FAO en Uruguay

A la vanguardia con proyecto que potencia sector ganadero con foco en el medio ambiente

16/07/2015

Uruguay inició un proyecto para la intensificación sostenible de la ganadería, con el apoyo de la FAO, que reporta un triple beneficio: aumenta la productividad del sector, reduce la intensidad de emisiones de efecto invernadero y genera sistemas más resilientes. Conversamos con Walter Oyhantcabal, referente del MGAP para el tema.

¿Cuál es el objetivo del proyecto?

El proyecto se presentó recientemente al Fondo para el Medio Ambiente Mundial (GEF por su denominación en inglés), y podremos trabajar en la preparación de un proyecto completo si es aprobado en octubre.

El objetivo de la propuesta es promover la mitigación de las emisiones de gases de efecto invernadero, el aumento del secuestro del carbono en suelos y restaurar tierras degradas por sobrepastoreo.

Sin embargo la idea es integrar el logro de estos objetivos en un proceso de intensificación sostenible de la producción ganadera, con una lógica del triple ganar. Se trata de aumentar la productividad mediante tecnología en base a campo natural como fuente relevante de producción de forraje, que permite acrecentar un 50% la producción de carne. Esto significa un enorme impacto para el país, ya que es el principal rubro de exportación.

Es decir, el triple ganar se manifiesta porque aumentamos la productividad, reducimos intensidad de emisiones y generamos sistemas más resilientes o mejor adaptados a la variabilidad climática. A su vez, mejor productividad implica mejores ingresos netos para los productores, porque las tecnologías son de manejo, no basadas en insumos que aumentan los costos de producción.

¿Podría explicar un poco más estos conceptos?

Al aumentar la productividad se reduce la cantidad de emisiones de efecto invernadero por cada kilo producido. Si los kilos producidos aumentan, significa una menor cantidad de emisiones por kilo.

Para Uruguay no es posible reducir las emisiones de la ganadería en términos absolutos porque tendríamos que abandonar la producción. Pero sí es posible producir más kilos con menos intensidad de emisiones y allí se encuentra la oportunidad para la mitigación en la ganadería. A ello se suma el secuestro de carbono en los suelos, porque si las pasturas son más productivas, es decir, los productores trabajan con mayor cantidad de pasto, también tendrán más volumen de raíces, entonces habrá más materia orgánica de la biomasa que se encuentra descomponiéndose para formar materia orgánica en los suelos. Esa materia orgánica tiene carbono y al aumentarla se está secuestrando carbono que se hallaba como anhídrido carbónico en la atmósfera.

De esta manera esos suelos son más fértiles, poseen mayor capacidad para almacenar agua, y por lo tanto hacen a los sistemas mejor adaptados a la variabilidad climática y más resilientes.

¿De qué manera se implementará el proyecto?

Este proyecto pretende instrumentar una propuesta tecnológica, validarla a escala comercial, generar indicadores para poder monitorear y reportar los avances que se producen en términos de productividad, mitigación, adaptación, restauración de tierras y acceder a los mecanismos de financiamiento del fondo verde, u otros, mediante instrumentos como los NAMAS (Acciones Nacionales Apropiadas de Mitigación).

Es por ello que este proyecto tiene múltiples beneficios en términos de productividad, cuidado de la biodiversidad, servicios ecosistémicos y de adaptación al cambio climático. El mismo será validado con la presentación a 60 productores en ganadería de cría, familiar y mediana. Se ubican en 35 mil hectáreas distribuidas en los departamentos claves del basalto superficial como Artigas, Salto y parte de Paysandú. En parte de Cerro Largo y Tacuarembó, y en Rocha, Maldonado, Lavalleja y Treinta y Tres.

En estos lugares definimos un conjunto de establecimientos que son predios de referencia, y desarrollamos la metodología de co-innovación, ya que trabajaremos en conjunto con los productores en el diagnóstico de sus establecimientos.

¿Cuál es la inversión prevista?

El GEF aporta a Uruguay 5,3 millones de dólares para los cuatro años, de esa cantidad, 2,3 millones serán dedicados a este proyecto. Además hay una contraparte de las instituciones, de los productores, del MGAP, sumando un total aproximado de 12 millones de dólares, más los 2 millones mencionados. Una cantidad importante de la contraparte nacional corresponde a tiempo de técnicos, infraestructura, productores que aportan sus tierras, etc.

¿Cuándo esperan obtener resultados?

El proyecto tiene una duración total de cuatro años, pero esperamos tener instalado el sistema de monitoreo en el primer año, y así comenzar a obtener resultados físicos, económicos y de mitigación de los distintos establecimientos. También se medirá que sucede en los predios que no aplican esta propuesta y sus diferencias.

Luego el objetivo es elaborar un NAMA en los dos primeros años del proyecto y registrarlo ante la Convención de Cambio Climático, como también promover la búsqueda de socios que tengan interés en financiarlo. Además, se podrá tenerlo como posible proyecto de financiación del Fondo Verde, que a partir del 2020 tendría 100 mil millones de dólares por año.

¿Existen otros proyectos similares en la región?

Existen pocos proyectos de ganadería en el mundo que considere el tema del clima. En Ecuador y China comenzaron con uno, otros iniciarán en Costa Rica y África. La idea es que estos proyectos puedan vincularse en red e intercambiar experiencias y lecciones aprendidas. Esta vinculación se dará a través de una plataforma que posee FAO: la agenda global de la ganadería sostenible. Nuestro proyecto se encuentra en esta agenda, lo presentamos en una reunión internacional que se llevó a cabo en Canadá hace dos años, y estará muy unido con lo que se está realizando en otros países.

¿Qué cantidad de carne se produce en Uruguay?

La producción de carne vacuna, ovina y lana uruguaya asciende a 90, 92 kilos por hectárea y año. Pero los sistemas criadores están por debajo de la media, están produciendo alrededor de 60/70 kilos, y podemos llevar a esos sistemas a producir 100/120 kilos por hectárea.

En el país existen 11 millones de cabezas de ganado vacuno y 10 u 11 millones de hectáreas dedicadas a la ganadería extensiva, así dos tercios del país es campo natural.

Este proyecto lo estamos llevando a cabo con una apuesta al valor agregado ambiental, que puede contribuir a la diferenciación de nuestros productos en los mercados internacionales: carne con trazabilidad completa y más saludable porque es de pasto, no de encierro donde el ganado se alimenta a base de granos. El perfil de los lípidos de carne de pasto es más sano,  y resulta beneficioso para combatir las enfermedades cardiovasculares. Los consumidores informados apreciarán estos beneficios y estarán dispuestos a pagar un poco más.