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IV. ORIENTACIONES METODOLÓGICAS


4.1 FUENTES DE INFORMACIÓN
4.2 LOS CENSOS AGROPECUARIOS

Todas las etapas del proceso de producción de las estadísticas deben seguirse con una atención particular con el fin de garantizar la obtención de la información tomando en cuenta las consideraciones de género.

El Censo Agropecuario no es la única fuente de información estadística sobre el sector, pero sí es la más importante y el eje alrededor del cual se articulan todas las demás. Algunas fuentes tienen como objetivo central actualizar ciertos indicadores en períodos posteriores al censo; otras, buscan investigar sobre algunos temas que por su complejidad no pueden ser abordados en un censo. También hay encuestas cuyo objetivo primordial no es afrontar temáticas del sector agropecuario, pero proporcionan información útil para el mismo.

Otros instrumentos que existen para recabar información sobre el sector agropecuario son el censo de población, los registros administrativos y encuestas de diferentes tipos. Todas estas fuentes de información estadística tienen sus alcances y limitaciones.

El Censo Agropecuario tiene una cualidad insubstituible, la de su cobertura geográfica. Es la única fuente que puede dar cuenta de los grandes establecimientos y las pequeñas unidades en todo el país. Sin embargo, la envergadura de la operación exige que se simplifiquen las preguntas y se limite su número, lo que repercute tanto en la profundidad de los temas investigados, como en su calidad.

Varias de estas limitaciones se pueden subsanar mediante encuestas por muestreo probabilístico, diseñadas "ad hoc" para captar temas específicos, como por ejemplo, las encuestas de presupuesto de tiempo o de consumo alimentario. Estas permiten por un lado, incluir un mayor número de preguntas para precisar los conceptos y, por el otro, pueden llevarse a cabo con personal más capacitado y con mayor control tanto del operativo de campo, como del procesamiento de la información. El principal inconveniente de las encuestas es que sólo consienten obtener información significativa para grandes agregados de zonas geográficas o para un número limitado de áreas, dependiendo del diseño de la muestra que se basa en los objetivos específicos que se deseen investigar y del presupuesto disponible. También se pueden presentar problemas de diseño de muestreo y desviaciones de la muestra en el trabajo de campo.

Si bien no existe la estadística perfecta, es evidente que toda fuente que haya sido tratada con rigor estadístico es de gran utilidad. El que se puedan conocer sus posibles sesgos y carencias, así como sus alcances posibilita la obtención de inferencias válidas.

La información requerida necesariamente debe ser fruto de un sistema de estadísticas, es decir, el cúmulo de diversas fuentes que estén vinculadas entre sí y que compartan una base conceptual y metodológica o que al menos existan los mecanismos para hacer que la información sea complementaria.

4.1 FUENTES DE INFORMACIÓN


4.1.1 Los censos de población y vivienda
4.1.2 Encuestas sobre consumo alimentario
4.1.3 Encuestas sobre ingresos y gastos del hogar
4.1.4 Encuestas sobre empleo
4.1.5 Encuestas sobre presupuesto de tiempo
4.1.6 Estudios sobre manejo de recursos naturales y deterioro del medio ambiente

A continuación se exponen brevemente las diferentes fuentes que brindan información sobre el sector agropecuario y pueden incorporar una perspectiva de género. Después se expondrán detalladamente las características del censo agropecuario, que debe ser el eje de un sistema de información sobre el sector.

4.1.1 Los censos de población y vivienda

Los censos de población y vivienda suministran una vasta gama de datos útiles sobre la población. En general, recogen información sobre las características socio-demográficas de los miembros del hogar, su actividad principal y algunos datos que permiten estimar la migración interna. Por otra parte, los censos de vivienda, en general realizados simultáneamente con los de población, captan las características de construcción del lugar de habitación y los servicios con que cuenta.

Sin duda, estos censos ofrecen información importante sobre la población rural y por lo tanto debe ser explotada ampliamente. Sin embargo, por su propia naturaleza, estas fuentes plantean algunos problemas para obtener una visión global de la población total involucrada en actividades agropecuarias. En primer lugar, las imágenes puntuales obtenidas gracias a una información recolectada para un momento dado o un período muy breve (como la semana anterior al censo) no son suficientes para medir el empleo rural, dada la estacionalidad de las actividades agrícolas. En segundo lugar, en el censo de población generalmente se capta sólo la actividad que el informante considera como su tarea principal. Por lo tanto, si el entrevistado no la estima como tal, la actividad agropecuaria no se registrará[51], impidiendo así determinar el número de personas que contribuyen a la producción. Otro problema crucial es el subregistro del empleo femenino tanto agrícola como no-agrícola; esto se discutió ampliamente en los dos primeros capítulos.

Sin embargo, el censo de población tiene grandes virtudes que es necesario aprovechar para conocer el sector agropecuario. En primer lugar, su cobertura universal, tanto urbana como rural, lo convierte en un excelente marco de hogares que permite detectar a las pequeñas unidades productivas.

Sería deseable que el censo de población incluyera una pregunta específica sobre la actividad agropecuaria. Una pregunta general sobre la actividad complementaria no garantiza el registro de la agropecuaria, porque es posible que a ésta no se le adjudique ni siquiera un segundo lugar. Por ejemplo, son numerosas las mujeres que trabajan su parcela y que venden directamente su producto, incluso como alimento procesado listo para el consumo (tortillas, tamales, maíz tierno cocido, etc.). Sin embargo, cuando se indaga sobre su trabajo, ellas suelen declarar que son comerciantes o que su actividad se reduce al procesamiento o la prestación de un servicio, pero no mencionan que son agricultoras.

Aunque en algunos países se han realizado los censos de población y agropecuarios simultáneamente (Costa Rica), generalmente ello no es aconsejable debido a la complejidad de ambos operativos. Sin embargo, la inclusión de la pregunta específica sobre la realización de alguna actividad agropecuaria en el censo de población, permitiría que una vez detectados los hogares con respuesta afirmativa, se pudiera proceder a la aplicación del cuestionario del censo agropecuario o la realización de una encuesta por muestreo. Por supuesto, no debe pasar mucho tiempo entre un levantamiento y otro. Además, es necesaria la completa colaboración entre el equipo que realiza el censo de población y el que efectúa el agropecuario, lo cual no siempre es viable, porque suelen ser llevadas a cabo por diferentes instancias institucionales.

4.1.2 Encuestas sobre consumo alimentario

Estas encuestas recolectan datos sobre el consumo alimentario y en ocasiones también buscan identificar las condiciones nutricionales. Los datos relativos al consumo alimentario se refieren al consumo global del hogar pues es muy difícil hacer una diferenciación para cada uno de los miembros, en particular cuando éstos comen colectivamente, a veces, inclusive del recipiente mismo. De esta forma, la media per cápita en los hogares no permite estimar el consumo real de cada miembro. No obstante, dado el bajo nivel nutricional, se asume que en general en los hogares más pobres, la mujer consume menos alimentos que el resto de los miembros de la familia.

Para medir el estado nutricional se requieren operativos sofisticados, como por ejemplo mediciones antropométricas (perímetro del brazo, relación peso-estatura). Evidentemente estas encuestas son muy costosas y requieren de personal y equipo especializado.

4.1.3 Encuestas sobre ingresos y gastos del hogar

En general, este tipo de encuestas recoge información sobre gastos e ingresos, tomando al hogar como unidad de observación y análisis. En algunas ocasiones también incluyen preguntas sobre la actividad principal de todos los miembros del hogar en edad de trabajar, pero en otras sólo sobre quién lo dirige. Las limitaciones en el primer caso serían las mismas ya mencionadas para el censo de población, es decir que sólo capta la actividad principal; en el segundo, la información es extremadamente reducida: sólo se registra a una persona, el jefe de hogar, y por ende muy probablemente se excluye a la mujer.

El análisis en materia de niveles de ingreso y distribución del gasto, puede hacerse solamente con base en el sexo de la persona que dirige el hogar. Por lo tanto, no es factible determinar la contribución de cada miembro del hogar, ni como se distribuye el gasto entre ellos. Esto evidentemente no permite un análisis con perspectiva de género. Otra seria limitación de las encuestas en cuestión es que omiten, a veces deliberadamente, las áreas rurales o los hogares involucrados en la producción agrícola. Su mayor utilidad en cambio, reside en el hecho que se puede deducir el gasto en alimentos.

