FAO en Uruguay

“Vivimos en un mundo en el que se comercializa con el hambre”

16/01/2017

 

Guadalupe Valdez, Embajadora Especial “Reto Hambre Cero” para América Latina y el Caribe de FAO, visitó Uruguay para brindar una Conferencia Magistral en el VI Encuentro Regional del Observatorio del Derecho a la Alimentación de América Latina y el Caribe, y aprovechamos dicha instancia para conversar con ella sobre el Derecho a la Alimentación, la erradicación del hambre y el Reto Hambre Cero.

Uno de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) es erradicar el hambre al 2030, ¿cómo se logra cuando aún hay más de 790 millones de personas que pasan hambre?

La meta de la erradicación del hambre debe situarse en el centro y al más alto nivel de la Agenda de Desarrollo logrando que a su vez se consiga el resto de los ODS,  cómo hacerlo es responsabilidad de los diversos sectores y actores.

Para erradicar el hambre al 2030 es necesario un trabajo conjunto entre los gobiernos, parlamentarios, sociedad civil, sector privado, las academias, organizaciones sociales y universidades, a los efectos de lograr un conjunto de políticas públicas dentro de los marcos legales, existentes y que sean necesarios crear que permitan concretar esta meta.

Para ello se debe trabajar en  algunas líneas estratégicas y abordar temas como el cambio climático y la nutrición en la primera infancia, la obesidad, malnutrición, la creación de sistemas agroalimentarios sostenibles, que tenga como centro a las mujeres, y políticas para atender al desperdicio de alimentos.

En virtud de la nueva Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, los Estados del mundo y la comunidad internacional se han comprometido a actuar en conjunto para superarlos y transformar nuestro mundo, para las generaciones actuales y futuras y esto solo será posible si creamos conocimiento, si hacemos una gestión del conocimiento eficaz y al servicio de las transformaciones que se requieren para avanzar hacia niveles de vida que garanticen derechos, y a una transición a las vías más in

clusivas, dinámicas y sostenibles para el desarrollo.

¿Podría decirnos cuáles son las acciones concretas que se deberían tomar para lograr ser la Generación Hambre Cero?

Debería haber un aumento de las inversiones, en la infraestructura rural, la investigación agrícola y los servicios de extensión, el desarrollo tecnológico y los bancos de genes de plantas y ganado.  Otra acción es corregir y prevenir las restricciones y distorsiones comerciales en los mercados agropecuarios mundiales, asegurar el buen funcionamiento de los mercados de productos básicos alimentarios y sus derivados. 

El derecho a la alimentación debe reforzarse y convertirse en la piedra angular del proceso, convirtiéndose en vinculante para todos.  La Seguridad Alimentaria y Nutricional con un enfoque multisectorial, puede ser un objetivo propio pero también transversalizado en los otros objetivos. Se logra también abordando las causas intrínsecas del hambre, transformando la cadena de valor agropecuaria hacia modelos de sistemas agropecuarios más sostenibles focalizados en los pequeños productores, y que aborden la problemática específica de cada país.  Se necesita un sistema transparente de gobernabilidad y una alianza global para la seguridad alimentaria y nutricional.   El posicionamiento del derecho a la alimentación en lo más alto de las agendas públicas de América Latina y el Caribe, es uno de los principales desafíos que tiene el Observatorio del Derecho a la Alimentación (ODA).

Parecería un gran desafío erradicar el hambre con la gran desigualdad económica que hay en la región y en el mundo, ¿Cómo se contempla este aspecto en el Reto “Hambre Cero”?

El tema de la desigualdad es central en la lucha contra el hambre.  Para erradicar el hambre es necesario abordar las causas estructurales que generan el hambre.  El hambre es una dimensión extrema de los desequilibrios estructurales de un país y es así como debe entenderse para poder enfrentarla de forma eficaz.  Hay informes a nivel mundial que indican que el 1% de la población concentra el 99% de la riqueza.  Para erradicar el hambre hay que generar políticas económicas, pensar y construir entre todos.  Los gobiernos también deben establecer políticas redistributivas de la riqueza, políticas fiscales para poder garantizar los derechos fundamentales de las personas.

Es tarea del Estado garantizar el derecho a la alimentación de forma que la alimentación no sea objeto de la cantidad de favores personales de parte de la ciudadanía, ni favores clientelares de los “políticos”.

No existe el hambre porque se produzca poco o escaseen alimentos, existe el hambre porque vivimos en un mundo inequitativo, desigual, injusto, carente de ética y valores de solidaridad y  hermandad.  Vivimos en un mundo en el que se comercializa con los alimentos y se comercializa con el hambre.

