF).

Esta experiencia colaborativa implicó al Gobierno (Dirección Nacional de la Granja – DIGEGRA), a la academia (Fac. Química – UdelaR), a organizaciones de productores y empresas del sector privado, junto a técnicos especialistas de la FAO.

Durante 18 meses, ese equipo multidisciplinario trabajó para probar y verificar la eficiencia de las camas biológicas, dispositivos pensados para eliminar los residuos de plaguicidas utilizados en el agro, evitando fugas y derrames que pueden afectar el ambiente, aplicando tecnologías adaptadas a las necesidades y posibilidades de los establecimientos agropecuarios del país.

A partir de entrevistas con los productores, se definió una lista de 36 plaguicidas a ser evaluados, primero a escala de laboratorio y luego en el predio. No hay antecedentes a nivel regional de evaluaciones para un paquete entero de plaguicidas en cama biológica, como se hizo en este caso.

Se colaboró con dos familias de productores: la familia Malán, productora de frutas en Colonia Valdense y la familia de Amores que produce hortalizas en la localidad de San Jacinto, Canelones. Con cada una de ellas se trabajó para  diseñar e instalar una cama biológica específica a ser utilizada en su predio.

Dra. Verónica Cesio lidera desde hace 12 años un equipo que trabaja en Biorremediación de plaguicidas. Respecto a esta experiencia, indica que, “la efectividad de la cama biológica solo se puede evaluar si existe una metodología analítica apropiada, por lo que su desarrollo y optimización fue el primer hito del proyecto”.

“Es necesario que el productor se entusiasme con el uso de las camas biológicas como solución a las contaminaciones puntuales generadas por el uso de los fitosanitarios en la agroindustria”, dice la Dra. Cesio.

“La instalación de las camas biológicas es sencilla, se pueden armar con materiales baratos” aunque hay “detalles” a tener en cuenta advierte. Por ejemplo, señala que “es sumamente importante el distanciamiento del hogar, la fuente de agua y la cercanía del lugar donde se realizan las manipulaciones”.

Además, agrega que cada cama debe ser preparada en función de las particularidades del predio y de los productos que en este se utilizan y que su eficiencia debe ser probada en cada caso.

Resultados

Las pruebas realizadas por el equipo apoyado por el Proyecto Plaguicidas permitieron comprobar que las camas biológicas son una herramienta útil y sencilla para minimizar la contaminación puntual por plaguicidas y que los es para la producción hortícola y frutícola.

Se pudo realizar con éxito el diseño, instalación y evaluación de la eficacia de camas biológicas para la bio-remediación de plaguicidas en aguas residuales o para evitar una contaminación puntual.

Además, los ensayos demostraron resultados muy positivos sobre la degradación de los plaguicidas testeados y que la cama biológica es una herramienta adaptable a la necesidad de diferentes tipos de productos y producciones, que fue incorporada con éxito por los productores.

Estas experiencias generaron insumos y recomendaciones para armar una cama biológica, que fueron plasmados en una guía para productores desarrollada y validada en conjunto con Facultad de Química y DIGEGRA.

Los resultados de este trabajo conjunto del Grupo de Análisis de Compuestos Trazas de la Universidad de la República (GACT), integrado por Facultad de Química, el Centro Universitario Litoral Norte, la Dirección General de la Granja y el Proyecto Plaguicidas sirve de puntapié para que los productores puedan avanzar hacia la instalación de este tipo de herramientas de mitigación, tal como lo aconsejan las guías de Buenas Prácticas Agrícolas vigentes en el país.

Así es que empresas comerciales están implementando la herramienta a diferentes escalas (predios hortícolas, frutícolas y de agricultura extensiva) y desde el Estado, DIGEGRA avanza con esta línea de trabajo para que más productores lo hagan. En ese marco, empresas vitivinícolas de gran porte como Bodegas Joanicó ya la han incorporado con apoyo del Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA) y hay más consultas de productores agrícolas que quieren implementar camas biológicas en sus predios.

Taller

En base a los resultados alentadores de este trabajo, el Proyecto Plaguicidas y la Facultad de Química organizaron a fines de 2020 un taller internacional para “contribuir a generar información que permita implementar el uso de los lechos biológicos (o camas biológicas) a nivel de campo, asegurando un correcto desenvolvimiento de los procesos que permiten reducir los riesgos de contaminación ambiental”, explicó Cesio.

En esta actividad de difusión participaron 152 personas de más de 15 países -de toda la región, Estados Unidos, Canadá y Europa-, no solamente de grupos de investigación, sino que también de entes gubernamentales y regulatorios.

Cesio quedó sorprendida por “el poder de convocatoria” del taller “a pesar de haber sido organizado sobre el final de un año tan particular”. La profesora destaca: “el número de participantes que se mantuvo durante los dos días, el intercambio y las interrogantes, de los investigadores así como de los productores”.

Además, Cesio valoró que “el haber podido contar con el apoyo de FAO para la organización fue excelente ya que nos permitió el intercambio, mantener lo vínculos con los colegas que están trabajando en el tema”.

“Sobre todo fue fundamental poder mostrar el trabajo que venimos haciendo en conjunto el GACT de la Facultad de Química y el Proyecto Plaguicidas, complementado con el apoyo de la Agencia Nacional de Investigación e Innovación (ANII) e INIA para tener en el país ya cuatro camas biológicas instaladas en predios productivos y funcionando con el correspondiente seguimiento qué prueba su efectividad”, concluye.

La contaminación puntual por pesticidas no es el único desafío a abordar en cuanto a la regeneración del ambiente, como suele llamarla el ministro del MGAP, Carlos María Uriarte. Uno de esos desafíos está en la contaminación por grandes volúmenes de efluentes por parte de las producciones agroindustriales, como la citrícola y los tambos entre otros.

Página del taller

Programa del taller

Camas Biológicas: alternativa para reducir riesgos causados por plaguicidas