4.1.4 Encuestas sobre empleo

Las encuestas sobre empleo o fuerza de trabajo tienen una cobertura variable puesto que en general, se basan en un muestreo probabilístico que en algunos países sólo incluye las ciudades principales, en otros únicamente las áreas urbanas. En ocasiones las encuestas están diseñadas para cubrir a la población global del país sin ninguna subdivisión, o bien con una diferenciación urbano-rural y por regiones.

Estas encuestas pueden servir para obtener información sobre los habitantes que viven y trabajan en las áreas rurales, incluyendo a los trabajadores familiares no retribuidos, a los que laboran en las pequeñas unidades productivas o son jornaleros de las grandes empresas, siempre y cuando hayan sido específicamente elaboradas para ello. Los cambios estacionales se captan con encuestas periódicas.

Es fundamental que se adopten las precauciones necesarias para evitar que se presenten los mismos problemas del censo de población, es decir la omisión de la actividad agrícola cuando no es considerada como trabajo principal. La utilización de preguntas-filtro puede permitir la recolección de información sobre los grupos de personas que con frecuencia se omiten: niños, ancianos y principalmente mujeres. Afortunadamente, si se consulta y valoriza la experiencia acumulada al respecto, se podrán superar los principales problemas sin dificultad.

4.1.5 Encuestas sobre presupuesto de tiempo

Las encuestas sobre utilización del tiempo son probablemente el mejor instrumento para valorar la contribución de mujeres y hombres a las actividades económicas y no económicas. Son ideales para estudiar la división del trabajo en el seno del hogar y evaluar la distribución del trabajo económico, ya sea retribuido o no retribuido.

Estas encuestas resultan particularmente útiles para medir el trabajo agrícola de mujeres y hombres en las áreas rurales. Desgraciadamente, la poco clara delimitación entre actividad económica y tareas domésticas (en ocasiones realizadas simultáneamente) dificulta la precisión. Además, la percepción del tiempo varía de una zona a otra y su medición difiere en las áreas rurales y las urbanas. En estos casos es conveniente apoyar las técnicas estadísticas con técnicas antropológicas. Una publicación de la FAO[52] señala al respecto:

"El concepto de tiempo trabajado en la actividad agrícola es mucho más difícil de percibir que en otros ramos de la actividad económica, dado que el trabajo agrícola incluye trabajar en el campo, llevar los productos a los mercados, traer de la ciudad los requerimientos del campo, llevar libros de registro, etc. Además no existe un lugar de trabajo fijo: parte del trabajo se hace en la parcela, otra en la casa y otra en los mercados o en la ciudad, etc. La distancia entre estos lugares de trabajo puede ser larga, y recorrerla lleva mucho tiempo. Por lo tanto, se recomienda incluir todos los períodos importantes de trabajo y desplazamiento a la hora de registrar el tiempo trabajado por el (la) campesino(a), los trabajadores familiares y los trabajadores retribuidos".

De cualquier manera, la experiencia avanza en este terreno y se observa que las instituciones nacionales de estadística recurren cada vez más a los estudios sobre utilización del tiempo para cuantificar el trabajo no retribuido y otras categorías, con el fin de reflejar su valor en el Sistema de Cuentas Nacionales.

4.1.6 Estudios sobre manejo de recursos naturales y deterioro del medio ambiente

Frente al deterioro universal del medio ambiente sintetizado en lo que se denomina "Cambio Global" (reducción de la capa de ozono, calentamiento general del planeta y pérdida de la biodiversidad), las investigaciones y los planes de acción han proliferado alrededor del mundo. Sus objetivos, cobertura y metodología son muy variados. En lo que concierne a los temas tratados en este documento, basta mencionar los esfuerzos que se están realizando para la generación de información sobre el aprovechamiento de los recursos maderables y no maderables, especialmente cuando éstos son un complemento de las actividades agropecuarias de subsistencia.

4.2 LOS CENSOS AGROPECUARIOS


4.2.1 Definición de los objetivos y alcance del censo
4.2.2 Diseño del cuestionario
4.2.3 Plan de tabulaciones
4.2.4 Publicidad del censo y solicitud de colaboración a informantes
4.2.5 Unidad de enumeración y cobertura
4.2.6 Diseño de muestreo
4.2.7 Selección del personal
4.2.8 La instrucción y capacitación de los encuestadores
4.2.9 Instrucción y capacitación de supervisores
4.2.10 Informante adecuado
4.2.11 Censo piloto
4.2.12 Tratamiento de la información
4.2.13 Presentación de los datos
4.2.14 Modos de divulgación

Los censos agropecuarios recaban datos sobre las explotaciones agropecuarias que en general se centran en la producción: cosechas, ganado e insumos agrícolas. En muchos países, los recursos humanos se ignoran completamente; en otros, únicamente los consideran de forma marginal. En efecto tan sólo en algunas naciones se diseñan cuestionarios que incluyen preguntas detalladas sobre los miembros del hogar y la mano de obra contratada.

El alcance y objetivo de los censos varían con el paso del tiempo y de un país a otro y a menudo, incluso al interior de un mismo país, cambian según las necesidades nacionales o las recomendaciones internacionales.

En 1995 la FAO, en su Programa Mundial para los Censos Agrícolas del año 2000, mostró su preocupación por la cobertura universal y manifestó su interés por las actividades de los miembros de los hogares que cuentan con una unidad agrícola productiva[53]. Esta nueva perspectiva, seguramente marcará un viraje en la historia de los censos agropecuarios; el énfasis que se otorgaba a la producción y a los factores productivos, diferentes a la fuerza de trabajo, no dejaban mucho espacio para la captación de datos relativos a la mano de obra involucrada en los procesos productivos agrícolas[54]. Por lo tanto la información obtenida y registrada sobre la cantidad y las características de la mano de obra era extremadamente reducida.

Otra limitación frecuente de los censos agropecuarios es la exclusión de las pequeñas explotaciones, dentro de las cuales la participación de la mujer y la familia es particularmente importante. Ello obedece por una parte, a razones técnicas y por la otra, a los objetivos mismos de los censos agropecuarios. Ignorar a las pequeñas unidades reduce los costos y hace que la enumeración del censo sea menos compleja. En el pasado el objetivo principal apuntaba a descifrar las características de las grandes unidades, en las cuales se concentra la producción. Sin embargo, desde que la pobreza, la inseguridad alimentaria y la degradación del medio ambiente son consideradas como áreas de atención prioritaria, se torna imprescindible conocer, mediante métodos apropiados, las características, la lógica y las funciones de la población femenina y masculina cuya subsistencia depende de la producción de sus explotaciones agropecuarias.

En algunos países, las explotaciones ubicadas en las áreas urbanas y/o aquellas cuyo tamaño es inferior a limite establecido (definido subjetivamente) suelen excluirse de la enumeración. Si bien las dificultades prácticas que supone su identificación y la escasez de recursos económicos son dos de las causas de semejante omisión, la explicación profunda se encuentra en el predominio de una concepción de país desarrollado. En efecto, en las naciones desarrolladas estas explotaciones no representan un aporte significativo a la producción agrícola global y por lo tanto, constituyen actividades "menores" o "secundarias". Sin embargo, es importante considerar que:

La solución que adopte cada país dependerá de su infraestructura estadística y de los recursos financieros con que cuente. Los caminos posibles son:

- Utilizar, dentro del mismo censo agropecuario, cuestionarios diferenciados, uno para las pequeñas explotaciones y otro para las medianas y grandes;

- Diseñar una muestra probabilística, dentro del propio censo agropecuario, para recabar la información de las unidades pequeñas;

- Realizar encuestas agropecuarias y de empleo rural con muestreo probabilístico, tomando al censo agropecuario sólo como marco muestral, con el objetivo específico de recolectar información más detallada de las explotaciones pequeñas.

