FAO en Uruguay

Entrevista - Oficial regional de Nutrición señaló que “la obesidad también es el rostro del hambre”

Foto: Israel Ríos
16/11/2022

Uruguay es de los pocos países sin una ley de seguridad alimentaria, que sería clave para el desarrollo sostenible, dijo Israel Ríos en Uruguay.

El Oficial de Nutrición de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura en América Latina y el Caribe, Israel Ríos, visitó Uruguay la semana pasada y estimó que “contar con una ley de soberanía y seguridad alimentaria es importantísimo para lograr las metas del desarrollo sostenible”.

El especialista visitó Montevideo con motivo de su participación en el II Congreso Internacional Seguridad Alimentaria y Nutricional que organizó el Observatorio para el Derecho a la Alimentación (ODA) de Uruguay desde la Escuela de Nutrición de la Universidad de la República. Aprovechó la oportunidad para conversar sobre los desafíos para alcanzar la seguridad alimentaria, el panorama de la inseguridad alimentaria y la malnutrición en todas sus formas desde la perspectiva global, regional y nacional. El Oficial mantuvo reuniones de trabajo con parlamentarios, con actores territoriales, con actores institucionales como del Instituto Nacional de los Alimentos y con la Academia. En una agenda paralela, también revisó junto al equipo de la FAO en Uruguay, la agenda de trabajo Mejor Nutrición en el país, para conocer los proyectos y las oportunidades de integrar el área estratégica de Mejor Nutrición en las dinámicas de esta oficina nacional.

Al margen de esta visita, el Oficial de Nutrición compartió su visión de experto, sobre los desafíos y las oportunidades de Uruguay y la situación regional.

- Uruguay tiene ahora números nacionales sobre inseguridad alimentaria, relevados este año. ¿Cómo los ve?

La FAO y la ONU -porque el Estado de la Seguridad Alimentaria y la Nutrición es un reporte de la ONU- apuntan a que los países poco a poco sean capaces de desarrollar ellos mismos sus propios ejercicios de levantamiento de datos, sus propias mediciones, y puedan reportarlos.

Al respecto señaló que es un buen esfuerzo, un buen ejemplo para los demás países de la Región, la metodología que aplica la FAO para levantar los datos para la FIES es a través de una encuestadora vía telefónica, se trabaja con un número de muestra que sea representativo para el país, pero por supuesto que, con un ejercicio de terreno, haciendo entrevista cara a cara se obtendrán resultados más precisos y ahí tenemos una mirada más real de la situación de inseguridad alimentaria. El ejercicio nacional de aplicación de la FIES reflejó que el 15% de los hogares se clasifican en inseguridad alimentaria moderada o severa. La meta propuesta por la Agenda 2030 para el desarrollo sostenible es que este dato sea menor del 5%. Por lo tanto, se debe redoblar esfuerzos para bajar esa prevalencia para nuevamente ser realmente un país libre de preocupación por el tema alimentario.

- Cómo ves a nivel regional los efectos de la pandemia?

La pandemia fue un elemento disruptor de la seguridad alimentaria y la nutrición. En América Latina y el Caribe teníamos una tendencia hacia la baja de los indicadores del Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 2, sobre todo la prevalencia de subalimentación, que mide el progreso hacia el cumplimiento de la meta Hambre Cero.

Sin embargo, a raíz de la pandemia esos datos se dispararon y actualmente tenemos 56,5 millones de personas que no logran acceder a suficientes alimentos, es el número de personas en condición de hambre.

- Y, qué pasó en Uruguay?

En Uruguay, al igual que en el resto de los países de la región producto de la pandemia, aumentaron los datos de inseguridad alimentaria moderada y severa. Sin embargo, el aumento experimentado fue mucho menor que el experimentado por la región. Sin embargo, el país tiene todavía un problema para atender vinculado con el hambre que es acabar con la inseguridad alimentaria.

El otro escenario que tenemos es el de la malnutrición en todas sus formas. Por un lado, está la desnutrición infantil que era algo de lo que desde la agenda de la ONU abordábamos mucho, en particular el retraso en el crecimiento y la anemia por deficiencia de hierro.

Para el caso de Uruguay, es poco -un 6 % de los niños menores de 5 años tiene retraso en el crecimiento. Quedaría revisar las particularidades de los territorios para encontrar aquellos territorios donde haya más retraso del crecimiento. Pero digamos que en términos generales es bajo. A nivel regional son casi 5 millones de niños menores de 5 años que aún presentan este mal. El retraso del crecimiento es una manifestación del hambre crónica porque afecta la estatura que los niños deberían tener para la edad y tiene que ver con la baja calidad de la alimentación, la ausencia de la lactancia materna entre varios otros determinantes.

