FAO en Venezuela

En Venezuela, la agricultura familiar es una alternativa para la alimentación de los niños en las escuelas públicas

06/12/2019

Cada día Carmen Bastidas llega a la escuela a las siete de la mañana y se retira a las seis de la tarde.

Ella es la directora de la Escuela Técnica Agropecuaria (ETA) ‘Cimarrón’ Miguel Gerónimo ‘Guacamaya’, ubicada la población de Capaya, municipio Acevedo, del estado Miranda, a unos 93 kilómetros de Caracas, capital de Venezuela.

La escuela técnica, que alberga a 635 estudiantes, es atendida por el Programa de Alimentación Escolar (PAE) y es una de las instituciones que participan del proyecto que llevan a cabo la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) ​, y el Ministerio del Poder Popular para la Educación (MPPE) con fondos de la Unión Europea (UE). 

Este proyecto, pretende la complementariedad de los menús que suministra el PAE a través de la compra directa de alimentos frescos provenientes de la Agricultura Familiar local. 

El PAE es un programa gubernamental para el suministro de alimentos en las escuelas, y que alcanza a más de 6 millones de estudiantes, según declaraciones públicas de Aristóbulo Istúriz, Ministro del Poder Popular para la Educación.

 

Mujer y alimentación

No solo es la directora, también es maestra, madre de dos hijos, esposa, sembradora de cacao y líder de su comunidad. 

Su jornada diaria no termina en la escuela. También asiste a reuniones comunitarias y ayuda a tramitar, en instituciones públicas, la solución a problemas de sus vecinos. Después de todo eso, regresa a su casa. 

Ella no es la excepción en esta zona del país. “Aquí las mujeres llevamos la batuta en todas las organizaciones. No le tememos a los compromisos”, asegura la maestra. 

Al igual que en el caso de la maestra Carmen, sobre cientos de mujeres venezolanas recae la tarea de velar por la alimentación de su familia. 

Se estima que en Venezuela, 20% de la producción agropecuaria está a cargo de una mujer. Estudios de la FAO evidencian que esta proporción viene aumentando en toda la región, lo que otorga mayor autonomía económica a las mujeres, así como a la seguridad alimentaria y al bienestar de la sociedad.

“Las mujeres representan aproximadamente a la mitad de la mano de obra agrícola, son agentes del cambio y crean resiliencia. Sin embargo, todavía existe una brecha de género”, precisa un estudio de FAO titulado: Empoderar a las mujeres rurales para potenciar la agricultura

Por su parte, el principio de no dejar a nadie atrás, presente en toda la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, prioriza la participación y la toma equitativa de decisiones entre hombres y mujeres en instituciones rurales, a la hora de desarrollar leyes, políticas y programas.

 

Información que transforma  

La directora Bastidas comenta haberse “enamorado” del proyecto desde la primera visita que la FAO hizo a la ETA. 

“El primer cambio visible ha sido la integración con la comunidad. Desde que iniciaron los talleres de formación, nuestros vecinos se involucraron de tal manera que ahora hacen vida en la escuela. No quieren irse”, sonríe la maestra.

 

Una tarea vital

Además de enseñar a los más de 600 niños y jóvenes que estudian en la escuela técnica, la directora explica que una de las labores más arduas consiste en garantizarles alimentación. 

El proyecto que se ejecuta en la ETA, alcanza a 40 escuelas en cuatro estados del país y cuenta con la asesoría técnica de la FAO, busca fortalecer el PAE por medio del consumo de alimentos autóctonos, cosechados en las tierras cercanas a la escuela por productores locales. Por otra parte, ofrece asistencia a los agricultores para la producción y el almacenamiento de semillas y alimentos. 

“La agricultura familiar, sin duda alguna, garantiza los alimentos de la familia y la comunidad. Otorga un espacio de seguridad y evita que dependamos de alimentos foráneos. Cuando sembramos y cosechamos lo que comemos, nos hacemos soberanos. De esa forma nadie puede venir a esquilmarnos”, detalla Raimunda Bazalo, una agricultora de Capaya, que ostenta el título de ‘Maestra-Pueblo’. 

Además, añade, la agricultura familiar resulta sustentable, mientras que “la extensiva mata la fauna y la vegetación autóctona haciendo que cambie nuestro clima”. 

Los productores de la zona, también las madres que cocinan para los alumnos aprenden además a conformar un menú variado con los alimentos de la zona que los productores ‘arriman’ a la escuela. 

“Nuestra tarea es cuidar de esos alimentos y prepararlos de forma sana para los estudiantes. Como responsable de la ETA procuro administrar bien los recursos, pero sepan algo, donde quiera que llego crecen las cosas, se multiplican. Dios me dio ese don”, asegura Carmen Bastidas.

Proyectos como los que FAO trabaja en Venezuela resultan necesarios para encontrar soluciones resilientes que permitan atender los problemas urgentes de las comunidades más vulnerables y ayudar a alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible, como la soberanía alimentaria y el #HambreCero.