Sin importar el método, lo esencial es no ignorar las pequeñas unidades, y las mujeres, los niños, jóvenes y ancianos que trabajan en ellas. Es oportuno recordar que para garantizar la generación de una información con perspectiva de género se debe hacer un seguimiento en todas las etapas que intervienen en el proceso. El censo es una gran empresa que debe emprenderse sólo cuando se tiene la certeza de que su realización total es posible. Para tomar la decisión de llevarlo a cabo deberá contarse con un marco legal que identifique a la institución que lo realizará especificando sus atribuciones y responsabilidades, contar con el presupuesto claro y asegurar las fuentes de financiamiento. En los primeros capítulos se mencionó la conveniencia de que los usuarios participen en algunas etapas. Además de las ventajas técnicas que ello representa, también sirve para obtener su apoyo en la consecución de los fondos necesarios para un proyecto tan complejo. Una vez tomada la decisión de levantar el censo, los equipos de trabajo se forman bajo una coordinación general. Cada grupo debe asumir tareas específicas claramente definidas en las siguientes áreas:

Los diferentes equipos deben desarrollar un sinnúmero de tareas. Aquí se hace sólo una mención general de las más sobresalientes[55]. Más adelante se proporcionan los detalles de aquéllas que pueden tener una gran incidencia en la aplicación del enfoque de género.

El equipo de diseño parte de la revisión de los objetivos del censo y de su alcance y define si es necesario un muestreo. Desarrolla los instrumentos de captación, los manuales de instrucción y materiales para la capacitación, las tabulaciones y formatos para la presentación de datos. Define los criterios de validación de los datos recabados y revisa los criterios de clasificación y agrupamiento de variables.

El equipo administrativo es responsable de la elaboración del presupuesto y de la logística con miras a garantizar el suministro oportuno de los recursos materiales y financieros a todas las unidades operativas que intervienen en el censo. Se encarga además, del control del presupuesto.

El equipo de trabajo de campo participa desde la elaboración o revisión de la cartografía hasta el levantamiento de las encuestas. Coordina la capacitación de los supervisores y encuestadores, en colaboración con el equipo de diseño conceptual. Define las rutas críticas para el levantamiento, lo ejecuta y realiza la supervisión. Controla la documentación de todo el material utilizado y si se requiere, define el marco muestral en campo, siguiendo los lineamientos definidos por el equipo de muestreo.

El equipo de procesamiento de datos diseña los programas de captación y validación y ejecuta la compilación de la información recabada en función del diseño elaborado por el equipo conceptual. Participa desde el diseño del cuestionario y los formatos de control, como el equipo de trabajo de campo, para asegurar la obtención de un formato que facilite la labor de ambos equipos y se eviten errores en la recolección de los datos, en su compilación y procesamiento.

Al equipo de comunicación social le corresponden dos tareas fundamentales: sensibilizar a los informantes para lograr su cooperación y disminuir sesgos y difundir los resultados más relevantes a nivel del público en general.

A continuación se comentan, de manera general, los aspectos más relevantes en los cuales incide la incorporación del enfoque de "género" en la realización del censo, los cuales se explican en los acápites subsiguientes.

- La planificación y preparación del censo

- El trabajo de campo

- El tratamiento de la información

- La presentación y divulgación de los resultados

Estas etapas a su vez se componen de las siguientes fases, entre otras:

4.2.1 Definición de los objetivos y alcance del censo

La adopción de una perspectiva de género supone la inclusión de nuevos temas o el seguimiento de las directrices y recomendaciones internacionales. Además, para que la recolección de datos permita la medición efectiva del trabajo, capacidades y acceso de mujeres y hombres a los recursos, es fundamental que haya una discusión y se verifique un acuerdo previo. Ello debe tener lugar durante el proceso de fijación de objetivos y de planificación de las operaciones del censo.

Se deben, ante todo, identificar las necesidades en materia de datos y definir claramente los objetivos y el alcance del censo, respetando los intereses específicos y las preocupaciones de las políticas de los países. En esta etapa es indispensable examinar los estudios y las encuestas que realizan otros centros, con el fin de evitar la duplicación de esfuerzos, asegurar la coherencia de conceptos y definiciones y asentar la base de un sistema integrado de estadísticas agropecuarias.

Los objetivos del censo agropecuario son, en síntesis:

4.2.2 Diseño del cuestionario

La calidad de las estadísticas con perspectiva de género depende de la bondad del cuestionario. De hecho, si el diseño de los formularios no ha sido apropiado, los conceptos y definiciones adoptados, el orden de las preguntas, el modo de formularlas el lenguaje empleado pueden influir en las respuestas, e incluso, conducir a sesgos y errores. En gran parte, la credibilidad y pertinencia de las respuestas depende de esta etapa.

La inclusión de la perspectiva de género se puede lograr a través de la revisión de conceptos y definiciones, la reformulación de las preguntas incluidas en el cuestionario y el examen de los métodos y procedimientos operativos adoptados. Con frecuencia, todo intento por captar los temas relativos al género es eliminado de antemano argumentando el riesgo de la repetitividad o de caer cuestionarios demasiado largos ante la necesidad de incluir demasiadas preguntas. En realidad, rara vez es necesario agregar nuevas preguntas.

Para el diseño del cuestionario es esencial la colaboración de los distintos grupos de usuarios. La constitución de un comité asesor compuesto por personas sensibles a la temática de género sería valiosa. Sus miembros deben tener plena conciencia de lo que es posible captar a través de un censo o una encuesta, además de conocer cuál es el uso analítico que se le puede dar a la información estadística. El comité puede ayudar a aclarar conceptos, argumentar su importancia y superar la típica resistencia de introducir un enfoque de género.

Tradicionalmente, las definiciones y los conceptos estadísticos son elaborados sin considerar en absoluto las particularidades de género y en general, suelen pasar por alto los aspectos esenciales para determinar la situación de la mujer. En los últimos años una buena parte de los esfuerzos internacionales orientados a mejorar la calidad y cobertura de las estadísticas desde el enfoque de género se centraron en la revisión de las definiciones-tipo, sobre todo para el empleo[56]. Estos conceptos y definiciones fueron elaborados por especialistas en diversas materias (estadísticas económicas, empleo, demográficas, etc.) basándose en la experiencia directa de los institutos nacionales de estadística, en los resultados de investigaciones específicas y en estudios de caso. Dichas fuentes ayudaron a mejorar considerablemente la medición de los aspectos relacionados con la realidad de mujeres y hombres. En la medida de lo posible, se sugiere que países adopten las recomendaciones internacionales, porque permite la posibilidad de efectuar comparaciones y de incluir en las bases de datos de los organismos internacionales la información actualizada de cada país.

En el diseño del cuestionario se deben evitar en la medida de lo posible los sesgos más conocidos. Algunas de las causas típicas de error son[57]:

Definiciones y conceptos inadecuados que no reflejan de modo apropiado las diferentes realidades de mujeres y hombres en las áreas rurales (por ejemplo la definición del jefe de familia, titular de la explotación, actividad económica, etc.).

Formulación errada de preguntas. Un caso típico es la pregunta relativa al trabajo en la explotación. A menudo ésta se formula tan erróneamente que el trabajo que se concibe sólo como el ejercicio de una actividad regular y retribuida. Es precisamente de esta forma que un gran número de mujeres quedan excluidas del registro.

Selección equivocada del entrevistado. El entrevistado no puede informar correctamente sobre otras personas que pertenecen a la misma explotación o sobre los trabajadores de la misma. Por ejemplo, en ocasiones los hombres pueden argumentar que las mujeres en la explotación no son económicamente activas.

Error en la selección de los encuestadores. Debido a prejuicios, a una formación insuficiente o por simple negligencia, los encuestadores pueden introducir sesgos y valores personales al formular las preguntas, etc.

Problemas de comunicación. Los entrevistados no entienden el contenido del cuestionario o el lenguaje en que está redactado. Esto sucede, sobre todo cuando se entrevista a una mujer, cuando se formulan preguntas demasiado técnicas o se emplea una terminología compleja.

Ocultamiento de la verdad. Los entrevistados ocultan deliberadamente la verdad para responder de un modo socialmente aceptable o por temores o sospechas sobre el propósito de la pregunta. Esto ocurre, por ejemplo, cuando los hombres ocultan deliberadamente el hecho de que sus esposas trabajan en la explotación.


Marco conceptual

La primera fase en la formulación de un cuestionario consiste en la identificación y especificación de los conceptos y definiciones. Esta etapa es de máxima importancia para medir el trabajo de las mujeres y de los hombres en las explotaciones, sus características socioeconómicas y su acceso a los recursos. Tales aspectos fueron examinados detalladamente en los capítulos precedentes, en donde se demostró cómo la adopción de definiciones inadecuadas puede conducir, entre otras, a una subestimación del trabajo de la mujer y de los hogares encabezados por mujeres.