Uruguay es considerado un país “libre de hambre” eso ¿qué quiere decir?

El ODS 2 tiene varios indicadores. El indicador 2.1.1. es prevalencia de subalimentación Para el caso de Uruguay, la prevalencia de subalimentación sería menor al 2.5%. Cuando un país alcanza un valor menor al 3%, la FAO lo reconoce como país “libre de hambre”. Sin embargo, ese mismo ODS, el ODS 2, tiene otro indicador, el 2.1.2. que es prevalencia de inseguridad alimentaria moderada y severa y prevalencia de inseguridad alimentaria severa. Allí no somos país “libre de hambre”, ahí tenemos una deuda porque el 16.5% de las personas en Uruguay experimenta inseguridad alimentaria grave o moderada.

Si lo vemos desde la subalimentación diríamos que Uruguay es un país libre de hambre, pero para la agenda 2030 Uruguay todavía tiene un gran desafío de acabar con el hambre y eso se lograría si bajara la prevalencia de inseguridad alimentaria y si lograra disminuir la prevalencia de malnutrición, sobre todo la anemia y la malnutrición por exceso, sobrepeso y obesidad.

- La malnutrición, en países como Uruguay, no solo es la subalimentación o la falta de nutrientes.

No. Hablamos de doble carga de malnutrición: tenemos que ver la malnutrición en todo su espectro. Tanto las deficiencias como los excesos. Los excesos también pueden ser un reflejo del hambre o de la inseguridad alimentaria.

En cuanto a la obesidad, el sobrepeso e incluso las enfermedades crónicas no transmisibles que se relacionan con la mala alimentación, allí estamos en números rojos para el caso de Uruguay.

En niños menores de 5 años el sobrepeso se ha incrementado rápidamente, está por sobre el 10 %; en niños en edad escolar, está cercano al 34% y en la población adulta casi un 30% de la población adulta tienen obesidad.

La obesidad es una enfermedad, implica una acumulación excesiva de grasa en el cuerpo que representa un riesgo para la salud y es uno de los principales factores de riesgo para desarrollar enfermedades como la diabetes, la presión arterial alta, varios tipos de cáncer están relacionados con la obesidad, incluso la obesidad está dentro de las principales causas de muerte en nuestros países.

Para el caso de Uruguay la principal causa de muerte son los problemas cardiovasculares, el ataque al corazón, pero también está la diabetes, los problemas renales, varios tipos de cáncer, colón sobre todo, son parte de las principales causas de muerte. Entonces eso tiene un vínculo con la forma en la que nos estamos alimentando.

- A qué se debe que la obesidad sea mayor en las mujeres?

La obesidad en las mujeres tiene un componente fisiológico. Durante los embarazos se acumula grasa de manera importante, también tiene que ver con la fase de lactancia materna posterior al embarazo. En las mujeres además está el componente cultural, son la mayoría de las veces quienes preparan el alimento y quienes se preocupan de no botar la comida. A su vez, también es cierto que la mujer suele priorizar la alimentación de los niños, incluso por sobre su propia alimentación. Hay un componente importante en la antropología de los alimentos que también explica por qué hay más obesidad en las mujeres. Pero hay países en el mundo, como en la India, donde la obesidad en mujeres (24%) no es mayor que la obesidad en hombres (22.9%). 

- En qué medida influye la alimentación en la infancia en los hábitos y en la capacidad y la tendencia a engordar o a tener más enfermedades no transmisibles en la adultez?

Cuando estudiaba nutrición nos decían que el resultado de la malnutrición es lo que comemos y lo que dejamos de hacer en actividad física. Pero es un enfoque muy individualista, me da responsabilidad a mí como individuo de que si estoy obeso es por mí culpa.

Sin embargo, hoy en día sabemos que hay múltiples determinantes y sobre todo que el ambiente alimentario donde uno se desenvuelve o desarrolla, que está plagado de ofertas de alimentos no saludables, de publicidad y de muchos elementos que hacen que las familias opten por determinado patrón alimentario no tan sano.

No ves tantos comerciales que te digan consume frutas y vegetales porque son saludables. Vemos comerciales de bebidas azucaradas, comidas no saludables empacadas que además tienen un impacto ambiental.

Esos elementos han hecho que la obesidad y el sobrepeso desde los menores de 5 años se haya disparado. En ese segmento todavía cobra más relevancia el hecho de que ellos no deciden qué se va a comer.

