FAO en Uruguay

El gobierno de Uruguay y FAO buscan integrar el sector agrícola en el Plan Nacional de Adaptación

05/04/2017

Los impactos del cambio climático como el aumento proyectado de temperaturas, la variabilidad de precipitaciones y una mayor frecuencia de fenómenos extremos, se hacen sentir cada vez más en los países menos desarrollados y en desarrollo con una fuerte dependencia del sector agrícola para su desarrollo económico.

En respuesta a la reciente necesidad de considerar la planificación a mediano y largo plazo para la adaptación al cambio climático en el marco de las prioridades nacionales de desarrollo, se creó el Plan Nacional de Adaptación, y se invitó a las organizaciones de las Naciones Unidas, organismos especializados y organizaciones bilaterales a mejorar el apoyo financiero y técnico de los países.

El proyecto hace hincapié  en la importancia de identificar y evaluar las prácticas y tecnologías agrícolas para aumentar la productividad de manera sostenible, así como identificar los riesgos y la vulnerabilidad de los sistemas ante los escenarios de cambio climático a nivel regional, nacional y local.

El apoyo se brindará a cinco países en desarrollo como Kenia, Filipinas, Tailandia, Vietnam y Uruguay, y a tres países menos desarrollados como Nepal, Uganda y Zambia, para apoyarlos en la creación de capacidades técnicas para integrar la agricultura en los procesos de planificación y presupuestación.

Es así que la FAO, junto con el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), integra el proyecto que apoya a los países menos desarrollados  y en desarrollo en la integración de los sectores agrícolas en los Planes Nacionales de Adaptación.

Para conocer más sobre el tema, y sobre la encuesta de adaptación al cambio climático y género, conversamos con Cecilia Jones, coordinadora nacional del proyecto.

¿Cómo se integra la problemática del cambio climático vinculado a los medios de subsistencia basados en la agricultura, con los procesos nacionales existentes?

Uruguay es un país de base agropecuaria especialmente sensible a los impactos del clima. El cambio climático implica una dimensión adicional a la ya alta variabilidad climática histórica del país.  El aumento en esta variabilidad, un posible aumento en la frecuencia de eventos extremos, y cambios en las precipitaciones y temperatura impactarán en la productividad agropecuaria y los recursos naturales en que se apoya, con repercusiones a nivel social y económico. 

El Ministerio de Ganadería Agricultura y Pesca (MGAP) definió sus líneas estratégicas de gestión en 2010, donde se define la intensificación de la producción agropecuaria con sostenibilidad y cuidado del ambiente, adaptando los sistemas de producción al cambio climático como dos de los cinco  ejes prioritarios de su gestión.

Esta definición reconoce el potencial de Uruguay para contribuir a la seguridad alimentaria mundial, al tiempo que marca la relevancia de la sostenibilidad y el déficit de adaptación a las condiciones climáticas del país.

Como resultado de esta priorización, el MGAP lleva adelante varias iniciativas a través de programas de desarrollo rural, planes de uso y manejo responsable  de suelos y promoción de programas de inversión que construyen resiliencia y capacidad de adaptación ante el clima.

En este contexto, el Plan Nacional de Adaptación al cambio y variabilidad climática en el sector agropecuario busca integrar las políticas en curso y fortalecer capacidades con una mirada hacia el mediano y largo plazo que integre los desafíos de los diferentes sistemas de producción del país.

 ¿Existe información técnica suficiente en Uruguay que permita comprender cuáles son los riesgos actuales y emergentes, las vulnerabilidades y los requisitos específicos de adaptación para el sector agrícola?

La producción agropecuaria en Uruguay, así como en el resto del mundo, se realiza bajo incertidumbre.  Los cambios en la frecuencia e intensidad de los eventos climáticos indican un desafío adicional a la producción y también al diseño de políticas.

En 2013 Uruguay llevó a cabo un estudio con el objetivo de analizar la vulnerabilidad de los principales agro-ecosistemas del país ante los efectos de la variabilidad y cambio climático e identificar opciones para la reducción de la vulnerabilidad, que contribuyó a comprender cuáles son los riesgos actuales y los emergentes.  Este estudio fue realizado en el marco del proyecto de cooperación técnica sobre “Nuevas Políticas de Adaptación de la Agricultura al Cambio Climático” entre el MGAP de Uruguay y la FAO.

Este año Uruguay implementará la herramienta MOSAICC de modelación de impactos del cambio climático, que buscará continuar contribuyendo a comprender estos riesgos emergentes para el sector agropecuario.  Esta actividad es parte del plan de trabajo del PNA-Agro.

Comprender los riesgos actuales no es sencillo, y tener una medida de los riesgos emergentes es un desafío aún mayor. Sin embargo, la discusión está avanzada de manera de poder acercarse a las medidas de adaptación que pueden contribuir a reducir la vulnerabilidad y aumentar la resiliencia de los sistemas productivos. 

¿En qué etapa se encuentra el proyecto actualmente?

El proyecto de elaboración del Plan Nacional de Adaptación al cambio y la variabilidad climática en

Uruguay se inició en julio de 2016.   Como punto de partida se llevó a cabo un taller y una consulta amplia a los actores e instituciones del sector agropecuario.