Los conceptos deben traducirse en preguntas concretas y para ello los pasos a seguir son los siguientes:

- Identificar conceptos/temas por examinar en base a los objetivos/alcance del censo;

- Determinar el modo de aplicación práctico de la definición y especificar los detalles de los criterios que se adoptarán;

- Especificar criterios de clasificación de las opciones posibles. Existen recomendaciones internacionales para las categorías principales, pero siempre es aconsejable que se adapten a las circunstancias específicas de cada país.

Todos los elementos, conceptos, definiciones y criterios para su aplicación deberán reflejarse en el cuestionario. Este debe ser lo más autosuficiente posible, pero es importante no recargarlo de instrucciones. Los manuales no están destinados a solucionar los problemas de un cuestionario mal elaborado; son solamente herramientas de asistencia para resolver las situaciones atípicas, evitar prejuicios durante el censo y apoyar la instrucción y capacitación de encuestadores y supervisores. Es conveniente ilustrar las situaciones con ejemplos para asegurar la correcta interpretación de los conceptos adoptados.

Uno de los mayores problemas del cuestionario es que, en general, se subestima la complejidad de su diseño. Dentro de la programación de todo el operativo censal se asigna poco tiempo y recursos a esta actividad, sin pensar que un mal cuestionario anula todos los esfuerzos realizados en las otras etapas.

Por la diversidad de situaciones que se pueden presentar en los distintos países, no se puede proponer el diseño de un cuestionario modelo. Los encargados de la elaboración del cuestionario, deberán revisar las experiencias anteriores en el ámbito nacional e internacional y en particular, de aquellos países que sean similares y sobre todo, ellos deberán efectuar pruebas en el terreno.

Para obtener estadísticas con perspectiva de género, el diseño del cuestionario debe seguir absolutamente las dos recomendaciones siguientes: 1) el registro de datos de identificación que permitan distinguir a las pequeñas unidades de producción ligadas a un hogar y 2) la identificación efectiva de productoras y productores.

Formulación de las preguntas

Es necesario conceder una atención especial a la formulación de las preguntas ya que los prejuicios existentes con relación a variados temas pueden conducir a respuestas erróneas. La formulación inadecuada de las preguntas e instrucciones de aplicación puede llevar a malentendidos por parte de los entrevistados. Además hay que tener presente que la percepción de los entrevistadores concerniente a las distintas problemáticas, como por ejemplo aquellas vinculadas con la perspectiva de género, también puede ser el origen de sesgos importantes.

Se deben adoptar todas las precauciones necesarias para evitar que las preguntas induzcan la respuesta. Cuando se sabe donde están los sesgos, se pueden corregir las respuestas viciadas, a través de la reformulación de las preguntas. En ocasiones, se deberán añadir otras preguntas-filtro que permitan recuperar la información que pudo haberse perdido en el primer intento.

En los capítulos precedentes se discutió acerca de los principales sesgos. Las mujeres tienden a considerarse a sí mismas como amas de casa, subestimando el tipo de trabajo económico que realizan. Esto es particularmente cierto en la agricultura, donde las campesinas suelen realizar trabajos no retribuidos en la explotación familiar. Las actividades económicas, como plantar, cosechar o desgranar, son vistas como tareas domésticas sólo porque el concepto de trabajo se percibe como un "empleo retribuido". Además, por lo general los hombres, en diferentes contextos sociales, son reacios a admitir que sus mujeres e hijas trabajan, por las implicaciones que ello supone para su posición social. Se parte del supuesto de que el hombre es quien gana el pan de la familia y hasta los encuestadores, particularmente cuando son hombres, con frecuencia se inclinan a clasificar a las mujeres como amas de casa.

Es indispensable prestar una atención especial al uso de ciertas "palabras-clave". En efecto, en variadas ocasiones las palabras-concepto son susceptibles de interpretaciones equivocadas. Por ejemplo en preguntas como "¿Está usted trabajando como...?", o "¿Cuál es su principal actividad?", la palabra "trabajo" suele asociarse erróneamente a "empleo retribuido". Los estudios revelan que la medición de la actividad de la mujer varía en función de la palabra-clave utilizada en la pregunta. Así, la interrogación: "¿Ha trabajado usted en una explotación?", podría ser reemplazada por "¿Ha hecho usted alguna de estas actividades: criar aves de corral, deshierbar, sembrar, cosechar, etc.?"[58].

Lenguaje empleado

El lenguaje empleado en los cuestionarios influye en las respuestas. Algunos términos son susceptibles de interpretaciones erradas o pueden implicar prejuicios en materia de género. Por ejemplo, la palabra "horas/hombre" tiende a asociarse con los hombres, mientras que "ama de casa" se vincula automáticamente a una mujer en el hogar. Incluso algunos términos más neutrales en materia de género, como "jefe del hogar" suelen asociarse a los hombres, debido a las percepciones comunes sobre la asignación de papeles según género. Con mayor o menor dificultad[59] se pueden encontrar términos neutrales como "horas/persona", "quehaceres domésticos" o "cabeza del hogar".

En los países en que mujeres y hombres tienen distinto acceso a la educación y la capacitación, las mujeres suelen estar en posición de desventaja cuando se emplea un lenguaje difícil. En estos países, sobre todo en las áreas rurales, la mujer tiene muy pocas oportunidades de mantener contactos públicos, presenta mayores índices de analfabetismo que los hombres, está más aislada y tiene menos oportunidades para viajar, relacionarse con los medios de información y acceder a servicios de capacitación. Es evidente que dentro de este contexto, ellas tienen mayores dificultades para familiarizarse con términos ajenos a su realidad. Por otra parte, el empleo de expresiones técnicas es inadecuado para dialogar con personas poco familiarizadas con las encuestas.

En algunos países, en especial en las áreas rurales, las lenguas indígenas tienen una mayor difusión que la lengua oficial. Las mujeres son aquellas que presentan el mayor grado de monolingüismo y por lo tanto, es más difícil comunicarse con ellas en el idioma oficial. Los planificadores del censo deben tener presente esta situación y en el caso de que no se cuente con los recursos necesarios para traducir el material, deberán reclutar encuestadores bilingües capaces de adaptar las preguntas, sin introducir sesgos.

En los países donde se habla más de un idioma, lo ideal sería disponer de una versión del cuestionario en todas las lenguas. El personal del censo, deberá examinar atentamente la traducción para garantizar que las palabras utilizadas en cada idioma sean neutrales en materia de género. Si se considera oportuno se podrá acudir a un lingüista.

Códigos de identificación en el cuestionario

Como se mencionó en el capítulo 3, los códigos de identificación deben permitir la ubicación de cada explotación y en caso de asociación con uno, dos o más hogares, poder relacionar posteriormente, de manera inequívoca, la información del hogar (u hogares) con la explotación correspondiente, y viceversa. El registro de identificación debe contenercuatro secciones:

A continuación se ilustra la forma como se deberían registrar los diferentes casos que se pueden presentar.

De esta manera, al contar con registros únicos, se pueden establecer las relaciones de manera inequívoca entre hogares y explotaciones.

a) Hogar con la administración de más de una explotación agrícola;


Código de Explotación

Tipo de Explotación

Código de Hogar

u. geográfica

e

1 o 3

h

u. geográfica

e + 1

1 o 3

h

b) Una explotación administrada por dos o más personas de hogares diferentes;


Código de Explotación

Tipo de Explotación

Código de Hogar

u. geográfica

e

1 o 3

h

u. geográfica

e + 1

1 o 3

h + 1

c) Un hogar solamente con una explotación, administrada por personas de un solo hogar;


Código de Explotación

Tipo de Explotación

Código de Hogar

u. geográfica

e

1 o 3

h

d) Explotación organizada como empresa, manejada por un administrador contratado, sin relación con hogar alguno.


Código de Explotación

Tipo de Explotación

Código de Hogar

u. geográfica

e

2

0


Identificación del productor

En el capítulo 3 se discutió ampliamente el concepto de "productor" y sus limitaciones desde la perspectiva de género. Concretamente, el productor o la productora es la persona que toma las decisiones trascendentales en la unidad productiva. En una explotación puede haber más de una persona que asuma tales responsabilidades.