Los niños comen lo que la familia les ofrece, la madre, sobre todo. Entonces esa carencia de información, de educación sobre cuáles deberían ser las mejores prácticas alimentarias están también ocasionando las terribles cifras de malnutrición.

la obesidad es una pandemia también, incluso antes de la pandemia del Covid, ya veníamos hablando de una pandemia de la obesidad porque está afectando a gran parte de la población mundial. Y en los contextos de más pobreza, en los contextos donde no hay acceso a servicios de salud, donde no hay acceso a medicinas para tratar por ejemplo la diabetes, la presión alta, la obesidad golpea más fuerte.

la carga de la enfermedad se contabiliza por la muerte temprana pero también por la morbilidad y los costos asociados a esas condiciones. ¿Cuánto cuesta manejar a una persona con diabetes? Los medicamentos, las complicaciones, la calidad de vida… Las personas con deficiencia renal, la necesidad de hacerles diálisis, son ejemplos de los altos costos de atención sanitaria que debe cubrir el estado. Los costos asociados implican muchísimo dinero y entonces debemos reflexionar: ¿qué debemos hacer para combatir la malnutrición?

En Uruguay se ve un desafío vinculado al sobrepeso y la obesidad no solo a nivel de las familias más pobres, está afectando a toda la sociedad, a una proporción importante de la población y por lo tanto de la clase media. Eso cómo se explica?

En general, la obesidad afecta a todos por igual. Los patrones alimentarios han cambiado. Antes se comía más saludable, frutas, granos secos, dietas menos procesadas. Hoy en día la comida entre los niveles más altos de riqueza es comida altamente procesada que de alimento tiene poco o nada. Lo que incluye es mucha grasa, sobre todo aceites trans, o mucha azúcar, sal y aditivos artificiales. Y todo eso está impactando en el estado nutricional de las personas. Hacemos énfasis en las poblaciones más vulnerables porque ellos tienen la denominada doble carga de malnutrición. Tienen obesidad, tiene problemas de excesos, pero también allí encontramos a los niños con desnutrición, a niños con anemia, mujeres en edad fértil, que tienen anemia.

- Y ahí se suma a la falta de información, la falta de opción.

Y ahí penetra la comida no saludable, las bebidas azucaradas sí están disponibles. En las escuelas los niños pueden consumirlas. El tema de las escuelas debe hacernos reflexionar también sobre cuál es la responsabilidad del Estado frente a este problema de malnutrición que están presentando nuestros niños, porque si bien en los niños menores de 5 años la responsabilidad es de la familia, en las escuelas hay una gran cuota de responsabilidad del Estado porque permanecen a veces más de 8 horas dentro de la institución educativa y debería velarse por mejorar los hábitos alimenticios, velarse por dar una oferta de alimentación más saludable. El sobrepeso en las escuelas se cerca al 30%.

- La Ley de Rendición de Cuentas recientemente aprobada modifico el artículo 4 de la Ley de Alimentación Saludable N° 19.140 estableciendo que en los centros educativos solo podrán venderse alimentos incluidos en el listado de alimentos recomendados del MSP. En otras palabras, no se podrán vender los productos etiquetados por excesos de grasas, azúcares y sal en los liceos y escuelas técnicas de secundaria. ¿Qué reflexión le merece esto?

Esa es una medida efectiva. En general nosotros hablamos de modificar el ambiente alimentario a un ambiente que facilite la adopción de hábitos y estilo de vida saludables.

De nada vale que la maestra se esfuerce por enseñarle a comer frutas, vegetales u hortalizas si ese niño sale de la escuela o sale al recreo y tiene ahí mismo en la escuela o en su casa o en su comunidad bebidas azucaradas y comida no saludable.

Necesitamos esa transformación. En el año 2021 la ONU hizo un llamado importante a la atención sobre el rol que tienen los sistemas alimentarios y se hizo la cumbre sobre sistemas alimentarios y a partir de ahí, cada uno de los países trabajó una hoja de ruta para hacer algunas adecuaciones en sus sistemas alimentarios y que se puedan cumplir las metas de los ODS.

En el ODS 2 estamos hablando de la malnutrición, de la inseguridad alimentaria y viendo qué acciones desde el sistema alimentario se deberían hacer. Una de ellas es precisamente actuar a nivel del ambiente, implementando el sistema de etiquetado frontal de advertencia nutricional, que Uruguay lo tiene. Pero que se requieren complementos a esa ley con la prohibición de venta y consumo de productos con sello en los espacios públicos, instituciones educativas, etc.; la restricción de publicidad dirigida a niños, sobre todo de bebidas azucaradas y comidas no saludable o aquellos productos que tengan un sello o más, el uso de juguetes como elemento de atracción.

En Chile, la ley en ese sentido es completa, México tiene una ley muy similar. Las cajas de cereales, por ejemplo, un producto dirigido para niños, traen dibujos animados. Pero si tienen un sello por exceso, los cereales no pueden tener ese dibujo animado. Ese no puede ser un elemento de atracción para la compra o para que el niño le pida a sus padres que le compren ese producto.

