FAO en Uruguay

Uruguay apoya a agricultores familiares afectados por inundaciones con asistencia técnica de FAO

27/07/2017

El proyecto de cooperación técnica de FAO de asistencia de emergencia para la recuperación de los medios de vida de agricultores familiares afectados por las inundaciones en los departamentos de Río Negro, Soriano, Colonia, San José, Canelones y Rocha, se está implementado actualmente en el país.

Las lluvias caídas en todo el territorio uruguayo en abril de 2016 fueron las más abundantes en más de medio siglo. En los departamentos más afectados por el exceso hídrico, las precipitaciones triplicaron el registro histórico de abril, y representaron la cuarta parte de lo que llueve en un año promedio.

Las estimaciones preliminares de impacto indican que será el peor golpe para el agro desde los efectos de la fiebre aftosa en 2001, con pérdidas de entre 15% y 20% en los volúmenes físicos de grandes rubros de exportación como soja, arroz, carne y leche, a lo que se agrega la pérdida de praderas, daños en los suelos y destrozos en caminería rural, puentes y rutas nacionales.

No existe aún un fondo destinado para emergencias en un sentido amplio y con cobertura global, y las especificidades de lo que es posible atender por los organismos que hayan provisionado fondos para atender emergencias deja a grupos minoritarios aislados sin ningún tipo de cobertura. Es precisamente ahí donde el proyecto, que está siendo ejecutado por FAO contribuye, brindando apoyo a estos grupos que ven seriamente comprometida su seguridad alimentaria y nutricional.

Para conocer sobre el avance del proyecto y sus actividades, conversamos con Fernando Traversa, Director del Sistema Nacional de Emergencias (SINAE).

- ¿En qué etapa se encuentra actualmente el proyecto?

El proyecto está en pleno desarrollo. Hemos culminado una primera ronda y estamos comenzando la segunda tanda de talleres con productores que se vieron afectados por las inundaciones en los seis departamentos antedichos. Cabe destacar que ya se brindaron los primeros talleres con escuelas rurales, y se ha avanzado en la entrega de semillas a los productores.

- ¿Cuál considera es la principal contribución que FAO está haciendo a través de la implementación de este proyecto?

Con este proyecto, además de aportar a la recuperación de los medios de vida perdidos debido a los eventos meteorológicos, se apunta a reducir la vulnerabilidad, fortalecer la resiliencia, mejorar la respuesta y asegurar una adecuada transición hacia un mayor desarrollo de la población. Esto aporta al fortalecimiento de la seguridad alimentaria y a la capacidad de adaptación de la población rural, altamente vulnerable a eventos adversos de origen natural.

- ¿En términos generales, qué logros/resultados pueden observarse a la fecha, tras la implementación del proyecto?

El proyecto ha permitido asistir a un conjunto de productores afectados por las inundaciones de abril de 2016, en la recuperación de sus medios de vida, y ha generado una oportunidad explícita para el desarrollo de capacidades resilientes, promoviendo una cultura de gestión de riesgo tanto en productores como en niños y sus comunidades. En este sentido, el componente de capacitación del proyecto tiene como beneficiarios directos la población rural, tanto a nivel de productores como de niños, lo cual favorece la generación de cultura de gestión integral de los riesgos, tanto a nivel productivo como familiar.

- Sabemos que los departamentos afectados por el exceso hídrico son donde se produce la mayor cantidad de hortalizas, frutas, y pequeños animales de granja, ¿qué departamentos fueron los más afectados? Y ¿en qué departamento/s se está observando más avances en cuanto a la recuperación de los medios de vida de los agricultores familiares, para la producción de alimentos para autoconsumo?

En tal sentido, el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) ha sido convocado para participar del proyecto desde el diseño mismo de la iniciativa. El MGAP se responsabilizó de relevar la situación y los impactos del evento de exceso hídrico, ofreciéndonos una clara perspectiva de cuáles debían ser los departamentos a atender y relevando las necesidades de recuperación específicas de cada productor familiar. Es el propio MGAP quien puede dar cuenta del impacto que la intervención está generando en la recuperación de estos medios de vida.

- La FAO ha definido la reducción y gestión del riesgo de desastres como una prioridad institucional, y así quedó reflejado en el marco estratégico de la Organización en su Objetivo Estratégico 5: “Incrementar la resiliencia de los medios de vida ante las amenazas de crisis”. ¿Cómo está contemplado en el proyecto el fortalecimiento de la resiliencia para asegurar una adecuada transición hacia el desarrollo?