Los mayores obstáculos se encuentran en las pequeñas unidades: dificultades para identificarlas como unidades productivas y problemas para ubicar a los verdaderos responsables para no correr el riesgo de omitir a las mujeres. De esta forma, el primer paso es determinar si un hogar tiene al menos una explotación agropecuaria; en algunos casos ello puede ser evidente, pero en otros se requerirán preguntas de verificación.

Se hará referencia al período en que toda unidad agropecuaria operacional (que no haya sido abandonada) tuvo una actividad. Esto variará según el país. Por ejemplo, en América Latina un lapso de 6 meses es más que suficiente. Por más de que la gente migre temporalmente, el período de 6 meses registrará alguna de las épocas de intensa actividad, como la siembra o la cosecha. Por ejemplo, en la Encuesta Nacional de Empleo Rural en México se pregunta:

Durante los últimos 6 meses, es decir de ______________________________
a _____________________________________________

(Lea todas las opciones y marque las respuestas, sabiendo que pueden ser múltiples)

1. ( ) ¿Cultivó tierras y/o participó en actividades agrícolas?

2. ( ) ¿Se dedicó a la cría y/o cuidado de animales[60]?

3. ( ) ¿Se dedicó a la caza y/o a la pesca?

4. ( ) ¿Se dedicó a la recolección de productos vegetales y/o actividades forestales?

5. ( ) Ninguna de las opciones anteriores

Una pregunta de este tipo sirve para verificar si algunos de los miembros del hogar están ligados a una explotación agropecuaria (ésta puede ser adaptada en función del contexto). En caso de que la respuesta sea negativa para todos, la entrevista termina ahí; en cambio si al menos una de las respuestas es afirmativa se entiende que existe una explotación y por lo tanto, hay que proseguir con el cuestionario.

Para asegurar que los responsables de la producción sean efectivamente registrados, se recomienda seguir el procedimiento que se menciona a continuación:

1. Después de haber constatado que el hogar está ligado a una unidad productiva, se debe registrar a todos los miembros del mismo. El procedimiento a seguir puede ser el que se usa comúnmente en las encuestas a hogares, es decir identificar a "un(a) jefe(a) o cabeza de hogar" reconocido por los otros miembros[61], registrarlo y hacer lo mismo con todos los miembros señalando las relaciones de parentesco, el sexo y la edad.

2. Al concluir el registro de todas las personas, se puede proseguir con una secuencia de preguntas aplicables sólo a las personas mayores de cierta edad. Si bien el límite puede variar de una sociedad a otra, lo importante es que tenga la edad suficiente para tomar las decisiones necesarias para la realización de la actividad productiva. Las preguntas deberán referirse a la toma de decisiones específicas, como: ¿...decide qué es lo que se debe sembrar?, ¿...decide qué animales criar?, ¿...decide cuánto y cuándo se debe vender?, etc.

Hay que evaluar cuáles son las preguntas más apropiadas para cada situación. De esta manera, primero se detectarán quiénes son los (las) responsables, los (las) que toman las decisiones importantes, es decir, quiénes son los (las) productores(as). Una vez identificadas estas personas, el entrevistador debe tener claro que es a ellas a quienes debe dirigir las preguntas sobre la producción (los datos sobre el sexo y la edad ya fueron recabados).

Es probable que se haya identificado a más de una persona como responsable de la explotación, visto que cada individuo puede estar especializado en un tipo de producción o ser copartícipe en la toma de decisiones de las diferentes actividades. En estos casos debe captarse toda la información sin omitir ningún detalle. Los datos serán sin lugar a dudas más confiables si es el responsable de la actividad quien los suministra. Por ejemplo, si la mujer se encarga de las aves y el hombre de los cultivos, lo ideal es que cada uno provea la información relativa a su área.

4.2.3 Plan de tabulaciones

Una de las reglas fundamentales de un censo es que el plan básico de tabulaciones esté listo antes del inicio del trabajo de campo. Esto resulta especialmente importante cuando se trata de explorar nuevas ideas y adoptar procedimientos alternativos, como suele ocurrir en la producción de estadísticas con enfoque de género. Una atenta preparación del plan de tabulaciones asegura, por un lado, que ninguna pregunta importante quede fuera del cuestionario y por el otro, que no se formulen preguntas inútiles. Una pregunta inutilizable a causa de una formulación inapropiada imposibilita la construcción de un concepto o la obtención de respuestas relevantes. En cualquier caso, ello implica un despilfarro enorme de recursos. En la realización del "censo piloto" se deben incluir las tabulaciones básicas que permiten la evaluación de una parte del cuestionario.

Para analizar los aspectos relativos al género, el simple conocimiento del porcentaje de mujeres titulares y mujeres cabezas de familia es insuficiente. El conocimiento de las necesidades y la contribución de mujeres y hombres a la agricultura exige un análisis con perspectiva de género de todos los aspectos importantes relativos a la producción y al acceso a los recursos. Es así como, en el caso de "hogares" además de la variable sexo, se considerarán las características de los titulares para las explotaciones, las de los jefes de hogar y sus miembros y las de los trabajadores de las explotaciones para los individuos. El sexo no esuna variable separada o adicional; ésta forma parte de las características indispensables para definir las explotaciones en diferentes contextos y para el cruce de tabulaciones con entrada múltiple.

La presentación final de la información se retoma en la última sección de este capítulo. Aquí sólo se quería aclarar y enfatizar que el diseño de las tabulaciones debe estar integrado al del cuestionario. No es una actividad posterior.

4.2.4 Publicidad del censo y solicitud de colaboración a informantes

En cada país, el Instituto Nacional de Estadística o el organismo designado para efectuar el censo agropecuario suele tener su propia política para anunciarlo y darlo a conocer. La cuestión consiste en saber cómo alertar a la opinión pública y sensibilizar a los entrevistados potenciales acerca de la importancia de una medición adecuada del trabajo de la mujer. Se trata de luchar en contra de estereotipos y prejuicios discriminadores. Se pueden utilizar carteles, anuncios de TV y radio, prensa u otros medios de publicidad para explicar los objetivos del censo e ilustrar los distintos trabajos que la mujer desempeña en la producción agrícola, tanto en las áreas rurales como en las urbanas. Esta labor debe ser realizada por profesionales de la comunicación teniendo presente y respetando las preocupaciones, necesidades y prioridades de los diseñadores del censo.

En las campañas de publicidad y sensibilización hay que tener en cuenta que las mujeres tienen poco acceso a los medios de información, que el analfabetismo es mayor en las mujeres que en los hombres y que éstas tienen menos contacto público. Varias de las opciones posibles son el uso de material gráfico y visual (carteles con imágenes con las que puedan identificarse), su difusión en los lugares de mayor afluencia femenina (terminales de autobuses, mercados, clínicas de salud, escuelas de los hijos), programas de radio especialmente orientados hacia ellas etc. Las organizaciones de base y los grupos de mujeres pueden tomar parte en la divulgación de los mensajes.

4.2.5 Unidad de enumeración y cobertura

La unidad de enumeración que se recomienda para los censos agropecuarios es la explotación agropecuaria. Lo ideal es que los censos cubran todas las explotaciones (rurales y urbanas). La inclusión de las pequeñas unidades, mayoritarias en los países subdesarrollados, es esencial ya que en ellas se concentran las mujeres agricultoras que se dedican, principalmente, a la producción para el consumo del hogar. Otro aspecto importante es la existencia de las explotaciones múltiples. Cuando miembros de un mismo hogar manejan distintas explotaciones, cada una de éstas debe ser considerada como una unidad estadística aparte, aunque a veces existan dificultades para diferenciarlas. Esto permite, en parte, evitar la omisión de mujeres productoras (ver capítulo 3). Todas las explotaciones que contribuyen a la producción global de alimentos deberán ser registradas.

Cuando se cuenta con un registro agropecuario completo y actualizado, se dispone de un excelente marco para el censo ya que los datos básicos de las explotaciones han sido consignados. Lamentablemente, un registro agrícola con estas características suele ser muy costoso y supone la existencia de sistemas administrativos y estadísticos altamente desarrollados, en general presentes sólo en naciones ricas. En algunos países de América Latina pueden existir registros de las explotaciones grandes únicamente, a excepción de Cuba que registra todas las explotaciones.

