FAO en Uruguay

El mejor camino a una ecuación entre alimentación, salud y ambiente

30/06/2020

Reflexiones del Representante de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) ad ínterim en Uruguay, Rubén Flores Agreda, en el marco del seminario sobre rotulado frontal de alimentos en Uruguay organizado este martes 30 de junio, en conjunto con la OPS/OMS y UNICEF en presencia del Ministro de Salud, Daniel Salinas, de representantes de las tres entidades del Sistema de Naciones Unidas y de expertos en la materia.

El Gobierno y la población uruguaya supieron responder con premura y responsabilidad a la actual emergencia sanitaria, sin embargo, hay que permanecer alertas y no bajar la guardia, ni dejar de cuidarnos. 

Esta crisis sanitaria alimentó una crisis económica. El Banco Mundial prevé que el PBI de Uruguay se va a reducir un 3,7% en 2020.

Aunque el país llegue a esta instancia mejor preparado que otros, con el índice de inseguridad alimentaria más bajo de la región (inferior al 2,5% en 2019), como Agencia de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), estamos concentrados en trabajar para evitar que la crisis económica y sanitaria derive hacia una crisis alimentaria.

Desde esa perspectiva es necesario señalar que esta recesión económica tiene como efectos la caída de los ingresos, el aumento del desempleo y, en consecuencia, una reducción de la demanda de productos de alto precio y un aumento en la opción por alimentos procesados de menor valor nutricional, con altos niveles de azúcar, sodio y grasas.

Lo señalamos porque a ese nivel Uruguay requiere hacer mayores esfuerzos. Este país vive desde hace años una crisis de sobrepeso y obesidad que involucra ahora a 60% de su población adulta y, a esta altura, ya el 33 % de los niños de 2 a 4 años y el 43 % de los niños de 9 a 12 años tiene sobrepeso u obesidad (de acuerdo a la Encuesta de Nutrición, Desarrollo Infantil y Salud y a datos de la Administración Nacional de Educación Pública y Secretaría Nacional de Deporte, 2018).

Esto debe prender una luz de alerta en cuanto a seguridad humana: el futuro del país está comprometido si no se detiene ya el avance de esta epidemia de sobrepeso y obesidad. Se trata de la salud y la calidad de vida de las personas, de los trabajadores, de los consumidores y, a mediano plazo, estas cifras no le sirven a nadie.

Por esta razón saludamos la decisión del Gobierno de mantener la vigencia del etiquetado frontal de alimentos mediante el decreto Nº 272/018 del 29/08/2018 y manifestamos nuestro apoyo con base en la experiencia internacional que tiene nuestra organización, otras agencias de Naciones Unidas y otras alianzas institucionales estratégicas que tenemos con la academia, la sociedad civil organizada y el sector privado que están comprometidos con el bienestar del ser humano.

El etiquetado y más

La FAO es la agencia de las Naciones Unidas que se ocupa de Alimentación, tiene un departamento Técnico especializado en Agricultura y Defensa del Consumidor; junto a la OMS, la FAO es responsable del seguimiento del Codex Alimentarius, que define las reglas técnicas para los alimentos a todo nivel, inclusive las normativas vinculadas al etiquetado de alimentos en el mundo.

La experiencia y el conocimiento acumulados a lo largo de 75 años de existencia demuestran que el etiquetado es una de las medidas más eficientes para mejorar los hábitos alimentarios de las personas.

Para ser eficaz, un buen etiquetado frontal debe ser simple, llamativo y aplicado a todos los productos procesados en igualdad de condiciones, utilizar símbolos que se puedan recordar; se debe poder entender rápido, incluso por los niños y personas con bajo nivel de escolaridad.

También es necesario que no sólo contenga datos, sino que guíe al consumidor. Es clave que esté basado en perfiles nutricionales surgidos de evidencias científicas, de instituciones calificadas, sin interés económico, directo o indirecto, vinculado a los productos o las empresas interesadas.

Su implementación debe ser gradual, para que los consumidores tengan tiempo de conocer el nuevo sistema y que las empresas se vean incentivadas a hacer los cambios tecnológicos requeridos y capturen la oportunidad de ser actores de sistemas alimentarios saludables y sostenibles, que serán tendencia en los mercados internacionales para los próximos años.

El etiquetado es más eficaz aún si va unido a otras medidas, en particular la regulación de la publicidad, como es el caso en Chile y lo mismo se puede decir sobre la orientación de los programas de alimentación escolar y la venta de alimentos en las escuelas, algo que en Uruguay recae en la ley Nº 19.140 de Alimentación Saludable en los Centros Educativos.

De manera general, la sociedad uruguaya toda ganaría en fortalecer su legislación e institucionalidad dedicadas a este tema, aprobando un proyecto de ley Marco sobre el Derecho a la Alimentación Adecuada como el que la FAO acompañó junto a los Observatorios del Derecho a la Alimentación de la UDELAR.

En todo caso es importante tener en cuenta los resultados de estudios que demuestran que el etiquetado induce cambios positivos e importantes en los consumidores y las empresas en poco tiempo y con buena aceptación.

Una colega de la FAO, Dulclair Sternhadt, presentó los resultados de un estudio clave solicitado por nuestra organización al Instituto Nacional de Tecnología de Alimentos de Chile, sobre el impacto del etiquetado frontal de alimentos en el trabajo y en la actividad de la industria agroalimentaria de ese país.

El sector agropecuario y la industria de alimentos uruguayos proveen productos frescos y procesados de alta calidad nutricional, que son un pilar de la salud de la población y del desarrollo del país.

El desafío es que los consumidores puedan distinguir mejor entre esos productos y otros, que tienen un bajo o nulo valor nutricional. Es urgente que las empresas que aportan más calidad nutricional puedan verse reconocidas e incentivadas por los consumidores, por el mercado y por el Gobierno.

No hay cómo superar esta crisis de sobrepeso y obesidad sin la colaboración de miles de empresarios y productores que cumplen la tarea de alimentar cada día a la población de Uruguay.

El futuro, aquí y en el mundo, sin duda, también incluye un número creciente de consumidores que hará que, cada día, la ecuación entre alimentación, salud y ambiente se coloque al centro de sistemas agroalimentarios sostenibles. Ese es el mejor camino y Uruguay lo está siguiendo.

Material sobre el seminario

Audio del panel de apertura

Oradores: Daniel Salinas, Ministro de Salud de Uruguay; Rubén Flores Agreda, Representante a.i. en Uruguay y Oficial Principal de Políticas regionales de la FAO; la representante de UNICEF en Uruguay, Luz Angela Melo, el representante de la OPS/OMS en Uruguay, Giovanni Escalante.

Audio del panel sobre Industria y empleo basado en un estudio solicitado por la FAO para América Latina y el Caribe sobre el etiquetado en Chile

Oradores: Wilson Benia, Especialista en Sistemas y Servicios de Salud de le OPS/OMS; Vicente Plata, Oficial a Cargo de la Ofinina de la FAO en Uruguay; Duclair Sternadt, oficial técnica regional de la FAO; la doctora en nutrición Camila Corvalán del Instituto de Nutrición y Tecnología de los Alimentos de Chile y Guillermo Paraje, de la Escuela de Negocios de la Universidad Adolfo Ibáñez de Chile.

Nota conceptual

Programa

Video completo del evento en YouTube

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