El mejoramiento genético participativo es una herramienta ampliamente utilizada para el rescate de cultivos locales importantes para la alimentación, así se expuso durante el foro virtual organizado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en Venezuela.

Este proceso, se emplea para impulsar a las familias de pequeños productores, mejorando la producción agrícola, aumentando su la resiliencia frente a las amenazas agroclimáticas y las crisis socioeconómicas. En el foro, se mostró como puede ser una herramienta para promover una agricultura menos dependiente de insumos externos y propiciar una mejora en la disponibilidad de semillas de maíz.

Alberto Chassaigne del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo México (Cimmyt) aseguró que las variedades nativas pueden ser mejoradas por los agricultores en características que afectan su desempeño (volcamiento del tallo y altura de la planta), por medio de la aplicación de técnicas usadas en el mejoramiento genético convencional de plantas.

En Venezuela, la FAO implementa el proyecto de "Apoyo a la rehabilitación del sistema nacional de semilla de maíz para la Seguridad Alimentaria y Nutricional (SAN) en el contexto COVID -19", en el que se proporciona capacitación técnica a profesionales del sector público y privado, relacionados con el mejoramiento genético convencional y participativo.

Esta Conferencia sobre Mejoramiento Genético Participativo en el Cultivo de Maíz, forma parte de las actividades del proyecto; y la asistencia técnica que ofrece FAO para el fortalecimiento de los programas de mejoramiento genético nacional en maíz, con vistas a fortalecer la Seguridad Alimentaria y Nutricional local mejorando la calidad de la semilla de maíz.