Los errores de cobertura con frecuencia son el resultado de un marco inadecuado del censo: registro agrícola del país incompleto, censo de población desactualizado, etc. La valoración de estos errores y su impacto sobre la calidad de los datos es una tarea muy difícil, dado que requiere una información ajena al mismo.

4.2.6 Diseño de muestreo

Si no existen registros agrícolas, la elaboración del marco de muestreo se basa en los resultados de los censos de población. Su preparación condiciona fuertemente la enumeración de las pequeñas explotaciones y las unidades de subsistencia. Sólo teniendo un buen marco de muestreo se puede garantizar la obtención de una muestra probabilística que permita hacer mediciones confiables de los problemas críticos de género en el sector agrícola.

Cuando no se pueden utilizar ni los registros, ni los resultados de los censos de población, entonces la enumeración se llevará a cabo sobre la base de las áreas geográficas o las listas de aldeas y localidades. En este caso, todas las explotaciones de todas las localidades o aldeas deben ser identificadas por el encuestador, ya sea visitando cada hogar o entrevistando a las autoridades locales que, se supone, conocen a toda la gente de su área.

En algunos países que carecen de recursos o enfrentan otras limitaciones en el sistema estadístico nacional, la información agropecuaria se obtiene utilizando un muestreo probabilístico ante la imposibilidad de efectuar un recorrido exhaustivo para elaborar el marco de muestreo. En esos casos el diseño de muestreo se construirá en dos etapas:

En la primera, se divide el territorio nacional en áreas geográficas que se enumeran y sobre estas áreas se realiza una selección inicial;

En la segunda etapa, se realiza un recorrido completo de las áreas ya escogidas para numerar las explotaciones y efectuar la selección de las unidades que se van a entrevistar, o bien, se definen sub-áreas para hacer una segunda selección, y sólo sobre las últimas elegidas se hace el listado para la selección definitiva de unidades productivas donde se aplica el cuestionario.

El diseño de la muestra y el control del levantamiento del marco de muestreo en el terreno deberá estar a cargo de un profesional en muestreo, quien tendrá que realizar el trabajo de acuerdo con los objetivos fijados por el equipo encargado del diseño completo del proyecto.

En el diseño del muestreo hay que prestar una atención especial a los factores que afectan las actividades de mujeres y hombres, tales como:

1. Estacionalidad del trabajo. La estacionalidad típica de la actividad agropecuaria, a menudo facilita que las muestras excluyan las explotaciones que operan temporalmente. Para examinar todos los tipos de trabajos temporales, realizados en particular por las mujeres, conviene hacer un muestreo rotativo, cubriendo plazos mensuales, trimestrales o estacionales. Si ésto no es factible, se hacen preguntas retroactivas: la información será útil pero de menor calidad.

2. Diferencias geográficas. Las disparidades en materia de género pueden, igualmente, ser examinadas según la estratificación geográfica. Dado que mujeres y hombres suelen trabajar en distintos tipos de producción agrícola, no hay que olvidar que algunas actividades pueden escasear en ciertas áreas y abundar en otras. En consecuencia, en ocasiones el diseño de la muestra debe garantizar la cobertura de determinadas áreas, con el fin de asegurar la inclusión del mayor número de actividades, requisito indispensable de un muestreo adecuado.

3. Tamaño de la explotación. Visto que las mujeres representan una proporción alta de los titulares de las pequeñas explotaciones, en general tratadas de manera superficial o ignoradas por las estadísticas, podría ser necesario, como en el caso anterior, el diseño de la muestra que garantice la cobertura de esas explotaciones. Las técnicas de muestreo actuales permiten que la representatividad estadística de la muestra se mantenga.

4.2.7 Selección del personal

Los equipos encargados de las estadísticas agropecuarias suelen estar formados sólo por hombres, ya sea porque hay pocas mujeres con experiencia estadística o debido a prejuicios de género que tienden a asociar la agricultura y otras disciplinas afines al dominio masculino. No obstante, es fundamental que las mujeres participen en los equipos directivos, técnicos y de trabajo de campo. Aún si es probable que las mujeres tengan mayor conciencia de la temática de género, es importante que las actividades de formación y sensibilización también estén dirigidas a ellas. Es posible que el nivel de asimilación de las mujeres sea mayor, porque se harán reflexiones sobre situaciones que tal vez ellas mismas han experimentado o de las cuales han sido testigos.

La interacción entre encuestador y entrevistado también es esencial para lograr el éxito de la operación. Los encuestadores -hombres y mujeres- deben saber comunicarse con facilidad con los entrevistados -hombres y mujeres-, conocer las características culturales que pueden influir en sus respuestas y tener la capacidad de detectar los "estereotipos" que pueden dar lugar a prejuicios. En ocasiones, cuando es una mujer quien realiza la encuesta, el entrevistado puede suministrar información errónea deliberadamente, como un acto de rechazo. Lo ideal es que las entrevistadoras cuenten con los conocimientos básicos de agricultura que les permitan captar la información falsa y que mediante un comentario prudente transformen en broma la respuesta inicial, se granjeen el respeto del entrevistado y obtengan la información correcta. Los hombres deben ser respetuosos, en especial cuando entrevisten a mujeres.

La experiencia en materia de censos de población en muchos países muestra que el sexo del encuestador no siempre es determinante para obtener buenas respuestas. En los censos agropecuarios no hay una evaluación amplia al respecto. De cualquier manera, en aquellos casos en que exista una barrera cultural que impida a las mujeres hablar libremente con los hombres, será necesario contar con mujeres y hombres encuestadores.

4.2.8 La instrucción y capacitación de los encuestadores

Una capacitación adecuada e intensiva de los encuestadores y la preparación de manuales de instrucción ayudan enormemente a reducir los prejuicios en materia de género durante la recolección de datos. Un buen programa de capacitación debe enfatizar los objetivos y las metas de los censos y crear una conciencia en el personal acerca de la importancia de su papel en la obtención de información de calidad.

Este aspecto resulta esencial cuando se abordan temáticas en las cuales, tradicionalmente, se presentan diferencias basadas en el género. Los encuestadores deben aplicar estrictamente los criterios recomendados para evitar sesgos en la información. También es necesario proporcionar instrucciones específicas sobre cómo tratar los estereotipos relativos al género. Los ejemplos sobre los conceptos y las definiciones deben ser equilibrados, con el fin de que puedan representar tanto a las mujeres como a los hombres en distintas situaciones. A veces, por el afán de rescatar la información sobre la mujer, se puede caer en el problema contrario: perder datos relativos a la situación del hombre. Como se expuso ampliamente en el segundo capítulo, un enfoque de género se dirige a examinar y entender la situación de ambos sexos de manera diferenciada, así como las interrelaciones existentes entre ellos.

Ejemplo de un marco de capacitación de encuestadores[62]

4.2.9 Instrucción y capacitación de supervisores

El trabajo de los supervisores, particularmente intensivo durante la fase de enumeración, es básico para asegurar la identificación y corrección de los errores. En el curso de la actividad de campo algunos de los estereotipos relacionados con género pueden surgir, aunque los problemas principales hayan sido tratados tanto en el diseño del cuestionario como en los manuales y los materiales de apoyo. Por lo tanto, el supervisor debe estar en capacidad de corregir las distorsiones e imprecisiones que se presenten en las primeras entrevistas evitando de esta manera, vicios a lo largo de todo el proceso.

Paralelamente, los supervisores juegan un papel esencial en la capacitación de los encuestadores: deben estimularlos a prestar una atención especial a los aspectos relativos al género y a realizar un buen trabajo. Para que puedan dar las instrucciones adecuadas, los supervisores necesitan igualmente, someterse a un intenso proceso de capacitación, en el que se incluyan sesiones dedicadas a género y estadísticas.

4.2.10 Informante adecuado

La selección de los entrevistados influye en la calidad de los datos por varios motivos:

Por otra parte, es importante consultar manuales que ilustren la técnica de la entrevista para adquirir una idea más precisa sobre lo que se debe hacer y lo que se debe evitar. Por ejemplo, una de las cosas que hay que prevenir es la presencia de otras personas durante la entrevista (especialmente si son ajenas a la explotación). En efecto, esto podría impedir la obtención de respuestas precisas y fidedignas. En síntesis, en esta sección se desea recalcar que es fundamental realizar todos los esfuerzos posibles para que cada productor suministre la información de la actividad que le compete directamente, sin la interferencia de otras personas.

