En el marco del Año Internacional del Suelo, se realizó una conferencia de prensa en el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) el 02 de setiembre con la participación de Mariana Hill, Directora de la Dirección de Recursos Naturales (RENARE); Vicente Plata, Oficial a cargo de la Representación de FAO en Uruguay; José Terra, Director de Programa, Producción y Sustentabilidad Ambiental de INIA; Fernando García, ex Decano de la Facultad de Agronomía de Universidad de la República, y Daiana Martín, Presidenta de la Asociación de Ingenieros Agrónomos del Uruguay.

Vicente Plata, afirmó que la “FAO estima que un tercio de todos los suelos del mundo se degradan debido a la erosión, compactación, salinización, pérdida de materia orgánica, agotamiento de los nutrientes, contaminación y otros procesos causados por prácticas insostenibles de manejo de suelos”.

Los suelos deben ser reconocidos y valorados por sus capacidades productivas y por su contribución a la seguridad alimentaria y al mantenimiento de servicios ecosistémicos fundamentales.

El suelo es un recurso finito, lo que implica que su pérdida y degradación no son reversibles en el curso de una vida humana. En cuanto componente fundamental de los recursos de tierras, del desarrollo agrícola y la sostenibilidad ecológica, es la base para la producción de alimentos, piensos, combustibles y fibras y para muchos servicios ecosistémicos esenciales.

“ Si no hay nuevos enfoques la superficie global de la tierra cultivable y productiva por persona será en el año 2050 solo una cuarta parte del nivel de 1960”, sostuvo Plata.

Por su parte, Mariana Hill destacó que “el suelo es la base firme del crecimiento del país, de producción agrícola y animal, generación de riquezas e inclusión social”. También recordó el trabajo interinstitucional que realiza el Comité Nacional del Año Internacional del Suelo con representantes públicos y privados para preservar y generar conciencia sobre un recurso natural esencial para el hábitat humano y animal.

La jerarca expresó que el MGAP reforzó con recursos humanos capacitados al Departamento de Estudios Básicos y Cartografía de Suelos para adecuar el acervo de estudios sobre suelos en el país. Agregó que la política de conservación del suelo incluye el control sobre la calidad del agua, especialmente en los planes de uso aplicados a los sistemas lecheros en la cuenca del Río Santa Lucía.

José Terra del Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA) explicó que el 90% de los suelos de Uruguay son aprovechables para uso agropecuario-agroindustrial por la gran diversidad en la que se encuentran.

De esta manera el INIA, junto con la Universidad de la República, planifica estudios para generar nuevos indicadores y coeficientes de manera que puedan ser utilizados en el impulso de políticas públicas en la materia.

En la Exposición Rural del Prado 2015 el MGAP ponderará la intensificación sostenible y el cuidado de los recursos naturales con la leyenda “Pan para hoy, más pan para mañana”.

Los desafíos

La superficie natural de suelos productivos se encuentra sometida a una creciente presión debido a la intensificación y el uso competitivo que caracteriza el aprovechamiento de los suelos con fines agrícolas, forestales, pastorales y de urbanización, y para satisfacer la demanda de producción de alimentos, energía y extracción de materias primas de la creciente población. Se estima que las tendencias demográficas y el crecimiento previsto de la población mundial (que superará los 9 millones en 2050) darán lugar a un aumento del 60 por ciento de la demanda de alimentos, piensos y fibras para 2050

Existen pocas posibilidades de ampliación de la superficie agrícola, excepto en algunas partes de África y América del Sur. Gran parte de la tierra restante no es apta para la agricultura y los costes ecológicos, sociales y económicos de convertirla en productiva serían muy altos. Por tanto, el manejo sostenible de los suelos agrícolas del mundo y la producción sostenible son imprescindibles para invertir la tendencia de degradación de los suelos y garantizar la seguridad alimentaria actual y futura del mundo.