Combatir el hambre es por lo tanto un asunto de dignidad, de conciencia, de principios, de justicia, es un asunto eminentemente político, es garantizar que exista seguridad y soberanía alimentaria y nutricional, dotando a nuestros estados de marcos legales, de políticas públicas y de recursos en los presupuestos nacionales y locales, los cuales deben procurar fortalecer la producción de alimentos, el trabajo sostenible en las tierras de los campesinos y campesinas, una distribución que ponga los alimentos al alcance de todas las personas y una comercialización que permita pagar un precio justo a las personas con menos poder adquisitivo.  Combatir el hambre es adoptar políticas necesarias para que nadie pase hambre mientras se tiran alimentos a la basura.

¿Cómo contribuye el VI Encuentro Regional  del Observatorio del Derecho a la Alimentación de América Latina realizado en Montevideo?

Los trabajos de este Encuentro nos permitirá avanzar en el análisis crítico de la aplicación del derecho a la alimentación a políticas públicas o recomendaciones para mejorar la implementación de la legislación, indicadores de progreso del derecho a la alimentación y su vinculación con los ODS, análisis de la aplicación del derecho a la alimentación en el contexto del cambio climático, soberanía alimentaria en la región y justiciabilidad del derecho a la alimentación, todas las cuales deben ser abordadas a partir de la realidad de cada contexto nacional.

¿Cómo definiría la situación de América Latina en lo que refiere la erradicación del hambre?

América Latina es la región que ha obtenido mejores indicadores en la lucha contra el hambre, pero  aún 34 millones de personas en la región se encuentran en situaciones muy difíciles.  El hambre es un problema político y no técnico, y para erradicarlo es necesario crear marcos legales con las políticas públicas, los recursos necesarios, sobre la disponibilidad, la accesibilidad y la estabilidad de los alimentos.  En varios países de América Latina el reconocimiento del derecho humano a la alimentación adecuada tiene avances importantes, principalmente a nivel de las legislaciones habiendo sido integrado de manera explícita en Constituciones, leyes y otras normativas. 

Sin embargo, a nivel municipal los progresos son todavía muy incipientes y hay muy pocas experiencias documentadas que puedan servir de referencia para lograr resultados más evidentes, lo que abre un espacio de investigación para las universidades que forman parte del ODA.

Abrir espacios de diálogo, que promuevan el debate y la definición de las políticas locales de seguridad alimentaria y nutricional que considere la participación de los grupos más vulnerables, contribuirá a identificar líneas de acción, de políticas públicas locales y líneas para la asignación de recursos más adecuada.  Por eso, los espacios de diálogo además de promover la participación y el empoderamiento pueden servir para la integración de otros principios del derecho a la alimentación como la rendición de cuentas, la transparencia y la no discriminación.

América Latina y el Caribe tiene una experiencia de la cual se pueden extraer algunas lecciones para tratar de tomarlas en cuenta para posicionar políticamente el derecho humano a la alimentación en lo más alto de las agendas públicas de ALC, en el marco de lograr ser la generación Hambre Cero en el 2030.

 

Sobre Guadalupe Valdez

La dominicana Guadalupe Valdez fue designada  por la FAO como Embajadora Especial Hambre Cero para América Latina y el Caribe el pasado 31 de agosto, debido a su contribución a la consecución del derecho a la alimentación en toda la región.

La Embajadora Especial de la FAO fue diputada de República Dominicana durante el período 2010-2016, y coordinó el Frente Parlamentario contra el Hambre de América Latina y el Caribe, una asociación voluntaria de legisladores creada en 2009 para construir marcos legislativos adecuados para la erradicación del hambre en la región.

Valdez también encabezó el Frente Parlamentario de la Cámara de Diputados de la República Dominicana, donde impulsó importantes iniciativas a favor de la erradicación del hambre, como la Ley de Soberanía y Seguridad Alimentaria y Nutricional de República Dominicana.

Para la FAO, a lo largo de su vida y de su carrera, Guadalupe Valdez ha hecho aportes claves a la seguridad alimentaria de la región, creando espacios para el diálogo en la sociedad civil y trabajando para transformar la seguridad alimentaria en un asunto estratégico y prioritario en la agenda legislativa de la región.

 “El sueño de que nuestra generación alcance hambre cero, es un fuerte llamado de la FAO que yo asumo con la firme convicción de que es posible y necesario lograrlo trabajando juntos”, afirmó la embajadora de la FAO al asumir el compromiso.