4.2.11 Censo piloto

Una prueba preliminar de los instrumentos y procedimientos puede ser decisiva para evaluar su validez. Además de tantear y verificar el cuestionario, el test sirve para entrenar al personal en las labores del levantamiento de la información en el campo, corregir los manuales de instrucción y prever las necesidades de capacitación. Igualmente, con ello se somete la logística a un sondeo para determinar si la organización opera adecuadamente en todas sus instancias o si es necesario hacer cambios.

Entre la prueba preliminar y el censo real debe transcurrir un lapso razonable que permita analizar los resultados obtenidos en las tabulaciones básicas, evaluar los aspectos operativos y detectar los posibles problemas y errores para buscar una solución adecuada.

En cuanto a las estadísticas con perspectiva de género, el sondeo cobra especial importancia ahí donde los factores sociales y culturales pueden afectar la calidad de las respuestas. Las discrepancias que a menudo se presentan entre la teoría y la realidad, pueden ser identificadas por los encuestadores en la práctica. Además, es crucial hacer ensayos con las preguntas, el lenguaje empleado, el contenido del cuestionario. Por ejemplo, si bien el "no responde" y el "no corresponde" son casos que se dan con más frecuencia entre las mujeres que entre los hombres, el que se detecten grandes diferencias entre uno y otro sexo, es un indicio de que hay problemas en el cuestionario.

4.2.12 Tratamiento de la información

Entre el levantamiento de los datos en el terreno, y la publicación de los resultados existen varias tareas trascendentales que van desde la codificación, hasta la elaboración de los cuadros estadísticos. Hay que estar particularmente atento durante todas las etapas para garantizar que la perspectiva de género se conserve a lo largo de todo el proceso.

La codificación y los catálogos

Toda la información recolectada debe convertirse a números para su compilación estadística. Algunas preguntas permiten la obtención de respuestas ya pre-codificadas (selección múltiple). En cambio para las preguntas abiertas o semi-abiertas, es preciso codificar y clasificar las posibles respuestas. En la adopción, revisión o, si es necesario, reformulación de las clasificaciones, la perspectiva de género debe estar presente. Entre las opciones de respuesta, las diferencias que se den en función de género deben estar claramente señaladas.

También habría que prestar especial atención al proceso de codificación para que no se produzcan alteraciones de los datos recolectados en el campo, como por ejemplo la exclusión de las mujeres o de los hombres de determinadas categorías, basándose en convicciones personales.

Validación e imputación

Para evaluar la calidad de toda la información recopilada, es indispensable medir los porcentajes de no-respuesta total y de no-respuesta parcial. La primera puede deberse a la negativa a dar la información, la inaccesibilidad geográfica (por accidentes topográficos, inundaciones, etc.), la ausencia de personas en el momento del censo o a la no-identificación de la explotación. Los motivos deben registrarse cuidadosamente porque cada caso tiene un significado distinto en la evaluación de los resultados. La segunda en cambio, no-respuesta parcial, puede explicarse por la ausencia de un informante adecuado (la persona entrevistada sólo conoce parte de la información que se solicita) o por el ocultamiento voluntario de la información.

La validación del procesamiento de los datos y la revisión de su congruencia son fases importantes en un censo agropecuario. Los procedimientos para imputar los valores faltantes sólo se deben aplicar cuando sea estrictamente indispensable y deben basarse en criterios cuantitativos y cualitativos elaborados de acuerdo a la experiencia del país. Hay además que prestar una atención especial para evitar imputaciones o cambios erróneos derivados de estereotipos en materia de género.

Las unidades "sin repuesta" y aquellas que sí respondieron pueden diferir sistemáticamente entre ellas. Por lo tanto, es pertinente verificar si las características clasificadas por sexo son similares para unas y otras.

Los criterios de agrupamiento

Es fundamental evitar que los grandes esfuerzos realizados para utilizar clasificaciones adecuadas que contemplen las diferencias de género y para codificar la información con sumo cuidado se vean neutralizados posteriormente. En efecto es preciso garantizar que al momento de compilar la información para elaborar los cuadros, no se conformen grupos que oculten las diferencias importantes sobre género.

La presentación de los datos en grupos detallados enriquece el valor de la información. Los sistemas generales y los más específicos no son incompatibles. En efecto, para mantener una homogeneidad y para que los datos puedan ser comparables a nivel internacional y nacional (series históricas) se pueden construir grandes divisiones, mientras que contemporáneamente para análisis más minuciosos o específicos (por ejemplo con perspectiva de género), es posible definir categorías más detalladas.

4.2.13 Presentación de los datos

La presentación de los datos se debe hacer en formatos accesibles para los usuarios y adecuados a sus necesidades. Los cuadros y gráficos deben ser claros, directos y atractivos para una amplia gama de usuarios. Sólo de esta manera, las estadísticas con enfoque de género podrán ser utilizadas para abogar por la equidad de género y promover cambios orientados a mejorar la situación de la mujer.

La selección de indicadores y medidas de distribución estadística es decisiva para la interpretación correcta de los datos. Igualmente, si la información se presenta en un formato sencillo y los indicadores se explican adecuadamente, las estadísticas podrán llegar a un mayor número de personas.

Para la compilación de los cuadros y preparación de los gráficos, deben tomarse en consideración dos preguntas básicas:

Es de central importancia que cada cuadro y cada gráfico suministre al usuario una información específica. Visto que el mensaje varía en función del modo en que se exhiben los datos, hay que evitar que información esencial no pueda percibirse a causa de una presentación poco explícita.

Los cuadros y gráficos no deben estar sobrecargados de información. Todas las columnas y renglones deben estar claramente descritos y acompañados de las correspondientes notas explicativas. El grado de divulgación y utilización de la información estará directamente relacionado con la claridad de la presentación de los datos.

En general, una buena regla es la de presentar en un mismo cuadro los datos relativos a la mujer y al hombre; separarlos dificulta la labor de comparación y le resta coherencia al enfoque de género. Si por ejemplo toda la información no cabe en una hoja, se podrán utilizar criterios geográficos o temporales para hacer diferentes cuadros, antes que dividir los datos de hombres y mujeres.

Para que el usuario tenga más libertad en el análisis, es conveniente expresar todos los valores en cifras absolutas. Sin embargo en ocasiones es necesario presentar porcentajes. En estos casos hay que indicar el universo respecto al cual se efectuó el cálculo (cuál es el 100%). Se puede mostrar la composición por sexo de una categoría dada o expresar el porcentaje de mujeres con determinada característica con relación al total de mujeres y el porcentaje de los hombres con determinada característica con relación al total de hombres. En la presentación de las estadísticas sobre género, los dos tipos de información pueden resultar útiles para proyectar un panorama completo de la situación. Es importante decidir cuál es la presentación más apropiada e incluir los comentarios técnicos indispensables para la comprensión del cuadro y para la realización de un análisis correcto.

Al respecto, Lourdes Ferrán propone lo siguiente:

Además de los cuadros con dos o más variables cruzadas, en números absolutos o en porcentajes, se pueden publicar otros indicadores. Estos pueden ser las tasas (o sea la proporción de personas que tiene un atributo determinado respecto a su propia población) como por ejemplo la tasa de actividad femenina (proporción de mujeres que trabaja, respecto al total de mujeres) u otras estadísticas o indicadores, como por ejemplo la relación entre consumidores y productores por hogar, según el sexo de la cabeza de familia.

Por otra parte, gracias a los métodos modernos para el procesamiento de los datos se puede explotar la información con mayor profundidad. Existe la posibilidad de formar sub-archivos para crear categorías de explotaciones dirigidas por mujeres según distintas variables (estado civil, edad, etc.). Luego, a partir de tales categorías se efectúan los tabulados en función de otras variables importantes (tamaño de la explotación, uso de recursos, etc.).