Este taller fue el origen de una revisión del estado de situación con respecto al conocimiento, medidas y arreglos institucionales para atender la adaptación al cambio climático en el sector. También sirvió como insumo para hacer un mapa de los actores claves para el proceso. Por otra parte realizamos una evaluación de capacidades y necesidades de capacitación

Con estos cimientos reformulamos el plan de trabajo de manera de contar con bases sólidas que permitan integrar el Plan Nacional de Adaptación para el sector agropecuario a la gestión institucional.

El plan de trabajo está estructurado en tres componentes principales que son el fortalecimiento de capacidades, la construcción del Plan Nacional de Adaptación, y el apoyo a la aplicación de herramientas de evaluación de impacto y análisis costo beneficio.

Actualmente el MGAP está convocando a una serie de diálogos de adaptación por sistema de producción agropecuario, para discutir cuáles son las prácticas o medidas necesarias para manejar los riesgos climáticos y reducir la vulnerabilidad a los impactos del clima.  Esta convocatoria recogerá  elementos para guiar el diseño de las políticas del MGAP para la adaptación al cambio climático en el sector agropecuario.

Por otra parte, el PNA-Agro acordó recientemente un plan de trabajo con el Instituto SARAS para desarrollar junto con la Oficina de Programación y Políticas Agropecuarias (OPYPA) una matriz de indicadores de mejora de adaptación y construcción de resiliencia para el sector agropecuario y también para fortalecer capacidades en la evaluación de políticas.

¿Cuáles son los resultados que se pretende alcanzar para cumplir con sus objetivos, y en cuánto tiempo?

El proceso de PNA-Agro está pensado para ejecutarse en un período de tres años. Sin embargo, el resultado del Plan no se concibe como un documento cerrado, y deberá ser revisado y monitoreado por un plazo mayor para ajustarse a los cambios de contexto.

En términos generales el proyecto busca identificar alternativas de adaptación para diferentes sistemas de producción de Uruguay e informar al diseño de las políticas del MGAP  mediante análisis costo-beneficio de estas alternativas. Además, a través del desarrollo de un sistema de indicadores de adaptación y resiliencia, el proyecto proporcionará herramientas para la revisión y monitoreo de los avances en adaptación a la variabilidad y cambio climático. El proyecto apoya al MGAP en su estrategia de aplicación de herramientas de evaluación de impacto de programas y políticas para el logro de sus objetivos estratégicos. Otro resultado propuesto es apoyar el desarrollo de un protocolo sistemático de medición de pérdidas y daños por eventos climáticos en el sector agropecuario.

¿Cómo se vincula este proyecto con el proyecto FAO sobre fortalecimiento de capacidades para la recuperación de los pastos degradados y la reducción de riesgos ambientales y productivos ante el cambio climático en los sistemas ganaderos?

Los sistemas ganaderos también son foco del proceso del PNA-Agro.  El campo natural, por su alta diversidad y siglos de adaptación a la variabilidad climática,  es una de las bases de la estrategia de construcción de resiliencia de la ganadería del país.

Las estrategias de recuperación de pastos degradados y mejor manejo del campo natural producen al mismo tiempo co-beneficios como herramientas de mitigación de Gases Efecto Invernadero (GEI), porque permiten acumular más carbono en el suelo y reducir la intensidad de emisiones por kilogramo de carne producido.

Otros co-beneficios son la reducción de riesgos de erosión y lixiviación de nutrientes a los cursos de agua y cuidado de la biodiversidad.

¿Cómo está contemplado el factor género durante el transcurso del proyecto, para el logro de sus objetivos?

La información de género en el sector agropecuario de Uruguay no es completa, por este motivo el PNA-Agro se propuso recabar información sobre cuáles son las estrategias de las mujeres en este sector ante la adaptación a la variabilidad y cambio climático. 

La OPYPA, junto con la Dirección de Estadísticas Agropecuarias y la Dirección de Desarrollo Rural del MGAP, están en proceso de elaboración de una encuesta para intentar sumar información para el diseño de políticas públicas para la adaptación a la variabilidad y cambio climático con perspectiva de género.  Esta actividad integra también al Ministerio de Desarrollo Social (MIDES), a través del Instituto Nacional de las Mujeres (INMUJERES), y a la División de Cambio Climático del Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente (MOVTMA).

Los resultados de esta encuesta estarán disponibles a finales de 2017.

Una vez se obtengan los resultados esperados en los diferentes países, ¿cuál será la metodología a seguir para integrar los logros alcanzados por cada país?

A nivel nacional podremos decir que el proyecto ha tenido  éxito si las herramientas y  alternativas de adaptación  priorizadas por el plan son incorporadas a las políticas y presupuestos del MGAP.  Sin embargo, con respecto al objetivo de mejorar la adaptación al clima de los agro-ecosistemas,  el desarrollo y seguimiento de los indicadores de adaptación y resiliencia podrán medir el éxito a largo plazo. Cabe destacar que este proceso está muy alineado con la Contribución Nacional del Uruguay al Acuerdo de París (NDC), y contribuye a identificar prioridades en la NDC y a estimar los medios de implementación necesarios en términos financieros y de trasferencia de tecnología y construcción de capacidades.

Para integrar los resultados a nivel externo, considero que el PNA-Agro ubicará  a Uruguay en una posición privilegiada  para contribuir a la planificación para la adaptación en el sector agropecuario de países de América Latina.