Esas son las medidas que permitirán una modificación del ambiente alimentario. Otros países han implementado impuestos a la comida no saludable. Por ejemplo, un impuesto a las bebidas azucaradas, un impuesto a los alimentos que tienen uno o más sellos, con el objetivo de que en los niveles más altos de pobreza no tengan facilidad para adquirir esos productos. Además, de esos impuestos pueden generar recursos excedentes para financiar programas de prevención de malnutrición, de enfermedades, etc.

- Estuvo en un encuentro con el frente parlamentario contra el hambre de Uruguay, ves alguna oportunidad legislativa en Uruguay?

Sí, sobre todo en las políticas para transformar el sistema alimentario para lograr la sostenibilidad e integrar la mirada de Mejor Nutrición y en particular retomar las discusiones sobre el marco normativo de la soberanía y seguridad alimentaria.

Uruguay es de los países que no tiene una normativa o una ley de soberanía y seguridad alimentaria y creemos que es importantísimo para lograr las metas del desarrollo sostenible y acabar con la malnutrición. Creemos que es necesario también poder articular todas las iniciativas que se están dando en el país a través de una ley que pueda lograr esos avances.

Por ejemplo, hay intervenciones en agricultura, en salud, en educación, en los departamentos. La ley lo que podría hacer es coordinar y articular toda esa oferta programática para la seguridad alimentaria y el derecho a la alimentación y que se aborde con una mirada más integral el objetivo de acabar con el hambre, la obesidad, la anemia y la inseguridad alimentaria que son problemas más serios en este país.

- Dijo que Uruguay es de los pocos países que no tienen una ley sobre Seguridad Alimentaria. Qué otras leyes en otros países pueden ser ejemplo? Qué otros países lograron una buena legislación que permita ordenar todo eso?

Desde la FAO a nivel regional apoyamos al Parlamento Latino Americano en la elaboración de una ley marco de referencia y que sirvió de base y varios países tienen leyes de seguridad alimentaria. Cuba es uno de los países que recientemente aprobó una ley de soberanía y seguridad alimentaria, Brasil, República Dominicana, Bolivia. En realidad, varios países de la región cuentan con este tipo de normativa, decreto o leyes… y más hacia Centroamérica junto con la normativa se establecen los mecanismos de gobernanza y la institucionalidad pública, varios países cuenta con una secretaría en seguridad alimentaria, un espacio institucional que rige la ley y el plan de seguridad alimentaria.

- Como se da esto en los países desarrollados?

La mirada de la asistencia técnica de la FAO va en varios niveles, desde la política pública y los marcos normativos, la parte institucional, etc. pero también vemos a nivel sectorial y trabajamos directamente con los ministerios de agricultura, los ministerios de educación, reforzando la oferta programática y también tenemos esa tercera, más abajo, en los territorios, con los municipios o a veces directamente con los beneficiarios.

Los países más desarrollados tienen toda esa estructura de la normativa desde la política hasta los territorios y alrededor de la seguridad alimentaria hay un movimiento grande en América Latina y el Caribe, pero también en Europa y en África y en Asia para fortalecer precisamente los marcos normativos alrededor de la seguridad alimentaria, garantizar el derecho a la alimentación y lo que nos urge es llegar al año 2030 con mejores indicadores.

Los desafíos para Uruguay no son menores, si bien es un país libre de hambre, todavía tiene una prevalencia del 15% de inseguridad alimentaria moderada y severa, tiene una alta prevalencia de sobrepeso y obesidad; así como de anemia. Lo que se propone en la agenda 2030 es detener el crecimiento de la malnutrición, pero en el caso de Uruguay sigue aumentando, así que ahí tenemos una deuda que cumplir para el 2030: lograr su disminución. Cosas positivas: la lactancia materna en Uruguay es envidiable. Casi el 60 % de los niños menores de 6 meses están recibiendo pecho materno, varios países de la región tienen prevalencia por menos del 20%, quiere decir que 80% no están recibiendo. En Uruguay la malnutrición infantil es baja, 6.5%, pero yo creo que ahí el principal problema es el sobrepeso, la obesidad, la inseguridad alimentaria y la anemia en algunos grupos específicos, sobre todo mujeres en edad fértil, 15% mujeres en edad fértil tienen niveles de hemoglobina bajo.

La mortalidad por enfermedades crónicas no transmisibles nos da un reflejo de cómo está la alimentación en el país nos dice que la alimentación tiene mucho para mejorar porque hay gente que se está muriendo de problemas cardiovasculares, alto consumo de sal o de grasas saturadas, también la diabetes está allí. Hay un serio problema con una alimentación que está ocasionando altas cifras de mortalidad y más bien vinculado a los excesos, a la obesidad.

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