El fortalecimiento de la resiliencia es el eje estructurante de la capacitación. Los participantes abordan conceptos básicos sobre gestión del riesgo, para luego analizar cuáles son los riesgos a los que potencialmente deberán afrontarse y sus vulnerabilidades frente a ellos. Basados en este análisis de riesgos y vulnerabilidades, se intercambian diferentes medidas que pueden aumentar la resiliencia de los sistemas productivos.

- ¿Cuáles han sido los resultados de los talleres de capacitación para sensibilizar, prevenir y mitigar los riesgos, realizados hasta la fecha en los distintos departamentos?

Los primeros talleres con productores y los realizados en escuelas rurales han generado interés en los participantes por conocer más sobre cómo prevenir y prepararse para potenciales riesgos productivos o de la vida diaria. Esto ha quedado demostrado en las evaluaciones realizadas por los asistentes, donde remarcaron el interés en el tema, lo adecuado de los contenidos brindados en el taller y en asistir nuevamente a las próximas actividades que se realicen del proyecto.

- ¿Cuáles son las actividades previstas para los próximos meses?

Siguiendo con las líneas de trabajo es que a la brevedad se estará comenzando la segunda ronda de talleres con productores, donde además se estarán entregando semillas y materiales para invernáculos a los productores afectados. 
Culminada la segunda ronda de trabajo con productores, se continuará profundizando el trabajo con escuelas rurales, acompañamiento a los productores asistidos y elaboración de materiales educativos que dejen capacidades instaladas en el Sistema Nacional de Emergencias, para continuar abordando la situación específica de la población rural.

- ¿Cómo está previsto realizar la evaluación de la producción obtenida y el impacto que significó el proyecto en las familias?

De acuerdo a la cantidad de productores asistidos con semillas y materiales aportados para la elaboración de invernáculos, la Dirección General de Desarrollo Rural (DGDR) del MGAP será responsable de evaluar los impactos en la dimensión productiva, por lo que esta es  la más indicada para relevar esta dimensión, tanto por ser miembro activo en el diseño y desarrollo del proyecto. como por su propia misión de ser responsable de diseñar las políticas diferenciadas para la actividad agropecuaria, con el objetivo de alcanzar el desarrollo rural con una nueva concepción de modelo de producción, basado en la sustentabilidad económica, social y ambiental y con la participación de los actores en el territorio. 
En lo que refiere a la capacitación, se contará con datos de cantidad de niños y productores  asistentes como base para la elaboración de un análisis de impactos primarios y secundarios en familias rurales de los seis departamentos afectados.

- En los últimos años el Gobierno ha trabajado en el fortalecimiento de la institucionalidad vinculada a la gestión integral de riesgo, pero aún existen grandes desafíos entorno a los mecanismos financieros para la atención a las emergencias en el país.  ¿Ha habido algún avance al respecto?

En cumplimiento de los compromisos asumidos por el Uruguay primero ante el Marco de Acción de Hyogo para la década 2005-2015, y actualmente ante el Marco de Sendai para la Reducción del Riesgo de Desastres 2015-2030 que se adoptó en la tercera Conferencia Mundial de las Naciones Unidas celebrada en Sendai (Japón) en marzo de 2015, el Gobierno Nacional lidera el proceso de desarrollo de un Sistema Nacional de Emergencias fuertemente interinstitucional, descentralizado y con un creciente compromiso no solo en la atención y respuesta ante emergencias, sino en el desarrollo de capacidades resilientes y reducción del impacto de emergencias y desastres.
En el marco de estos compromisos, se ha desarrollado una arquitectura financiera que sustenta las acciones del Sistema Nacional de Emergencias en todos los niveles de Gobierno. Atender a la Gestión de Riesgos no supone solo el desarrollo de fondos de respuesta ante emergencias, que existen crecientemente en todos los niveles de gobierno, sino muy especialmente la comprensión, complementación e interoperación de recursos existentes con un renovado sentido de reducción de riesgos. Desafíos siempre quedan, pero estamos convencidos que el trabajo interinstitucional y la complementación de capacidades es generadora de recursos sin necesariamente requerir nuevos fondos.

 - ¿Hay algún otro dato que le parezca interesante agregar?

Este proyecto supone una primera oportunidad de trabajo conjunto entre la Presidencia de la República, el MGAP, la Universidad de la República y la FAO, lo que abre un terreno de oportunidad para que, luego de esta primera experiencia, estos actores desarrollen nuevas líneas de cooperación para la incorporación de iniciativas de gestión integral de riesgos en el proceso de desarrollo rural.  Esto trasciende el ámbito estrictamente agropecuario, por lo que constituye, en su esencia, un esfuerzo integrador de toda nuestra sociedad, y que tiene como objetivo central la población rural, la reducción de la vulnerabilidad, el fortalecimiento de la resiliencia y la capacidad de adaptación ante eventos adversos de origen natural o antrópicos.