Los sub-archivos se pueden construir a partir de criterios socioculturales (étnicos, religiosos etc.) si existen diferencias significativas originadas por esos atributos en un mismo país. El sexo puede ser un criterio de definición del subgrupo o una variable constante para todas las tabulaciones. La conformación de subgrupos obedecerá a los objetivos del análisis. Por ejemplo, para examinar el sector informal agrícola y la agricultura de subsistencia, los grupos se pueden clasificar en función de las tipologías propuestas en el capítulo 3: a) viables, b) potencialmente viables y c) no viables. Otra agrupación puede ser: a) autosostenibles y b) dependientes de transferencias.

Los medios magnéticos permiten suministrar los datos en bruto (no compilada), para usuarios especializados. Para salvaguardar la confidencialidad de la información es suficiente ocultar los datos de identificación individualizada que facilitarían el reconocimiento de las unidades registradas y desgloses muy detallados en variables poco frecuentes.

4.2.14 Modos de divulgación

Una gran cantidad de los datos producidos en el terreno no es analizada, ni tampoco llega a las manos de los usuarios interesados. Una parte importante de la información relativa a los recursos humanos, ya incluida en los censos agropecuarios, sólo se presenta ocasionalmente en las publicaciones y, por lo tanto, rara vez es utilizada.

Los generadores de información estadística deben interesarse por el modo en que se realiza la divulgación de los datos y colaborar con los representantes de los grupos de usuarios para valorar las demandas de éstos, adaptar los productos y servicios a sus necesidades y contribuir a la difusión y utilización de las estadísticas entre las instituciones académicas, gubernamentales y las ONG.

Hay que prestar una atención particular a la manera cómo las estadísticas llegan a las instancias ejecutivas (ministerios, planificadores y otros organismos que diseñan y ponen en práctica las políticas) ya que éstas son un instrumento indispensable para formular políticas y planes de desarrollo. Igualmente los datos registrados por los censos son indispensables para promover transformaciones determinantes en la agricultura y el desarrollo rural sostenible, entre otras, y para hacer su seguimiento y evaluación.

Las estadísticas e indicadores construidos a partir de los censos son fundamentales para conocer y analizar aspectos de vital importancia para los países, tales como la pobreza, la producción de alimentos, el acceso a los recursos y a los servicios de capacitación y extensión, entre otras. En muchos países predominantemente rurales, esos problemas afectan a la mayor parte de la población y condicionan su subsistencia. Sin embargo, las instancias gubernamentales ejecutivas tienen un limitado acceso a las estadísticas básicas, indispensables para formular sus políticas, hacer el seguimiento de los cambios y promover medidas innovadoras.

Una de las razones que explica por qué los organismos encargados de la toma de decisiones muestran poco interés en la utilización de las estadísticas, es el amplio intervalo de tiempo transcurrido entre la enumeración del censo y la publicación de los resultados. Un modo para reducir este lapso es producir una primera publicación con los resultados preliminares ya tabulados por sexo y, posteriormente, una más completa, con información más precisa y detallada.

Un plan de divulgación deberá tomar en cuenta los siguientes aspectos:

La participación de representantes de los grupos de usuarios en todas las etapas del censo permite mantenerlos informados sobre el tipo de datos disponibles para su trabajo. A continuación se recomiendan algunas actividades para la promoción de los resultados, que a su vez servirán para destacar los hallazgos que desmitifiquen los prejuicios sobre los papeles femeninos y masculinos.

Después de la publicación del informe preliminar, los resultados del censo se divulgarán en otros volúmenes donde cada uno de ellos se dedicará a temas específicos y/o áreas geográficas particulares. Los resultados del censo pueden difundirse igualmente por medios electrónicos (disquetes y/o CD-ROM) para responder a las necesidades de los usuarios más especializados, como estadísticos, académicos y otros investigadores, que deseen llevar a cabo análisis más detallados. Con relación a las estadísticas con enfoque de género, es necesario realizar una publicación especial para asegurar que los datos y análisis de género alcancen la mayor audiencia posible. Deberá ser atractiva, de fácil manejo, redactada en un lenguaje comprensible para todos, ilustrada con cuadros y gráficos sencillos y finalmente, deberá contener textos explicativos y una descripción de los indicadores presentados con sus respectivas definiciones.

Para promover la igualdad entre mujeres y hombres, es esencial el reconocimiento de las contribuciones de la mujer a la producción agropecuaria, al desarrollo rural, y en general al bienestar de la sociedad. Carteles ilustrativos, programas radiofónicos o cintas de vídeo, basados en las estadísticas, que ilustren en forma viva lo que los números comunican fríamente, coadyuvará a alcanzar dicho objetivo.


[51] En los censos de población generalmente se deja que la persona entrevistada decida cuál es su actividad económica principal. Ella puede elegir entre cualquiera de estas: la que le proporciona más ingresos; a la que le dedica más tiempo; la más estable; en la que tiene más antigüedad. Si la persona desempeña varias tareas, se recomienda siempre dar prioridad a la actividad económica sobre la no económica; así una persona jubilada o una ama de casa que trabaje se registra como trabajador(a). Sin embargo, ello no se logra en ocasiones, por los prejuicios existentes.
[52] FAO. Collecting Statistics on agriculture, population and employment. Economic and Social Development; Paper No. 7), p. 119.
[53] Se corrobora esta preocupación en el documento del Programa, con la propuesta de una tipología de los hogares vinculados a una unidad de producción agrícola (p. 29), y como consecuencia, en la necesidad de captar la información pertinente. También propone que se capten las características socio-demográficas y de participación en actividades económicas (agrícolas y no-agrícolas) de todos los miembros del hogar (pp 30-31). Estos aspectos ya fueron expuestos en el capítulo 3.
[54] Se argumentaba que el número de trabajadores agrícolas se podía conocer a través de los censos de población, pero más arriba ya se comentaron las limitaciones que se presentan en esa fuente para captar a toda la población económicamente activa dedicada a la agricultura.
[55] Para profundizar en cada tema existen otros documentos elaborados por la FAO, como por ejemplo el Programa Mundial.
[56] Una serie de hechos importantes es, por ejemplo, la revisión, en 1982, de la definición de población económicamente activa y desempleada, adoptada por la XIII Conferencia sobre Estadísticas del Trabajo; la revisión, en 1993, del Sistema de Cuentas Nacionales de las Naciones Unidas y la adopción, en 1993, de la primera definición de sector informal por la XV Conferencia sobre Estadísticas del Trabajo. Ver también los capítulos precedentes de este documento.
[57] Adaptado de Francesca Perucci, Birgitta Hedman, Engendering Statistics, (mimeo).
[58] Ruth Dixon-Mueller and Richard Anker, Assessing women´s economic contributions to development, OIT, Ginebra, 1988. En 1988 un proyecto en Pakistán de la Oficina de Estadística de Nueva York (UNSO) revisó el cuestionario de la Encuesta de Fuerza de Trabajo de ese país. Además de modificar el formato y la secuencia de preguntas para conocer las condiciones de trabajo, se agregó una sección con preguntas directas que apuntaban a captar el trabajo de la mujer en esa sociedad. Se incluyeron especificaciones tales como el destino de la producción, es decir si eran para el mercado o para autoconsumo. Asimismo, mediante semejante procedimiento se pudo conservar la definición vigente en 1988 sobre actividad económica recomendada por la OIT. El resultado fue que, sin cambiar la definición, sólo modificando la forma de preguntar, la tasa de participación femenina pasó del 13% al 47%.
[59] El español es un idioma muy sexista en favor de los hombres, lo que obliga a un esfuerzo particular.
[60] En la citada encuesta, a ésta pregunta se añade “para la venta de los mismos”, pero en una anterior de la misma encuesta se pregunta: ¿Cuidado de animales para el consumo del hogar y/o una huerta casera?. A la luz de las nuevas recomendaciones internacionales, los conceptos autoconsumo y para la venta se pueden integrar. Por esta razón, se eliminó la especificación de “la venta”.
[61] Puede tratarse del que más aporta económicamente o el productor principal o incluso el miembro más viejo; cualquiera que sea su condición, se podrá verificar con la información subsecuente. Lo importante en esta instancia es que se registre a todos los miembros del hogar. La forma más espontánea de captar al jefe reconocido logra que no se omita a los demás miembros.
[62] Adaptado de Improving Statistics and Indicators on Women Using Household Surveys, Naciones Unidas, DIESA, Series F. No. 48, Nueva York, 1988.


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